jueves, 30 de noviembre de 2017

Adiós al fijo

Smartphone de los años 80.

Las facturas son esa gran pesadilla de la vida moderna. Siniestros papeles que aparecen periódicamente en el buzón, que surten efecto los miremos o no (no abrir las cartas no hace que no nos pasen el cargo por el banco, doy fe). Pero mirarlas siempre provoca disgustos y nos hace pensar en cómo reducir esas feas cuantías.

Esta vez le tocó el turno a la factura del teléfono, con ese concepto ya obsoleto que era la "línea de fijo", por el que se me iban unos euros al mes. Tiempo atrás había conseguido reducir el importe dando de baja la televisión de pago (que no sé ni para qué la cogí) y ahora tocaba el turno a la línea del fijo. En los últimos 3 años calculo que habré usado el fijo de casa unas cinco veces, y el uso que le he dado ha sido llamar al móvil para saber dónde lo he dejado.

Tan poco usaba el teléfono fijo (nada), que por no saber, no me sabía ni mi teléfono de casa. En Chezgarcía, donde también había fijo (que no usaba) nunca me llegué a saber el número, y si lo tenía era porque la operadora me obligaba a tenerlo para poder tener conexión a Internet.

Pero me dio por probar suerte (sin demasiada esperanza, he de admitir) y llamé a Euskaltel, para ver si podía dar de baja la línea de fijo pero mantener teléfono móvil e Internet. Para mi sorpresa me dijeron que sí, que había una modalidad (Osoa Take Away) con la que me quitan la línea de fijo, me suben los gigas del móvil y me ahorro 6 euros al mes con lo que venía pagando hasta ahora. No es que sea una gran cantidad, pero me daba rabia pagar a cambio de nada.

Así que algo que de niño me habría parecido inconcebible, es ahora una realidad: no tengo teléfono en casa.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Saw VIII: Jiggsaw

Vamos a jugar a un juego.

Parece que con Saw VIII la saga vuelve a la senda buena. Aunque no es tan original y recicla tópicos manidos, consigue sorprender y no se convierte en el festival de muertes atroces sin sentido en el que se habían convertido las últimas entregas. Concretamente recuerdo la VII como terriblemente mala y la VI, que por suerte ni siquiera fue estrenada en España como directamente infame. 

Aquí vuelve, años después, la saga de los juegos que trocean gente, y regresa con un planteamiento muy similar al de Saw II, con un grupo de gente encerrada sin saber por qué ni dónde (muy Cube) y siendo sometida a trampas mortales que buscarán de una forma retorcida la redención de sus víctimas. 

Se pierde gran parte de la frescura (aunque no sé si "frescura" es un término que cuadre muy bien aquí) de los comienzos de la saga y la suspensión de la incredulidad se tambalea ante el ya demasiado exceso de previsión por parte del malo, en el clásico síndrome de "se llega a rascar la nalga izquierda en vez de la derecha y se va a la mierda todo el plan". Sin embargo, no sé si de forma consciente o no, la película juega muy bien con los miedos del espectador y los usa para darle un final bastante digno, mejor que el promedio Saw. Y naturalmente, es un final de "haha, te hemos estado follando la mente y te lo explicamos todo con pelos y señales mientras suena la musiquilla", pero bastante mejor traído que en otras.

Porque cuando digo que juegan con los miedos del espectador, no me refiero a que juegue con tripas y cuchillas, sino a un miedo más terrible, al miedo a "¿Por qué he venido a ver esto, si sé que va a ser una mierda?". Con cabriolas narrativas hace la del tahúr y durante gran parte del metraje finge ser una película mucho peor de lo que es, para cuando uno está ya echándose las manos a la cabeza horrorizado ante el sinsentido al que está siendo sometido (¡cielos, es aún peor que las anteriores!) se descuelga con el giro y de pronto todo cobra sentido. Y el espectador que juegue a creerse que las piezas encajen, quedará satisfecho con el resultado.

