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martes, 22 de marzo de 2022

Código Emperador

Sale Luis Tosar, con eso me basta.

Empieza de forma un poco atropellada y casi hasta confusa, haciéndonos sentir como si hubiéramos cogido la película ya empezada. Un poco como lo que pasa con esta crítica.

Luego ya nos vamos enterando de qué va la feria: Luis Tosar es Juan, un arreglador del CNI, que se dedica a hacer de todo un poco, y aquí concretamente se está dedicando a sacar trapos sucios a un político aparentemente inmaculado, al tiempo que tiene que desarticular un peligroso atentado terrorista y lidiar con los problemas de su vida personal.

Lo interesante de esta película, sin embargo, no es tanto la historia que cuenta, sino el trasfondo que nos pinta, donde las cloacas del poder hacen y deshacen a su antojo, aderezando con las demoledoras frases que de vez en cuándo nos suelta el personaje interpretado por Miguel Rellán. Cuenta también con escenas muy interesantes (genial la resolución de lo que pasa con la estrella del fútbol) y la aparición en pantalla de Budapest y, sobre todo, Bilbao. Aunque lo de comprar droga a plena luz del día en la pasarela Pedro Arrupe se me hace un poco raro, eso sí.

sábado, 10 de julio de 2021

Viuda Negra

¡Por fin en el cine!

Lo que que parecía que nunca iba a llegar a cines ya está aquí, y por fin Natasha Romanoff, la Viuda Negra, tiene su propia película. Y es, básicamente, lo que cabría esperar de ella: una película de superespías, muy 007, con escenas de acción tan espectaculares como imposibles y en el universo Marvel, expandiendo un poco más el trasfondo de esta superheroína, a la que magistralmente da vida Scarlett Johansson.

La acción se desarrolla entre los hechos acontecidos en Civil War y Avengers: Infinity War, y nos cuenta qué pasó con Natasha después de abandonar forzosamente los Vengadores, y cómo tiene que enfrentarse a una sombra de su pasado.

Sin ser de las que más me han gustado del UCM, la película es espectacular y plenamente disfrutable, y aunque inciden en ello menos de lo que me habría gustado, por fin explican de qué fue la tan mencionada misión de Budapest. Me chirrió un poco que desaprovecharan a un villano como el Taskmaster (Supervisor), que podría haber dado más juego, y prácticamente se limitan a focalizar su figura en torno a un giro de guión que además me vi venir a kilómetros y que creo que es demasiado fácil de intuir si se es un poco observador (vaya, que me lo vi venir yo, que no soy nada observador). De todas maneras, esto de desaprovechar villanos es ya casi marca de la casa en el UCM.

Obviamente hay escena postcréditos, la cual me dejó bastante boquiabierto, ya que abre, como suele pasar con estas escenas, un abanico de posibilidades muy interesantes de cara al futuro de las series y películas de Marvel. 

Y ahora, advirtiendo de que es un SPOILER gordísimo, explico cómo y por qué me vi venir el giro de Taskmaster.
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En los créditos del inicio de la película, cuando mencionan el reparto, salía el nombre de Olga Kurylenko, actriz bastante conocida y que tardaba en aparecer en la película. Por eso, en el momento en el que Natasha confiesa haber asesinado a la hija de Dreykov, mi cerebro hizo click y deduje que la enigmática persona que se escondía tras la máscara no podía ser sino la hija de Dreykov, interpretada por Kurylenko. Y así fue. ¡Toma autospoiler!

lunes, 8 de marzo de 2021

Autoglotónimos

¿Autoglotones?

Aunque la definición académica es más larga, básicamente un autoglotónimo es la palabra que un idioma utiliza para referirse a sí mismo. Castellano o español, por ejemplo, son autoglotónimos para el idioma en el que escribo, y al que en otros idiomas se conoce como spanish, gaztelania o Spanische (que serían heteroglotónimos). 

Aquí voy a poner los autoglotónimos más conocidos, cómo los llamamos nosotros y cómo se llaman en realidad. Empiezo con los idiomas oficiales en la Unión Europea. 

Alemán: Deutsch 
Búlgaro: Български (Bulgarski
Checo: Čeština 
Croata: Hrvatski 
Danés: Dansk 
Eslovaco: Slovenčina 
Esloveno: Slovenščina 
Estonio: Eesti 
Finés: Suomi 
Francés: Français 
Griego: Ελληνικά (Eliniká
Holandés*: Nederlands 
Húngaro: Magyar 
Inglés: English 
Irlandés: Gaeilge 
Italiano: Italiano 
Letón: Latviešu 
Lituano: Lietuvių 
Maltés: Malti 
Polaco: Polski 
Portugués: Português 
Rumano: Română 
Sueco: Svenska

*La forma correcta en español es neerlandés, pero aunque no del todo sea correcto, coloquialmente se usa el término holandés. 

Otros idiomas europeos (contando como tales algunos ex-URSS). 

