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miércoles, 1 de octubre de 2014

Etxebide out

Sin que me traumatice demasiado.

Hoy me llegaba la notificación por e-mail de que me han dado de baja en Etxebide, servicio público de vivienda, por no haber renovado la solicitud. Y francamente, ni me acordaba de ella. La rellené en su día, cuando aún no me había independizado y vivía en casa de mi padre, sin saber por qué derroteros me iba a llevar el destino. No sabía ni siquiera cuál iba a ser mi futuro laboral, y estaba trabajando en Vitoria (por eso la puse entre las ciudades posibles). Pero como con el alquiler me fue bastante bien, acabé desentendiéndome del tema, pues era un tema que me quedaba bien cubierto. Había cosas que tenía claras: nada de comprar (hipoteca kk) y nada fuera de Bilbao, que ir a trabajar andando mola mucho.

Así que siendo tan restrictivo, pocas opciones quedaban, y en 7 años lo único que me tocó fue un piso en alquiler en la nalga izquierda de Vitoria, cuando ya había dicho que no quería Vitoria. También me tocó participar (que no el piso) en alquiler Bilbao, pero en barrios, en calles que ni siquiera conocía. Nada que hubiera aceptado, que donde estaba, estaba mejor.

Y como difícilmente iba a ofrecerme nada que me interesara, me acabé desentendiendo completamente del tema, con lo que lógicamente, me han acabado dando de baja. Y si algún día me hiciera falta, que espero que no, siempre tengo la opción de volverme a apuntar.

jueves, 24 de julio de 2014

Por las escaleras

¿Dan miedo? Pues es peor subirlas.

Una de las consecuencias del cambio de casa es que ya no vivo en un 16ª (realmente un 17º) como en Chezgarcía, sino en un 5º, lo que significa que subir por las escaleras no es una gesta irrealizable, sino algo muy posible.

Al principio me costaba, pero cogí la costumbre de no esperar al ascensor. Si estaba lo cogía y si no, escalera arriba, llegando a casa con la lengua fuera. Pero poco a poco me he ido acostumbrando a pasar del ascensor y ya subo siempre a pie, que se supone que es sano. Y una vez acostumbrado, no supone ningún esfuerzo.

De aquí a tener el cuerpo de Brad Pitt supongo que solo va un pasito.

domingo, 15 de junio de 2014

Patos y bodorrios

Una lonchita de carne.

Ayer me tocó, y tan a gusto que fui, acompañar a mi señora novia a una boda, de un compañero suyo de trabajo, siendo la comida y posterior festejo en el Antzokia (sí, por raro que suene) y luego en el Memorial. La cosa estuvo bastante divertida, y además el azar quiso que me volviera a encontrar, 22 años después con una persona que en el pasado significó mucho, y que fue una gran alegría volver a ver. También, para seguir con la media de "2 conocidos por boda", un chico que tenía sentado al lado resultó ser amigo de uno de mi lonja. Todo quedaba en familia.

Por lo demás, como viene siendo habitual en bodas, pues comida, mucha comida, demasiada comida... tanto que hoy casi no he pegado bocado. Y bueno, que como la cosa empezó pronto, para antes de la 1 ya estaba en la cama. Pero el rato que estuvimos, estuvimos muy a gusto.

A la caza del pato rebelde.

Y como me acosté pronto, eso me ha permitido hoy madrugar para acudir a la segunda estropatada, el Wopato, que ha quedado un tanto deslucida al no haberse podido tirar todos los patos a la ría, aunque a diferencia del año pasado, la cola de entrega de patos ha sido netamente más ágil, y hemos podido salir de ahí con nuestros simpáticos patos de goma. Para acabar el fin de semana, he aprovechado también para pasar por mi ex-domicilio a recoger las últimas cosas que faltaban y a dejar en el buzón la llave para devolvérsela al casero y desvincularme ya definitivamente de la añorada Chezgarcía.

miércoles, 11 de junio de 2014

Dilemas gimnasiales

Vamos al gimnasio, señor Frodo.

Consecuencia directa de mi cambio de domicilio es que ahora el gimnasio al que voy me pilla más lejos. No es una diferencia insalvable, pero quizás sí significativa si tenemos en cuenta que la cercanía fue criterio fundamental al elegir ese gimnasio y no otro, ya que la comodidad al ir es algo muy importante.