Naturalmente, podría dedicar muchas líneas a hablar de las vergüenzas de la película (hay momentos en los que la protagonista, lejos por parecer horrorizada, parece sufrir pero para aguantarse la risa), pero también hay que ser consciente del nivel de exigencia que uno debe llevar cuando va a ver la octava parte de una saga de cine de terror. Y en ese sentido, Saw VIII da mucho más de lo que esperaba de ella.

martes, 28 de noviembre de 2017

El Autor

Javier Gutiérrez, bajito pero un grande.

Un aspirante a escritor se enfrenta a una grave crisis en su vida personal cuando descubre que su mujer, además de tener más éxito literario que él, le es infiel, así que se reinventa y decide comenzar una nueva vida para dedicarse íntegramente a su pasión, que es la escritura. Deja su casa, deja su trabajo y se vuelca en las enseñanzas de su mentor en el taller de escritura.

El problema viene cuando decide seguir de forma demasiado literal el consejo de escribir realidad, de escribir sobre la vida, y para lograr una realidad interesante que contar empieza a manipular las vidas de sus vecinos, jugando a ser Dios y sin importarle una mierda las consecuencias de sus actos, mostrándose como un auténtico psicópata insensible, capaz de caer a lo más bajo con tal de sacar adelante su proyecto.

Una película con elementos de thriller y buenas actuaciones, con grandes referencias a la Colmena de Cela, en la que me gusta especialmente la explosión de rabia escénica que suelta Antonio de la Torre cuando le suelta el chorreo al protagonista, y no tengo muy claro si la escena final me gusta o me rechina. 

Pero el global de la película, aunque tiene momentos perturbadores, me gustó.

lunes, 27 de noviembre de 2017

#omicron2018

Generando expectación.

Todavía sin cartel definitivo (tenemos el borrador, y está quedando muy chulo), podemos decir que volverá a haber jornadas en Semana Santa, las Omicron, y yo puedo decir que como soy masoquista estaré nuevamente metido de patas en la organización, encargándome de publicitarlas a saco (detrás de los anuncios que se vean de las jornadas seguramente esté yo) y gestionando actividades y espacios, así como dedicándome a pasearme por el frontón de Zalla como si aquello fuera mío durante los días que dure el evento (más montaje y desmontaje, que me hará preguntarme dónde me he metido y por qué). 

Sí, daré mucho la chapa con esto.

domingo, 26 de noviembre de 2017

Fin de semana con mucha lonja

Hoy jugábamos a...

Recurrente tema de domingo por la noche: el fin de semana (¡originalidad al poder!). El viernes por la tarde siesta, hacer un rato de nada por casa y a la lonja a socializar un rato antes de ir a cenar unos pintxos y al cine (Thor: Ragnarok). El sábado por la mañana en casa haciendo más nada y por la tarde reunión de Abaco. Densa, larga (casi 5 horas de reunión), pero sin que llegara la sangre al río.

Cuando acabó, el hambre nos llevó a cenar y luego a jugar breves partidas de Crónicas y Love Letter antes de retirarme. 

Hoy domingo, pues por la mañana poniéndome un poco al día con la segunda temporada de Stranger Things (llamadme hereje, pero así como la primera me gustó, esta no estoy consiguiendo que me encganche ni para atrás) y por la tarde algo de rol, continuando con la campaña de Warhammer: enemy Within. Para quien la haya jugado, hoy visitábamos la torre de Etelka Herzen...

sábado, 25 de noviembre de 2017

Thor: Ragnarok

Colorido cartel, toda una declaración de intenciones.

De las tres de Thor es la mejor. Pero eso no es mucho decir, ya que el listón no estaba demasiado alto; la primera no pasaba de ser entretenida y la segunda resultaba completamente olvidable. Aquí optan por lo mejor que podían hacer, que es tirar por la vía de la gamberrada y lanzarse sin complejos a la comedia colorida que tan bien funciona en Guardianes de la Galaxia. Pero siendo honestos, Thor tampoco da tanto de sí y la película se agota enseguida. A eso le sumamos que lo que podía ser una de las sorpresas de la película (la aparición de Hulk) ya la anuncian a bombo y platillo, pues se chafa todavía un poco más. Hay alguna otra, y como friki de los cómics me gusta ese enganche indirecto con los Defensores (no los de la serie de Netflix, sino los de la Costa Oeste), pero alargar demasiado la película hace que en algunos momentos llegue a aburrir. Daba para hora y media larga, no más.