Albanés: Shqip 
Armenio: Հայերեն (Hayastán
Azerí: Azerbaycan 
Bielorruso: Беларуская (Bielaruskaya) o también тарашкевіца (Taraškievica
Bosnio: Bosanski 
Checheno: Нохчийн (Noxçiyn
Galés: Cymraeg 
Georgiano: ქართული ენა (Kartuli Ena
Groenlandés: Kalaallisut 
Idioma Inuit: ᐃᓄᒃᑎᑐᑦ (Inuktitut) 
Islandés: Íslenska 
Kazajo: қазақ тілі o قازاق ٴتىلى (Kazak tili) 
Macedonio: Македонски (Makedonski
Noruego: Norsk*. 
Ruso: Русский (Ruski
Serbio: Српски (Srpski
Tayiko: Тоҷикӣ (Toyiki
Ucraniano: Українська (Ukrayinska
Uzbeko: O‘zbek 
Vasco: Euskera (aunque este término está recogido y también suele usarse al hablar en castellano, al menos en España).

** Con el noruego hay una peculiaridad, y es que existen dos formas oficiales de noruego escrito: bokmål (académico) y nynorsk (moderno).
  
Salimos de Europa y nos vamos a grandes idiomas, con los idiomas no europeos más hablados del mundo, en los que no he incluido, claro, los que se llaman igual en castellano que en su propio idioma.

Chino mandarín: 官話 (Guānhuà, que significa, por cierto, "el habla oficial"). 
Hindi o Indostaní: हिन्दी (Hindi
Árabe: العربية (Al-ʻarabīyah) Aquí podría perderme en sus cientos de subdivisiones (por ejemplo, el árabe egipcio se llama Masri y el marroquí Láhŷa maghribiya), pero por no meter la pata no intentaré hacer un listado exhaustivo. 
Bengalí: বাংলা (Baṅla
Indonesio Bahasa Indonesia 
Urdu: اُردُو (Urdu), aunque a veces también لشکری (Lashkari
Japonés: 日本語 (Nihongo
Swahili: Kiswahili 
Turco: Türkçe 
Chino Cantonés: 廣東話 (Guǎngdōng huà
Coreano: 한국어 (Hangugeo) en Corea del Sur, 조선말 (Chosonmal) en Corea del Norte, o 우리말 (Urimal) como una denominación neutral) 
Vietnamita: Tiếng Việ 
Javanés: Basa Jawa 
Tailandés: ไทย (Thai
Ahmárico: አማርኛ (Amaraña
Canarés: ಕನ್ನಡ (Kanada
Persa: فارسی (Farsi

Por último, aquí dejo unos cuántos, más o menos conocidos, aunque sin intención de ser exhaustivo, pues la lista completa sería demasiado larga. 

Camboyano: ភាសាខ្មែរ (Feasa Jemer
Cherokee: Tsalagi 
Cheyenne: Tsetsêhestâhese 
Cingalés: සිංහල (Sinhala
Fiyiano: Na Vosa Vaka-Viti 
Guaraní: Avañe'ẽ 
Haitiano: Krèyol ayisyen 
Hebreo: עברית (Ívrit
Kurdo: كوردی (Kurdi
Malayo Bahasa Melayu 
Malgache: Malagasy 
Mongol: монгол хэл (Mongol Khel
Navajo: Diné bizaad 
Nepalí: नेपाली (Nepali
Pastún: پښتو / (Paxto
Quechua: Runa Simi 
Samoano: Gagana Samoa 
Sánscrito: संस्कृतम् (Saṃskṛtam
Tahitiano: Reo Mā`ohi 
Tibetano: བོད་སྐད (Bod Skad

No me hago responsable de los errores e imprecisiones que sin duda se me habrán colado, claro.

martes, 23 de junio de 2020

Bloodshot

Vin Diesel, tan expresivo como siempre.

El cartel nos avisa de qué va la feria: Vin Diesel matando y haciendo fantasmadas. Una película honesta, y eso es bueno. No es una gran película, pero uno sabe dónde se mete, y además tiene alguna cosilla interesante.

Nos cuenta la historia de Murray Garrison, un soldado americano cliché, que tras saltarse las órdenes de sus superiores y meterse él solito en el avispero, consigue salvar la situación, aunque resulta herido de bala. Pero no pasa nada, porque es Vin Diesel, así que en vez de ser degradado a limpialetrinas por desobedecer a sus superiores y poner vidas civiles en peligro, le dan vacaciones, para que se vaya felizmente con su atractiva esposa a la idílica rivera italiana. 

Pero si esto fuera de que le sale siempre todo bien, no hay película, así que un malo muy salido de tebeo (igual tiene que ver que la película esté basada en un tebeo) y un pésimo gusto al vestir (lo de matar gente tiene un pase, lo de las chancletas con calcetines es imperdonable) lo secuestra, mata a su amadísima esposa delante de sus narices y le pega un tiro.

Si se muere ahí el protagonista, la película se queda un poco corta, claro, así que Vin Diesel es reconstruido, a lo Robocop por el malo de Ironman 3, con una tecnología de nanobots (nanitos) que lo mismo te regeneran la piel, que te dan superfurza, que te sirven de certificado digital en la sede electrónica de la Diputación Foral de Bizkaia al primer intento. Una fantasmada, vaya.