Así pues, una opción lógica sería darme de baja y apuntarme a otro que me pille más cerca de mi nueva casa, pero el problema es que estoy a gusto en ese (todo lo a gusto que se pueda estar en un sitio al que a uno le hacen levantar peso y sudar hasta la extenuación) y me da penilla. 

Y no solo eso, sino que si me doy de baja ya sé lo que pasa, que me encontraría con que es noviembre, no me he apuntado a ninguno y simplemente he dejado de ir al gimnasio. Sin embargo, ese peligro también está permaneciendo y cayendo ante la pereza de andar algo más.

De momento, seguiré este mes, y luego ya veremos.

jueves, 5 de junio de 2014

Euskaltelizando

No es micro, pero para foto nos vale. 

 Hace 3 años cambié de Vodafone a Simyo, que entre una cosa y otra me dio bastante guerra al principio. A eso le sumamos que, en parte debido a que mi móvil es ya una patata, tengo una cobertura de mierda.

Pero no es eso lo que ha motivado el cambio, sino que me he pasado a Euskaltel para aprovechar la oferta combinada de Interne+fijo+TV+móvil (que seguro que no es tan maravillosa como en el anuncio, nadie regala nada) y ya que me medio-obligaban a coger línea de móvil, pues hacía la portabilidad y eso que me ahorro. Aunque es verdad que si algo tiene Simyo es que es barato.

Y hoy me ha llegado la tarjeta, aunque todavía inactiva. Espero que no me pase como hace 3 años, con Simyo, que me mandaron la defectuosa y me tuve que ir de vacaciones sin teléfono. Pero lo que me escama es que no he recibido ninguna comunicación por parte de Simyo para confirmar la portabilidad.

Chan, chan, chaaaaaan...

domingo, 1 de junio de 2014

Au revoir Chezgarcía

Tras 6 años, cierra sus puertas. 

Toda etapa se cierra, y aunque sea para cambiar a mejor, cerrar ciclos siempre da pena.

Aunque ya llevaba una semana fuera, hoy a las 12 de la madrugada vencía el contrato de alquiler que me unia a esta vivienda situada en un 16 piso.

Han sido 6 años y 4 meses en esa casa, donde he vivido un montón de cosas y pasado por muchas experiencias. Buenas y malas, Chezgarcía ha sido como el escenario de una teleserie en la que tenían cabida todo tipo de tramas, con fiestas, romances, discusiones, desamores, el estrés de unas oposiciones... Lo que viene siendo la vida.

Ha sido mi hogar durante todo este tiempo, y es un sitio que ya forma parte de mi pasado, un pasado que no olvidaré.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Mudado

Tocaba cambio de caparazón

No me refiero a que me haya cambiado de ropa, que también, sino que por fin ayer materialicé mi cambio de vivienda, habiendo pasado mi primera noche en la que será mi casa de ahora en adelante. Siguiendo la tónica habitual de los últimos días, gran parte de la tarde consistió en transportar cosas de casa a casa y tratar de buscarles acomodo. Aún faltan unas cuántas cosas por transportar, pero al menos lo más imprescindible ya va encontrando su hueco entre las nuevas paredes.

Toca volver a las sensaciones de una nueva casa, a no saber dónde está cada cosa, a tropezar con las cajas, a acostumbrar el cuerpo a un nuevo colchón y a habituarse al diario camino que nos lleva al trabajo. Todas esas cosillas que chocan con la resistencia al cambio.

Pero cuando los cambios son elegidos, y es el caso de esta nueva etapa, se cogen con ilusión.

lunes, 26 de mayo de 2014

Con Internet

Y tras el desorden, se adivina una tele.

Aún faltan un par de arreglos y terminar de mover las cosas, más la nada apasionante tarea de ordenar todo lo que está empaquetado en cajas, pero esto está ya casi hecho. Y otro paso de la recta final ha sido instalar Internet (con los extras, como telefonía fija y televisión), lo que hace de este inmueble una casa perfectamente habitable. Salvo por el terrible desorden que sufre ahora mismo, inherente a lo que es una mudanza.