Un recital de sopapos y carantoñas, con mucho chiste incrustado y todos los clichés del género. El resultado, blockbuster palomitero al que tampoco se le puede pedir más. No horroriza pero está lejos de ser una de las mejores entregas de la saga de películas de Marvel. 

viernes, 24 de noviembre de 2017

Cosas de precios de vuelos

El vuelo de ida.

En unas semanas, del 15 al 17 de diciembre estaré por Madrid, y el vuelo ida y vuelta que he contratado me sale por unos 150€. Hasta ahí nada raro. 

La cosa curiosa es que si hubiera ido a Madrid por algún otro medio (autobús, tren, blablacar, saltitos con el culo por la N-1...), coger únicamente el avión de vuelta me costaba unos 175€. Y me refiero al mismo vuelo Madrid-Bilbao que he cogido. Es decir, que coger ida y vuelta me sale más barato que coger solo un Madrid-Bilbao. Y no en términos relativos, sino en absolutos. De facto Air Europa me paga 20 euros por volar con ellos de Bilbao a Madrid. 

Por si no se entiende:

Ida y vuelta


Solo vuelta.

Me lo expliquen.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Feliz día de tu muerte

Sé lo que hicisteis el último día de la marmota.

En "Al filo del mañana" Tom Cruise cogía la idea de "Atrapado en el tiempo" (esa soberbia película de Bill Murray a la que casi nadie llama por la traducción oficial) y la trasladaba a un mundo de tiros y marines espaciales, aquí trasladan el mismo concepto a un slasher juvenil, en el que el asesino enmascarado no se dedica a ir diezmando el campus, sino que noche tras noche se afana en apuñalar a la misma rubia.

Con un planteamiento que en ningún momento trata de ocultar su fuente de inspiración, Feliz día de tu muerte reproduce el esquema tan "Cuento de navidad" en la que un personaje insoportable se enfrenta a la catarsis de repetir una y otra vez, hasta la saciedad, el mismo día, y debe aprender a lidiar con sus errores para, literalmente, salir adelante. Solo que esta vez la película añade un toque pelín más gamberro, lo que le aporta algo de frescura.

Naturalmente, contiene absolutamente todos y cada uno de los clichés del género, incluyendo algunos que tal vez deberían haber quedado superados, y la suspensión de la incredulidad se tambalea muchas veces, como una de las iteraciones en las que alguien comete una buena ristra de delitos, asesina a una persona y se va de rositas a su casa sin que nadie le diga nada. La resolución, más efectista que lógica, no está del todo mal hilada y además hay que ser un poco permisivo, pues el género tiene estas cosas.

Es difícil a estas alturas hacer una película sobre un tópico tan manido como el de "asesino enmascarado la lía en el campus", y aquí hay que concederle que consiguen serlo, de manera bastante simpática.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Intercambio teatral

Hoy: expresión corporal.

El lunes, dado que estaba volviendo de Madrid, tuve que faltar a clase de teatro. A cambio, he podido hacerla hoy, lo que tiene el encanto y la gracia de variar y hacer los ejercicios con gente distinta, y que otros me vean haciendo el tonto (o interpretando a una mantis religiosa). Pero el lunes que viene vuelvo al redil, a hacer la clase con mi grupo de siempre. Y por cierto, ya va faltando menos para saber qué obra representaremos en junio de 2018. Supongo que con el cambio de año se nos desvelará el enigma. ¿Qué será, será?

martes, 21 de noviembre de 2017

La disparatada vuelta de las Rolea

A Chamartín o al pozo.