Pero es Vin Diesel, así que todo en orden (aunque con una amnesia horrorosa, que le impide recordar nada de su vida anterior), y le van presentando a sus nuevos compañeros de trabajo: la jamelga con apnea, el ciego que todo lo ve y el cojo cabrón. Juntos van a ser el nuevo supergrupo desfacedor de entuertos, pero entonces, casualidad de las casualidades, suena la misma música que sonaba cuando el malo mató a su señora y de repente empieza a recordar todo.

Se viene el despropósito:

Sus nanitos, que hacen de todo, le rastrean todo Internet en segundos, lo que le permite localizar al malo (del que solo sabe el nombre) con precisión milimétrica, robar un avión, bajarse un manual de pilotaje de Internet, llegar a Budapest, emboscar al malo, sobrevivir a varios disparos y masacarlo todo. Todo esto gracias a los nanitos, que son como un Tampax pero a lo bestia.

Nada parece tener sentido, pero entonces un giro bastante curioso le da sentido a todo y las piezas empiezan a encajar. Se entiende la relación con el malo, se entiende por qué hace algunas cosas y se entienden otras que chirriaban en la cabeza. Esa parte muy bien, me gustó.

El resto, pues tampoco me voy a poner a contar la película entera, que si cuento ese detalle le quito la gracia, pero el desarrollo es el imaginable: es como Fast&Furious pero con superpoderes, explosiones, peleas imposibles y un villano que parece el Dr. Octopus de Hacendado. Duelos de hackers en los que lo importante no es activar el firewall, sino teclear lo más rápido que se pueda. Así, hasta que, como debe ser, el héroe gana (que no en vano, es Vin Diesel) y, riéndose de su propio cliché, el grupo de héroes se marcha hacia la puesta del sol.

No mentiré, no es un peliculón. Pero si se ve como película de tortas y fantasmadas sin pretensiones (si no, no sé a qué has ido a ver una película de Vin Diesel), cubre el expediente con dignidad y tiene un par de cosillas interesantes. 

martes, 1 de julio de 2014

10+1 ciudades que...

Bilbao no cuenta.

Primero fueron los libros, luego las películas y continué con series, videojuegos y juegos de rol. Ahora toca el turno a lugares, ciudades o pueblos, que tengan algún tipo de significado especial. Tengan o no valor turístico.

-Bergara: Este pueblo (realmente villa) gipuzkoano será más conocido por ser donde Maroto y Espartero pusieron fin con su célebre abrazo a la primera guerra carlista, o por ser donde Fausto Elhúyar aisló el Wolframio o Tungsteno (llamado en origen Vergaricio). Pero para mí su significado viene de que tengo ahí raíces familiares, ya que es el pueblo de mi madre. Sí, eso significa que soy medio giputxi.

-New York: De Nueva York podría escribir páginas y páginas (de hecho, tiene unas cuántas en el blog) y me seguiría quedando corto. Está en esta lista, no solo porque es una ciudad espectacular y a la que quiero volver, sino porque hice el viaje en una época de mi vida en la que sin duda me hacía falta. Y me vino muy bien.

-Londres: Si Nueva York es LA ciudad de América, Londres es LA ciudad de Europa. Estuve hace unos 20 años con mis padres y me fascinó, tanto que llevo años queriendo volver. Sin embargo, parece que el destino no quiere que vaya, ya que las dos veces que he planeado volver, algo me lo ha impedido. Hace 10 años, temas profesionales (un juicio en esas fechas) me hacían cancelarlo, y hace 3 años, mi compañero de viaje se rompió las piernas en la víspera, por lo que me quedé sin ir otra vez. Pero por mis cojones que yo vuelvo a ir a Londres.

-Bergen: Una acogedora ciudad noruega a la que nunca pensé que acabaría yendo, pero las circunstancias me llevaron ahí, donde pasé uno de los fines de semana más bonitos de mi vida, viviendo un romance de los que parecía que solo existían en las películas.

-Tianjin: De las cuatro ciudades que visité de China (Beijing, Shangái, Xian y Tianjin), no es la más bonita, ni la que tiene mayor valor cultural. De hecho, es una ciudad fea, industrial y sucia. Pero era la ciudad en la que estuvo viviendo dos años la que entonces era mi novia, y era el sitio que más deseaba visitar.

-Moscú: El baloncesto me llevó a la capital rusa, en un viaje que organizamos por impulso, envalentonados por la buena marcha de nuestro equipo. Y lo que nos encontramos no desmereció, viendo una ciudad espectacular, de la que destaco el metro, la nieve y las rusas, claro. Especialmente una amiga nativa que tuvo a bien hacernos de guía/traductora y enseñarnos amablemente la ciudad. 

-Roma: La ciudad eterna y una de las imprescindibles en la agenda de todo viajero. Un verdadero museo al aire libre, repleto de Historia en cada una de sus esquinas. He estado ya dos veces ahí, y dentro de 10 días será la tercera.

-Gernika: Conocida por su árbol y tristemente por su bombardeo, Gernika (oficialmente Gernika-Lumo) ocupa su lugar en esta lista por ser donde tuve mi primer trabajo. Aquello del Ayuntamiento. Y claro, se le coge cariño.