Por tanto, esta es la primera entrada que escribo desde mi nueva casa, lo que abre también una nueva etapa para este blog.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Acolchonando

El colchón de pelea.

Seguimos con las labores de adecentado de casa y saqueo de Chezgarcía, cada vez más parca en posesiones materiales. Todo esto de cara a mi ya inminente traslado, que será la semana que viene (lo que me provoca y provocará una amalgama de sensaciones; miedo, ilusión, liberación, añoranza...) y que ayer tuvo otro paso con la compra de Hövag, que no es un cuervo de Odín, sino un colchón. No es el bueno, que ese será comprado con más calma y estudio (para la cama no hay que escatimar) sino uno para ir tirando mientras tanto, y que de cara a futuro será para las visitas. 

La verdad es que ir de compras a Ikea estando cansado, y más cuando se trata de ir a probar colchones, no parece la mejor de las ideas. Pero el tiempo se va acabando y había que hacerlo ya sí o sí, que además estos colchones no son plug&play, sino que hay que dejarlo 3 días para que vaya cogiendo forma. O eso espero, ya que lo que he sacado del grueso cilindro que nos dieron allí tiene más forma de durum que de colchón.

Lo que queda de semana y fin de semana lo dedicaré a embalar, transportar y limpiar, y la semana que viene, con Internet y agua caliente, será por fin una casa habitable. Llena de cajas y con todo patas arriba, pero habitable.

lunes, 19 de mayo de 2014

Agur BBK

¡Patada! 

En las  mudanzas hay que soltar mucho lastre, y en eso se había convertido mi cuenta en esta entidad. La conservaba para tener una cuenta conjunta con mi inminente ex-compañero de piso para hacer frente a los gastos comunes (agua, luz, gas...) y al cesar la convivencia, esta carece de sentido. Y como tampoco estaba especialmente contento con la BBK (al final son casi todos igual de mangantes, no nos engañemos, pero estos me mangaban a mí), he ido a cancelar ambas cuentas.

Pero el verdadero ladrón siempre tiene un as en la manga, y estos señores había tenido a bien calzarme 20 euros de comisión en concepto de una tarjeta nueva, pues la mía caduca el 31 de mayo. La tarjeta nueva ni la he activado ni la he usado, ni lógicamente iba a suceder eso. Pero cobrarla, bien que la cobran.

Por suerte, y sin ofrecer demasiada resistencia (solo ha habido que matar 3-4 rehenes) me han dado mis 20 euros, ya que no había justificación para cobrármelos. Pero claro, así funcionan. Meten comisioncitas pequeñas por todas partes, que la gente no se va a quejar porque es poco dinero, y con todo lo que sacan de la gente que no se queja, facturan millonadas. 

Y de hecho, al cancelarla he visto que tenían los santos cojones de cobrarme 8,80 euros de comisión al cancelarla, que cuando he preguntado de dónde salían me ha dicho sin inmutarse que eran de la parte proporcional de la comisión de mantenimiento del semestre. Y como ni me apetecía discutir, ni tenía tan claro que esa estuviera mal (a diferencia de los 20 euros de la tarjeta, que era algo clamoroso), me he despedido y marchado de esa oficina para siempre. Con la sensación de que me han tangado 9 euros a la cara, pero también la de que me habrían tangado 20 si no me llego a dar cuenta.

domingo, 18 de mayo de 2014

Moviendo cosas

Aquí falta algo. 

La mudanza está en marcha. Aun no me he trasladado pero sí ya unas cuántas de las cosas, lo que me tiene en esta especie de tierra de nada (no confundir con las Tierra de Nadie) con cosas en un sitio y en otro, en ese constante empaquetar y llevar.

No nos damos cuenta de la de cosas que tenemos hasta que hay que hacer una mudanza, y es que aunque he llevado unas cuántas cajas y bolsas, miro lo que falta aún por empaquetar y transportar y, buf... 

Pero la idea es que cuando esté ya la nueva casa 100% habitable (con agua caliente, Internet, el colchón y tal) y traslade allí mi ilustre residencia, no tener que hacerlo todo a todo correr. Que además, el 31 de mayo vence el contrato y dejo de poder guardar aquí mis cosas.