Ayer, cerca de las 22:00 llegué por fin a Bilbao, pero las jornadas habían terminado en la sobremesa del domingo, así que la odisea para volver fue larga y repleta de emociones.

El domingo la cosa no fue muy complicada. Comimos, asistimos a la ceremonia de clausura y uno de los organizadores (¡Gracias, Rafa!) nos llevó en un coche a la estación de Antequera. En dicho viaje, ocupando el espacio central de tres viajeros de amplio tamaño en el asiento de atrás de un pequeño coche, mis piernas amenazan con doblarse en ángulos imposibles, mientras mi codo se perdía en la inmensidad de la tapicería y mi cuello se mostraba como ente no euclídeo.

En la estación de Antequera, mientras esperamos al tren, mis ojillos se van cerrando mientras esperamos al tren, pero sin mayores incidentes, salvo lo que llamamos el teorema de Santa Ana-Murphy (no importa en qué parte del andén esperemos, el coche al que tenemos que acceder siempre se materializará en el extremo más alejado posible de la estación). Unas horas de tren, que no pudo ser AVE, nos dejan en Madrid, donde seguimos con la ruta de los transportes públicos. Tras una vuelta absurda a la estación de Atocha, cogemos el Cercanías y allí el metro. Por fin en casa, pero no en la mía, sino en la de mi amigo Manu. Ya en casa, y cadavéricos perdidos, cena, algo de tele y a dormir.

El lunes tocaba ir a Bilbao, pero mi tren salí a las 16:05 (quédense con el dato). Mis anfitriones trabajaban, así que por la mañana me habilitan un hueco en su despacho, para que pueda pasar la mañana entretenido con mi portátil, y a las 13:30 o así, para andar sin prisas, nos vamos a comer. Comemos, me despido de ellos y sobre las 14:45 empieza el show de Jokin.

El plan era sencillo: en Aluche cojo el tren hasta Atocha, y ahí hago el trasbordo hacia Chamartín. Si nada se tuerce llego a Chamartín con tiempo suficiente para buscar la vía, ir al baño, leer el periódico y cursar dos carreras universitarias. "Si nada se tuerce", dijo él...

A ver, la parte de llegar a Atocha bien. Sin problemas. Miro el panel: "Chamartín - vía 2". Incluso hasta para alguien con una carrera de humanidades parece una instrucción sencilla de seguir, de modo que voy a la vía 2, cojo el tren y recorro mentalmente el trazado. Eh, un momento... esta parada no viene en el guión. ¿Por qué estoy en "El Pozo", camino de Vallecas? 

Bajo apresuradamente del tren para cambiar de andén, con el ánimo de cambiar de andén y volver a Atocha. No nos pongamos nerviosos, son las 15:15, tenemos margen. Hay que esperar 7 minutos a que venga el tren. No nos pongamos nerviosos, hay margen. 

A las 15:29 llego a Atocha. Tengo hasta las 15:55 más o menos para llegar a Chamartín sin agobios. Bajo del tren para coger el que me lleve a Chamartín. Miro el panel y veo dos cosas: una, que el siguiente tren para Chamartín pasa dentro de 6 minutos y dos, que el tren del que me acabo de bajar... llevaba a Chamartín.

¡Bravo, Jokin!

Pues nada, son las 15:30 pasadas y tengo dos trenes que me llevan a Chamartín; el de Recoletos y el del aeropuerto, que aparecerán más o menos a la vez. Y efectivamente, aparecen los dos a la vez. Tengo que tomar una rápida decisión, y esta vez no va a haber segundas oportunidades. "No importa cuál de los dos elijas" me dice la vocecilla interior "cojas cual cojas, el otro llegará antes".

De los dos trenes uno parece más moderno y rápido, y el otro había venido con algo de retraso (sus 6 minutos de espera habían sido realmente 8). No hace falta que explique lo que sucedió a continuación. Me subo al tren, y veo que el otro parte feliz hacia la libertad, mientras el mío se toma su tiempo y se tira 2-3 minutos (de reloj) haciendo su jornada de puertas abiertas. A todo esto, ya eran como las 15:42, y en teoría de Atocha a Chamartín son 14 minutos. ¡Chanchanchan!