-Santa Pola: Este pueblo de la provincia de Alicante fue mi lugar de veraneo durante muchos años, y aunque al principio iba obligado por mis padres, cuando conseguí hacer amigos ahí ya no me quería ir, y contaba los días hasta que fueran otra vez vacaciones para volver a estar ahí. Si mal no calculo, 8 fueron los veranos (más un par de visitas posteriores).

-Budapest: No solo es una ciudad maravillosa, con una excelente gastronomía, sino que fue el primer viaje largo que hice con la persona que me acompañó, lo cual ya la convierte en una ciudad especial.

BONUS

-Mollina: Y si la cosa va de decir sitios de veraneo, justo sería mencionar este pequeño pueblecillo del interior de la provincia de Málaga, que llevo ya 11 con este 11 años visitando. ¿Y qué me lleva a Mollina? Pues que ahí son las jornadas Tierra de Nadie, cita ineludible en mis vacaciones de verano.

Como suele pasar con este tipo de listas, estoy seguro de que me habré dejado alguna imprescindible por el camino, aunque como también suelo decir, si estas son las primeras 10 que se me han ocurrido, por algo será. Tal vez si la hiciera otro día incluiría Estambul, París, Atenas, Madrid, Pamplona, Basauri, Amsterdam, Bremen, Nápoles, Vitoria... lugares que por uno u otro motivo podrían figurar en esta lista.

jueves, 6 de junio de 2013

Albuhum de fotos

 
Buhapest 2012

Con una promoción de una de estas páginas de gruponazos venía una oferta interesante: un álbum de fotos por un buen precio. La referencia de álbums pasados era positiva, por lo que aquí optamos por volver a coger la oferta. El funcionamiento, sencillo: te descargas el programa, organzias las páginas del álbum, lo envías y te lo mandan impreso.

El resultado ha quedado muy chulo, pero detrás ha habido bastante trabajo de coge-esta-foto-ponla-ahí-recoloca-esta-recorta-amplía-gira... y que como no podía ser de otra forma, si había un plazo de 6 meses para canjear el cupón, lo hemos acabado haciendo casi en la última semana. Pero ha quedado chulo, y con una buena selección de fotos, algunas de las cuáles ya han sido publicadas en este blog. El resto, pues si alguien tiene interés en ver el álbum físico, que me lo diga. Aunque nadie suele querer ver fotos de un viaje ajeno, a menos que le obliguen. :D Y lo de Buhapest, por si no fuera obvio, es en honor al buho-marioneta, que fue adquirido en una tiendecita de la capital húngara, y que aparece en no pocas de las fotos.

sábado, 20 de abril de 2013

De puzzles

 
Jokin 1 - Puzzle 0

Un regalo sádico y malvado, pero siempre bien recibido, me obligó a hacer algo que no había hecho en años. Sí: un puzzle. 

Supongo que el imaginario colectivo comparte ese trauma de la infancia que es abrir el regalo con ilusión y encontrarse dentro pequeños trozos de foto pegados a cartones. De adulto la cosa cambia, y cuando el puzzle es algo personalizado, y no la típica foto de un genérico atardecer en la costa, un anónimo leopardo, o una cabaña en los Alpes que a nadie le importa, pues hace ilusión.

Y además, uno está en la obligación moral de hacer el puzzle.

Y cuando empiezas, recuerdas por qué habías jurado no volver a hacer uno de estos.


Vale, ya he hecho lo fácil

Empiezo con las piezas reconocibles, aquellas que tienen letras o dibujos identificativos. Uno unas con otras. Intento el clásico esquinas y bordes, pero el que sean todas más o menos iguales, me hace desistir.

Por suerte, voy avanzando.

¿Por qué hay tantas piezas?

Me topo también con la dificultad del tamaño del puzzle. Lo empiezo en la mesa de mi cuarto, y descubro con horror que ahí no cabe. Transporto todo a la cocina, con paciencia y una sonrisa (entiéndase, una sonrisa nerviosa que precede al ataque de histeria)

¡Ya falta menos!

El proyecto está muy avanzado. Ya he hecho todo el contorno, y parece que lo más difícil ya está.

¿Seguro?

 
¡Y un cuerno!

Falta la parte más puñetera. Colocar las piezas que faltan, que son todas casi iguales, con sutilísimas diferencias.Por suerte, con paciencia y una pequeña ayuda, logro ubicar todas las piezas en su sitio, y desbloqueo el logro "termina un puzzle en una tarde".

Sí, vale, 280 piezas no son muchas, pero ya es más que cualquier puzzle que consiguiera hacer. Eso, y que el hecho de que la mayoría de las peizas fueran azules, convertía el puzzle en una trolleada. Pero la foto me encanta, eso sí.

Ice Bar. Vaci Utca. Budapest. Octubre 2012.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Crónicas Magiares (V)

El buho se despide del hotel. 