Luego vendrá la fase de desembalar y reorganizarlo todo, pero eso ya será un cantar bien distinto.

miércoles, 14 de mayo de 2014

La casa y el libro

Porque una casa sin libros no es una casa.

Las labores de cambio de casa ya van llegando a su fin y la mudanza, largo tiempo deseada, es inminente. Y ayer puse otro ladrillo más en el muro, dotando al armario del salón de su primer libro, el Libro de la Fantasía, de Gianni Rodari. Y no, no es que vaya a hacer la mudanza llevando los libros de uno en uno, que soy huevón pero no tanto, sino que ese libro lo compré en Segovia y me lo había dejado en el coche de mi madre, y dado que ayer había quedado con ella, y fui directo al piso, donde había que dar otra limpiada gorda, pues aproveché y lo dejé ahí. Así que la casa ya tiene un toque un poco más personal y menos frío.

Ahora falta que lleve el 99,99% restante de mis cosas, claro. Incluyendo mi excelsa persona.

jueves, 8 de mayo de 2014

Parte informativo del piso

Esto ya va pareciendo una casa.

Los trabajos de acondicionado de mi futura vivienda ya se van acercando a su fin, y es que aunque todavía no hay fecha concretada, sí que será en mayo, pues he comunicado al casero que el 31 de mayo abandono el piso.

Lógicamente, si puedo me iré antes, y es que ya está casi todo hecho a falta de algunas cosillas. Ahora estamos en fase de mover y recolocar armarios, y la cocina está ya prácticamente terminada. Cuando empiece con la mudanza ya me cagaré en lo más barrido, que las mudanzas son horribles, pero cogerlo con ilusión siempre ayuda.

sábado, 12 de abril de 2014

Preparando la mudanza

Va a tocar rellenar muchas de estas.

Las obras ya tocan a su fin, y hay que ir poco a poco empezando la mudanza, que debo dejar mi actual casa vacía, y son muchos los trastos que mover. Y como no quiero andar con las prisas de tener que hacer la mudanza en dos días a todo correr, pues lo mejor es empezar con algo de antelación y adelantar trabajo.

Así, ya he ido metiendo algunos libros en cajas (es impresionante la cantidad de cosas que acumulamos con el tiempo), llevado algunos juegos de mesa a la lonja (que al final es donde los uso) y otras cosas transitoriamente las he ido llevando al trastero de mi padre.

Con lo que, aunque todavía no me me metido de lleno en la vorágine, puede decirse que ya ha empezado oficialmente la mudanza.

domingo, 6 de abril de 2014

Colores, libros y algo parecido a baloncesto

La cena, indudablemente mejor que el partido.

Ayer hubo partido de baloncesto, lo cual ya en sí es algo muy positivo, ya que hace dos semanas sí tenía pinta de que se podía ir todo al carajo, cosa que de momento no ha sucedido. Se jugó y se ganó, pero más por demérito del Valladolid, que los pobres son muy malos, que por méritos del Bilbao Basket (bien es cierto que las ausencias no ayudan, y que Raül salía de la lesión) pero aunque el resultado final sí fue holgado (93-77), el partido fue mucho más sufrido de lo que debería. Y bastante aburrido.

Más divertida fue la cena posterior al partido, y el copichueleo de después, aunque emborronado por dos cosas: una, el llenazo debido al exceso de cena y dos, los gilipollas que fuman en los bares, con el consentimiento de los camareros, lo que me hierve bastante los huevos. Pero bueno, más importante la siempre grata compañía de los cosufridores del basket.

Y hoy domingo, pues llevar un par de cosas al piso y por la tarde, aunque sobre esto ya me extenderé algo más, que hoy estoy vago, otro club del libro, pero esta vez menos numeroso.

sábado, 5 de abril de 2014

¡Colores!

Hay quien dice que existen más aparte de estos: mienten.

Siguiendo con el proceso de reforma del piso, esta semana han hecho su aparición los pintores, y con ellos la difícil decisión de escoger de qué colores vamos a pintar la casa. Eso implica bucear en el catálogo de colores, donde son casi todos iguales, por mucho que se empeñe el sector femenino y elegir combinaciones adecuadas, donde la mayoría tienen sus cosas buenas y sus cosas malas.