Propulsado por mis palabras malsonantes, el tren se pone en marcha, y con relajada parsimonia comienza a rodar lentamente hacia Chamartín, mientras yo hago surcos en el suelo de tanto andar en círculos, y casi hago saltar la alarma antiincendios con la nube de humo que me sale de la cabeza.

Para más añadidura, reviso compulsivamente el billete, para ver si una alteración en el contínuo espaciotemporal ha cambiado la hora de salida y mis ojos se fijan con horror en la frase "Cierre del acceso al tren 2 minutos antes de la salida" que adorna el billete. Una frase de normal inocua, pero que en ese momento suena tan terrible como "arriba las manos, esto es un atraco", "este jurado le declara culpable de asesinato" o "tenemos que hablar". ¡Ya no me valía con llegar a las 16:05, tenía que llegar a las 16:03! Y esto, a las 15:55, como que intimida.

Mientras yo me planteo si bajar del tren y empujar para que llegue antes, y me veo mentalmente en la estación de autobuses comprando un billete para Bilbao con cara de gilipollas, empiezo a ver la luz al final del túnel. No es ninguna metáfora, es que esa parte del trayecto va por fuera. Y a lo lejos veo Chamartín, los ratos que no miro mi reloj para ver el 15:58. ¡Agh!

El tren comienza a ir despacito-despacito, pero a velocidad "si me bajo y voy andando, llego antes". Yo ya mentalizado de la derrota, como cuando quedan menos de 30 segundos y mi equipo va perdiendo por 10 puntos. Pero hay que intentarlo, así que tan pronto como el tren se detiene, salgo a toda pastilla (creo que esperé a que se abrieran las puertas, pero esto último no lo puedo asegurar) y voy por las escaleras mecánicas subiendo los peldaños de 6 en 6. Vale. Eran las 16:00 y tenía 2 minutos para encontrar la vía con mi tren. Corro hacia un panel como alma que lleva el Diablo y veo la mía. Aún hay gente controlando el acceso estaba salvado. Paso el control, pongo mi mochila en el portaequipajes y antes de que me haya sentado, el tren ya está en marcha. En la bocina, pero había salvado los muebles.

Sin embargo, el karma es un prestamista rencoroso, y tras un viaje en el que vengo entretenido con el móvil, al llegar a Bilbao a las 21:16, decide plantarme el Cercanías que me traía a casa a las 21:18, y entre cambiar de andén y coger el billete, mi carrera no consigue evitar que la puerta se me cierre delante de las narices y tenga que coger el de las 21:33. Pero con la que casi lío en Madrid, como para ponernos exquisitos, oigan.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Crónica de las Rolea

El rol es el que es.

Bueno, pues por fin delante de un ordenador, procedo a hablar de las jornadas. Dado que aún no estoy en Bilbao, cambio el orden habitual de narración y contaré las jornadas antes que el viaje.

Jueves

Llegado al CEULAJ y acretidado, me lanzo a dirigir una partida. Tomo posesión de la sala, reúno a los jugadores y dirijo el primer pase del rol en vivo "7 años y un día", sucedido por una mesa redonda sobre las mecánicas del mismo.

En la cena podemos ver que la calidad de la comida ha mejorado mucho con respecto a las TdN, una barbaridad, y luego me voy a dirigir el vivo "Ministerio del Tiempo: Tiempo de Copas", donde me lo paso como un enano haciendo de Salvador, pero sobre todo disfruto con un monumental Velázquez, que hacía que la partida fuera como ver desde dentro un episodio de la serie. Creo que podría dedicar una entrada del blog solo a ese Velázquez.

Acabada la partida, vamos como siempre al Pepe Johns, a comprobar que las botellas de ron siguen en su sitio, y a una hora razobable, de vuelta a la cama. 