Martes

Era el último día, y a las 13:55 (teóricamente) salía nuestro avión. Así, a las 12:00 nos recogía  el minibús para ir al aeropuerto. Eso significa que aún nos quedaban unas horas, por lo que volvimos a coger el autobús que nos llevaba a Buda, para ver algo que estuvimos a punto de perdernos: el Laberinto de Buda.

Era una de las cosas que más ganas teníamos de ver, pero las informaciones eran contradictorias. En algunos sitios lo deban por cerrado. En otros por clausurado. Pero casualmente el día anterior, vimos un mapilla en el que ponía "Labyrinth - Panoptikon", que podía parecer, y ahí nos fuimos.

Un primer escollo fue adquirir los tickets, pues nos habíamos fundido los florines y no aceptaban tarjeta. A cambiar moneda a una casa de cambio de precios exageradamente abusivos (225 florines por euro, a diferencia de los 265 habituales), y de nuevo a la taquilla.

 El "laberinto" esperaba.

Del laberinto me quedo con la atmósfera que conseguía en algunas partes, especialmente en la dedicada al Drácula histórico, el príncipe Vlad Teppes, que estuvo aquí encerrado durante 10 años por tocar las narices al Rey de Hungría. En esa parte, la música de la película de Coppola y la niebla artificial  generaban un bonito y tétrico ambiente.

¡Sacadme de aquí!

Y con eso, y un último paseo por el Bastión de los Pescadores, dimos por finiquitado Buda. Llegamos sin prisa al hotel, donde nos recoge el minubús, y al aeropuerto, donde sufrimos un retraso, del que ya informé en directo.

Tomamos el vuelo a Bruselas, y allí cogemos el tren que nos lleva a la ciudad. Visita exprés, la Grand Place, el Manneken Pis, y las tiendas de chocolate. Chococompras, un rico gofre y vuelta al avión.

¡Chocolate!

El último vuelo se hace bastante duro, tanto por el cansancio como por un grupo de chavales que tienen a bien pasarse el viaje berreando como si volaran solos. Y ya en Loiu, sobrevivimos a un taxista kamikaze.

Así fueron las cosas. Resumen: Budapest mola mucho.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Crónicas magiares (IV)

En ocasiones veo buhos. 

Lunes

Nuestro último día completo en Budapest, con todavía unas cuántas cosas por ver. Un cartel había captado nuestra atención, ofreciendo una curiosa actividad, pero no pudimos ir a las 10 según lo planeado, puesto que no quedaban billetes. Teníamos a las 12, lo que nos dejaba dos horas para ver otras cosas.

Eso nos lleva a una parada de autobús, donde cogemos el 16 para subir de nuevo a Buda. Y esta vez sí, podemos entrar en San Matías, donde fuera coronada la famosa emperatriz Sissi. La parte mala, que la nave principal está en obras, pero eso no nos impide disfrutar de su belleza. Al salir, damos una vueltecilla por Buda, y regresamos a Pest, a la plaza Roosevelt, donde estaba nuestra siguiente actividad de turisteo.

Un autobús que hace una visita guiada por Budapest, que nos enseña la plaza de los héroes, la sinagoga, la ribera del Danubio, el parlamento, donde nos explican que las banderas que ondean están agujereadas en conmemoración de la revuelta antocomunista de 1956... Vale, muy bien, una visita guiada en autobús. ¿Y qué tiene eso de original?

 Mola tanto como parece.

La parte divertida es cuando el autobús anfibio se mete en el río, y desde ahí sigue su flotante visita guiada. Algunos pueden permitirse un crucero por el Danubio. Nosotros éramos pobres, y tuvimos que hacerlo en autobús.

Seguimos con nuestro planning, y nuestros pasos nos llevan esta vez a la basílica de San Esteban, que ya habíamos visto por fuera varias veces al estar al lado de nuestro hotel, y la vemos vemos por dentro y por arriba, admirando las vistas desde su cúpula, pero sufriendo un cortante y helador viento.

Saliendo de San Esteban cogemos por primera vez el tranvía, y nos vamos al famoso mercado de Budapest, con mucho bullicio de gente, y bastante hambre, que es alimentada, valga la paradoja, por el olor a comida que emana por todo el edificio. Allí comemos unos ricos crepes rellenos de todo, pero que nos lleva nuestro tiempo. Casi una hora esperando, durante la que entablamos conversación con unos simpáticos señores daneses, y me sorprendo al ver que mi nivel de inglés da para tener una fluida conversación sobre gastronomía. 

Ya con la barriga llena y una sonrisa de felicidad, damos un paseíllo por el mercado, antes de cruzar el río y visitar uno de los sitios que teníamos en la agenda: el balneario de Gellert.

This is spa!

Una piscina de agua caliente entra mucho mejor después de haberse tirado el día andando, y ahí nos tiramos prácticamente hasta que cierran, en un sitio tan bonito como agradable, aunque las partes más bonitas tienen la pega de que no son mixtas. Me gustaron mucho ambos balnearios, pero si tuviera que elegir, aunque este era mucho más bonito, me quedo con el Schezeny.

