Todo lo bueno se acaba, y la Semana Grande también, y con ella mis vacaciones, lo que significa que mañana tendré que volver a levantarme a las 6:30 para ir a trabajar.
La noche empezó tranquilita, no quedé con mi cuadrilla habitual, ya que éstos fueron al concierto de Miguel Bosé, y yo soy el hombre anti-conciertos, así que quedé con otros amigos y la cosa empezó con incursión al parque Etxebarria, el cual todavía no había visitado este año, para ver las barracas y los fuegos artificiales, y luego a por un bocadillo y a Moskotarrak, donde me tocó hacer de refuerzo y estar un par de horitas en barra, que faltaba gente.
Recibí allí la visita de las frikis de Tarasu (que al final es casi con las que más he estado estas fiestas), primero dando buena cuenta de los katxis y luego pegando botes, hasta eso de las 4 o así, que fuimos a Pinpilinpauxa, lugar de espectáculos traumáticos pero cientos de encuentros aleatorios, donde estaríamos hasta que a las 6:30 mi cuerpo dijo "basta ya" y como estaba totalmente sobrio, opté por una honrosa retirada.
El año que viene más y mejor.
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