Finalmente, aunque eso puede cambiar a lo largo del fin de semana, hemos acabado haciéndonos una composición que nos medio convence (un marrón clarito para zonas comunes, como hall, pasillo y sala) y azules-verdosos (que de como lo describo yo a lo que es va un mundo, es un "para entendernos") para las habitaciones, cada una con su tono distinto.

Esta semana ya vienen a dar color a las ahora blancas paredes, y en cuanto esté la casa pintada, previa limpieza general, empiezo ya a llenarla de cajas.

La inminencia da vértigo.

domingo, 16 de marzo de 2014

Puertas y juegos de mesa

Cada vez se parece más a una casa.

El tema recurrente de los domingos, que es hablar del fin de semana, como los críos cuando llegan el lunes a clase. En este caso, el fin de semana ha tenido mucho de juegos de mesa (concretamente viernes, sábado y lunes), con partidas de "La furia de Drácula", "La guerra del Anillo", "Un imperio en 8 minutos", "King of Tokio", "Hanabi" y alguno que puede que me deje por ahí. 

El resto, pues ayer tocó cine, a ver esa lección de Historia que es la secuela de 300 (me extenderé más, pero de momento recomiendo verla con el cerebro muy apagado), y el viernes por la tarde, antes de las partidas, a hacer las fotos que se ven. Ya hay suelo, ya hay puertas, ahora toca pintar y amueblar la cocina.

Iremos informando.

jueves, 6 de marzo de 2014

Ya hay dónde pisar

Para más señas, aquí.

Avanzan las obras, y ya podemos dar por concluido el suelo y los rodapiés, y la casa tiene más forma de casa. Falta pintar, montar la cocina y colocar las puertas. Pero las puertas ya están en casa, ayer las subimos y ahora el carpintero tiene que ajustarlas y colocarlas.

Subir las puertas y las jambas (no confundir con el marisco de parecido nombre) fue fácil, la parte complicada fue lo de vaciar el salón, para poder colocar las losetas de tarima flotante, y volver a ubicar el pesado armario de madera maciza. Por suerte, ayer teníamos refuerzos y costó menos de lo que parecía en primera instancia.

Hay suelo, y sobre todo, hay ganas.

domingo, 16 de febrero de 2014

Paliza al Fuenlabrada y otras cosas del fin de semana

Mumbrú culmina una de las mejores jugadas del partido.

Empiezo con el baloncesto, que ha sido una de las alegrías del fin de semana, con la holgada victoria ante el Fuenlabrada, un Fuenlabrada que empezó peleón (8-15) pero que demostró que aparte de Panko (29 puntos) no tiene muchos argumentos.

Por lo demás, el viernes, después de comprobar cómo van las obras del piso, una incursión a Fnac, a hacerme con "From Hell" y "La naranja mecánica", que los tenía pendientes desde hace tiempo (a los que hay que sumar "La liga de los hombres extraordinarios", regalo de mi señora novia, que aún no me odia a pesar de que le hice ver "The Rocky horror picture show" el viernes).

Ayer lo más reseñable, aparte de continuar con el Super Mario Paper en la WII, una de cine; "El lobo de Wall Street", sobre la que la me explayaré mañana.

Y hoy, aparte del partido, unas cañas por Pozas por la tarde para terminar el fin de semana.

sábado, 15 de febrero de 2014

Hágase la luz, y el suelo, y la fontanería...

 
La cocina va cogiendo forma de cocina. 

Las obras siguen su curso y la casa ya va teniendo forma de casa. Todavía con todo patas arriba, pero ya están hechas cosas como la fontanería y la instalación eléctrica. Ahora tenemos al carrpintero poniéndonos el suelo, con tarima flotante de jatoba (que espero que no me dé los problemas del suelo de Chezgarcía) y los rodapiés. Faltan las puertas, los muebles de la cocina y pintar.

Y el suelo va cogiendo forma de suelo.

También falta lo que es amueblar, aunque muchos muebles ya los tenemos, y la parte coñazo que es la mudanza, para la que todavía no me atrevo a hablar de plazos, que aquí uno sabe cuándo empiezan las cosas, pero no cuándo terminan. Pero lo que es de perogrullo es que cada vez falta menos.