Después, un último paseo nocturno por Budapest, y aterrizamos en un restaurante italiano, con poco donde elegir en el menú, pero con una comida realmente deliciosa. El sitio, llamado Fausto, lo elegimos por medio de la guía, que lo pintaba como el mejor italiano de la ciudad. Y no sé si será el mejor, pero por servicio y calidad de la comida, era un sitio realmente recomendable (Dohany utca, al lado de la Sinagoga).

Ricolicioso!

Sigue.

martes, 6 de noviembre de 2012

Crónicas magiares (III)

Buhocracia.

Domingo

Otra mañana lluviosa. Optamos por ir en la dirección opuesta a la habitual, y vamos hacia el Parlamento húngaro, uno de los edificios emblemáticos de Budapest. Llegamos y vemos una importante cola, y nos enteramos de que se pueden coger entradas para visitas guiadas en español. Entro yo con ambos documentos, y consigo las entradas, para 3 horas después. Tenemos suerte, pues son limitadas y hay gente que se queda sin poder acceder ese día.

Nos quedan varias horas, así que damos un paseo, hasta que acabamos en la sinagoga, donde cogemos también las entradas para visita guiada en español. La sinagoga impresionante, y el memorial del holocausto muy bonito, aunque el "museo judío" una engañifa, consistente en UNA sala. Al menos conseguimos coger wifi.

Mazel tov!

El gorrito que se ve en la foto era obligatorio, pues los hombres deben cubrirse la cabeza en la sinagoga (luego me dejaron ponerme el choto, que era más cómodo que ese bonete), lo cual no me parece mal. Lo que me pareció algo peor, un detalle de cutrez, es que ese gorrito, que era de tela barata, casi papel, te obligaran a devolverlo, y que literalmente te lo arrancaban de las manos a la salida. 

Vista la sinagoga, volvemos al Parlamento, que es tan espectacular por dentro como por fuera, y donde la guía nos cuenta en español la historia del sitio, algo de historia húngara, y nos muestra la sala en la que están representadas las "4 ciencias". A saber: Medicina, Filología/filosofía, Derecho y Teología. Ideal para tomar el pelo a los ingenieros.

Salimos del Parlamento, ya con más hambre que vergüenza, y tras pasar por el monumento de los zapatos, seguimos bajando hasta la famosa Vaci Utca, una calle comercial, y una de las arterias del turisteo en Budapest, donde disfrutamos del improvisado recital de un simpático violinista callejero.

¿Habrá de mi talla?

Allí nos impregnamos de sus olores a comida, y vamos a parar a un sitio que recomendaba la guía, donde nos ponen comida típicamente húngara (a precio típicamente de turista, todo hay que decirlo), pero que nos deja sin hambre por el resto del día. Una sopa contundente, y un festival de carne, arroz y patatas (y unas hierbas decorativas, que se debieron de caer en el plato). 

Este plato acabaría con el hambre en Carpantia.

Con la comida por los tobillos, seguimos bajando la Vaci Utca, y mis ojos se fijan en un Ice Bar. Supe de su existencia cuando estuve en Shanghai, pero me quedé con las ganas de entrar. Aunque queríamos aprovechar las escasas horas de sol que nos quedaban, y seguimos bajando hasta llegar al mercado central, que, como sospechábamos, estaba cerrado. Así, optamos por cruzar el puente de la libertad (Szabadság), y volvemos a Buda, donde vemos desde fuera el famoso balneario Gellert, y nos acercamos, sin llegar a subir del todo, a la Ciudadela. Aprovechamos para ver una iglesia, teóricamente católica, excavada en la roca. Después, nos vamos al monumento de San Gerardo, y disfrutamos de las bonitas vistas nocturnas (con un fresquete considerable). Aprovechando que ya hacía frío, regresamos al Ice Bar: un bar en cuyo interior la temperatura es de 4 grados bajo cero, y en el que la decoración es de hielo. Por suerte, te prestan un abrigo y unos guantes. 


¡Tetas! Digo... ¡Tetas!

La noche hacía tiempo que había caído (ya debían de ser casi las 8), pero todavía quedaban energías, así que hacemos una última visita al lujoso hotel Boscoló, donde está la famosa y preciosa cafetería New York, con unos precios en consonancia con su opulenta decoración, pero un sitio que merece también la pena visitar. ¡Y con wi-fi!

Y por fin, tras un duro día, en el que ni nos molestamos en cenar, pues aún nos duraba el llenazo de la comida, un merecido descanso, que todavía quedaba mucho Budapest por ver. Aunque aún haríamos un último esfuerzo para mirar los horarios de San Esteban al día siguiente, y planificar nuestro crucero por el Danubio.

Rest like a sir.

Sigue.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Crónicas magiares (II)

El buho de Budapest 

Sábado 

Budapest cuenta, o eso decía la guía, con la línea de metro más antigua del continente, y segunda del mundo después de Londres.  Y lo cierto es que las paradas de la línea 1, así como sus vagones, eran bastante bonitos. Y dado que el sábado amaneció con una terrible lluvia, decidimos tomarnos el metro como un atractivo turístico más, y hacernos la línea 1 entera, aprovechando que la primera parada la teníamos al lado del hotel.

Así pues, nos fuimos hasta la terminal, y tras asomar el hocico, bajamos una parada, y llegamos a un sitio que teníamos en la agenda, y al que volveríamos después: el balneario Schezeny. Ahí entramos sin saber lo que era, "¿es un edificio gubernamental, es un centro cívico?", y allí nos confirmaron lo que era. Vencemos la tentación de entrar de ipso facto, y seguimos con nuestro camino, hasta llegar a la Plaza de los Héroes, donde nos encontramos con algo tan típico en Budapest como una boda de coreanos.

Opa, Gangnam wedding!

Seguimos bajando, siguiendo el recorrido del metro, hasta que alcanzamos el siguiente hito en nuestro camino: el museo del terror, donde nos ilustramos sobre las ocupaciones nazi y comunista de Hungría, y en el que me gusta el enfoque no maniqueo que se le da, explicando que tan cabrones eran unos como otros. Y donde vemos, además de cosas curiosas como las mazmorras (el museo estaba en lo que fue la sede de los nazis primero, y de los comunistas después), un laberinto cuyas paredes estaban hechas de jabón. Y vemos también un auténtico tanque de la segunda guerra mundial.

Seguimos con nuestro recorrido, hasta llegar (tras una buena sesión de rica pizza) al teatro de la ópera, un espectacular edificio del que se dice que el emperador Franz Joseph (Pacopepe para los amigos) no quiso volver a visitar, pues era más hermoso que el de Viena, en el que estaba basado. La verdad es que el edificio era bien bonito, y al acabar, una sesión musical, con un pequeño concierto.

 ¡Trololó!

Terminamos de hacer el recorrido de la línea 1 del metro y llegamos de nuevo al Puente de las Cadenas, para coger otra vez el funicular, y rehacer las fotos de Buda que se habían echado a perder al corromperse la tarjeta de la cámara (por suerte, pudieron ser recuperadas). Aunque nuestro intento de visitar San Matías se frustra al cerrar ese día más pronto. Damos un par de vueltecillas, pero al llevar todo el día andando, el cansancio comienza a hacer mella. Así que cogemos otra vez el metro, y nos vamos, esta vez con los bañadores y las toallas en ristre, al balneario Schezeny.

Schezeny se caracteriza por dos cosas. Una son sus aguas termales, con baños de hasta 38 grados, y otra, que es al aire libre, por lo que el contraste con el frío de la calle hace que el baño sea aún más agradable. Nos costó un poco entrar, ya que en la taquilla nos sentimos un poco como Paco Martínez Soria ante tanta opción. Pero nos apañamos, y al de un rato ya estábamos en el agua, disfrutando de una deliciosa sesión de amebismo.

Frío por fuera, cálido por dentro.

Y ya cuando salimos, que era de noche (algo no muy difícil, si tenemos en cuenta que anochecía a las 5 de la tarde), por lo que nos fuimos a cenar algo, pero cerca del hotel que llovía. Concretamente, a un sitio bastante mejor que el del día anterior, un sitio más húngaro, donde doy buena cuenta de una rica sopa dulce, con albóndigas de requesón (de chuparse los dedos) y para postre algo tan típico como unos strudels.

Sigue.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Crónicas magiares (I)

El Puente de las Cadenas, una de nuestras primeras vistas de Budapest.

Jueves

Empieza el viaje con un vuelo Bilbao-Munich, del que poco hay que decir, salvo que mola volar con Lufthansa, y que la comida que nos dan en el avión está, combatiendo los tópicos, riquísima. De Munich poco que decir, una hora de espera, y el avión hacia Ferihegy (aeropuerto de Budapest).

Aterrizamos en suelo magiar, y allí cambiamos algo de dinero, y tomamos el minibús que nos lleva al hotel. Nos instalamos, y primer paseo. Cruzamos el puente de las cadenas, el cual está a 2 minutos de nuestro hotel (25, si hubiera que fiarse de mi orientación), y nos damos una vuelta por Buda (el hotel estaba en Pest). Un paseo junto al Danubio, y cogemos el metro para volver a nuestro punto de origen, donde vemos la basílica de San Esteban por fuera.

 
Szent István la nuit.

Después, una cena típicamente húngara, donde pruebo el goulash, y a descansar. Al día siguiente tocaría caminata.

Viernes

El primer día que amanecemos en Budapest resulta ser bastante más completo.Primero cogemos el funicular que nos lleva hasta el Castillo de Buda, y allí vemos las impresionantes vistas, el exterior de la Iglesia de San Matías y el Bastión de los Pescadores. Con algo de callejeo, acabamos en un buffet libre de comida húngara, donde entre las sopas, los platos principales y sus muy malvados postres, me pongo lo que viene siendo hasta las patas de comida. 


Puerta de Matías

Con la comida a la altura de los tobillos, y aprovechando que hace buen tiempo, nos encaminamos a la Isla Margarita, un parque de 2 kilómetros de largo plantado en medio del Danubio, muy paseable, y que nos lleva un buen rato. Subimos por el lado de arriba, por el puente de Arpad, y nos vamos ya al metro, que nos deja en el barrio judío. Allí vemos por fuera la Sinagoga, y nos metemos en otra de las atracciones de Budapest, uno de sus famosos bares ruina. Dejo que la imagen hable por sí sola:

 
Sí, es un bar.

La noche caía rápidamente, y además tocaba cenar, por lo que nos acercamos de nuevo al hotel, y como llueve, optamos por cenar en el sitio más cercano que pillamos. Y a descansar, que había sido día de mucho andar.

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martes, 30 de octubre de 2012

Volviendo de Budapest

Un Jokin blogueando.

A estas horas ya debería estar montado en un avión rumbo a Bruselas, donde haré la escala para ir a Bilbao, y aprovecho la wifi gratuita del aeropuerto de Budapest para dar señales de vida. El vuelo se ha retrasado, al menos una hora, y eso probablemente sea un serio impedimento para nuestros planes de hacer (como ya hice cuando fui a China) una parada técnica en Bruselas, con el consiguiente aprovisionamiento de chocolate.

Chocolate...

"¡Se ha roto!", oigo gritar de fondo. No, simplemente al escuchar "chocolate", mi cerebro se ha ido.

Como decía, parece que el plan bruseleño peligra. Por lo demás, el viaje todo perfecto, Budapest mola mucho (y la compañía más). Pero ya me extenderé más al respecto en posteriores entradas.

jueves, 25 de octubre de 2012

Rumbo a Budapest

Con parada en Munich.

Por fin vacaciones. Dentro de 3 horas cojo el avión, primero Bilbao-Munich (como ya hiciera cuando fui a Moscú), y una vez allí coger el vuelo a Budapest, donde aterrizaremos sobre las 16:20, con tiempo para aprovechar algo de la tarde.

Allí estaremos hasta el martes, que regresaremos vía Bruselas a las 22:45.

domingo, 22 de julio de 2012

Fin de semana con eventos García

El Garcibicéfalo.

El título, por poner algo, es en alusión a que por una parte ayer quedé para comer con mi señor padre, a quien tuve a bien presentarle a cierta persona. Y por otro lado que fue la celebración del cumpleaños de mi ex-compañero de piso, también apellidado García. La fiesta se celebró en su casa, y allí hubo reencuentros con algunos amigos a los que hacía tiempo no veía.

Hoy también tocaba socializar, visitando a unos amigos y su pequeñuela de 2 años, y luego otra visita al amigo Aitor (otro Aitor distinto), para suministrarle series. (De forma totalmente legal, que lo que le he pasado eran DVD originales)

Y siguiendo con el título, la coña de la partida de ayer, en la que se instauró, pues era propuesta mía, la llamada "Ley García", que nos permite meter en el microondas un dado si saca 3 unos seguidos. Medida dura pero necesaria. Y por supuesto en tono totalmente jocoso, que lo mismo esto alguien lo lee y se lo cree.

Y en cosas menos chorras, pues como ya conté, he organizado el viaje a Hungría.

sábado, 21 de julio de 2012

A Hungría

Imagen añadida a posteriori.

Esta entrada no tenía originariamente foto, pues estaba hecha íntegramente con el móvil. Con ella aprovecho para comentar que en octubre, concretamente del 25 al 30, estaré visitando Budapest.

Y como ya tengo cogidos el vuelo y el hotel, pues un problema resuelto

sábado, 26 de enero de 2008

El mejor anuncio de Internet

Bandera turca.


Ciudad... ¿Húngara?

Observad detenidamente ambas fotos.

Una es la bandera de Turquía, el bello país Otomano, un crisol de culturas que aúna oriente y occidente, con sus contrastes entre lo islámico y lo europeo. El país de Constantinopla, de la Capadocia, de Troya, de Ankara, de los kebabs...

La otra es una instantánea de Budapest, ciudad nacida de la fusión de Buda y Pest y bañada por el Danubio, y de la cual se dice que es la capital de Hungría.

Se dice, y eso pensaba yo hasta hace poco. Estaba yo navegando por la red cuando de pronto veo un anuncio. Un pequeño y casi imperceptible banner, sin pop-up, sin imágenes extravagantes, sin lucecitas ni sonidos. solo un enlace con texto, un texto tal que así:

"Adoro Turquía y su capital Budapest"

O_o

O_O

>.<

¿Quién sería capaz de resistirse a semejante afirmación? ¿Puede alguien con sangre en sus venas vencer a la tentación de pinchar ese enlace? ¿Mantenerse fuerte e impertérrito frente a la curiosidad?

Bueno, pues yo no, así que he pinchado. El enlace llevaba a una de estas páginas en las que te registras y te pagan por contesta encuestas, aunque esto es lo de menos. Lo importante es que ese enlace ha conseguido que yo pinchara en él y que ahora esté hablando de esa página.

¿Cagada antológica? ¿Brillante maniobra publicitaria?

Yo creo que lo segundo, y lo confirmo googleando cuando veo que la frase no es una original creación de los publicistas de la citada página, sino que semejante anacoluto es obra y gracia de la actriz sudafricana Charlize Theron en el festival de cine de Estambul (que por cierto, tampoco es la capital de Turquía) demostrando así que las rubias están tan capacitadas como cualquier otra persona para meter la pata.