Viernes

Medio zombi, me levanto para desayunar y dirigir mi partida de rol de mesa del Ministerio del Tiempo (Con Hitos), donde Ernesto, Pacino, Entrerríos, Angustias y Velázquez viajan a 1839 para lograr que la primera guerra carlista termine como tiene que terminar. Muy divertida, incluso a pesar de que uno de los jugadores no había visto la serie (pero pilló en seguida el espíritu).

Por la tarde sigo dirigiendo, otra vez vivo: El tiempo de los erizos. No es de mis partidas favoritas, pero funcionó bastante bien, y los jugadores se metieron en seguida, sin nadie que se quedara al margen, así que el resultado fue todo lo bueno que puede ser.

Por la noche juego (rol en vivo) "Las nieblas de Silent Hill", una partida muy bien construida, pero que no me termina de gustar por dos motivos principales: uno, que en algunas partes era muy "escape room", y otro, que sí que no es culpa del vivo, es que el frío casi polar de las noches de Mollina se cebó en mi sistema respiratorio, y me hizo llegar a temer que al día siguiente no iba a poder ni levantar de la cama.

Sábado

A pesar de mis miedos de la noche anterior, me desperté relativamente bien (aunque los ronquidos del compañero de habitación, que me llegaron a hacer creer que se había colado un perro ladrador en el cuarto, no ayudaban) y dado que me había comprometido a dirigir, en la mesa me planté, y parece que la partida me fue animando. Era el segundo pase de la partida del Ministerio del Tiempo del día anterior, estando esta vez el reparto compuesto por Pacino, Alonso, Ernesto, Irene y Julián. 

Por la tarde juego Revividos, una gamberrada en la que todos llevábamos personajes de otros vivos que hubiéramos jugado, y en honor a uno de los directores llevo a Larry Night, del vivo "Extraños en la noche". Una partida muy loca y muy divertida, pero también bastante cortita, tanto que al terminar nos da tiempo a hacer un segundo pase de "7 años y un día", que demuestra su rejugabilidad, pues uno de los que participaron el jueves por la tarde vuelve aquí a jugar, y tan a gusto.

Por la noche... otra vez 7 años y un día, donde pasa una cosa curiosa, pues como solo había 6 jugadores para 7 plazas (la única actividad de cuantas llevé que no se llenó rápidamente), opté por llevar yo uno de los personajes y acabé otra vez jugando mi propio vivo.

Domingo 

Por la mañana, arrastrándome entre el resfriado, el cansancio y acumulado y puede que un poco del ron de la noche anterior, aterrizo en una partida de Savage Worlds, Greenspace: La prueba de Gygax. Una partida muy dinámica y una ambientación bastante simpática, con detalles francamente chanantes. Una especie de Fallout en el que las tribus se cimentan sobre elementos de la cultura pop, y en el que nuestra aldea era en esencia una civilización... de roleros.

Acabada la partida, pues comemos, la clausura, y viaje de vuelta. Como siempre, una experiencia maravillosa, unas jornadas muy bien montadas (en rol son lo mejor que hay, y por muchísimos factores), en las que lo peor ha sido el frío (¡uno no va desde Euskadi hasta Andalucía para dormir con manta, hombre!), y lo mejor, aparte de las partidas y la comida, el estar con un montón de gente a la que solo ves en este tipo de eventos, compartiendo buenos momentos, vivencias y chistes de pinganillos.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Rumbo a las Rolea

Cartas en ristre.

En el AVE, rumbo a Antequera y siguiendo el procedimiento habitual. Ayer cogí el tren Bilbao-Madrid, donde pernocto y hoy a tierras andaluzas.

El viaje ayer bastante cómodo (bendita clase preferente), aunque al llegar a Madrid descubrí con horror que para coger el metro hace falta comprar por narices la tarjeta recargable, de modo que la broma de un viaje singular me salió por 4,50€.

Ahora, a falta de menos de una hora para llegar al Ceulaj, voy con la mochila llena de partidas e ilusiones, para desconectar del mundo real hasta el domingo.

martes, 14 de noviembre de 2017

Toc Toc

¿Quién llama?

Se nota mucho al ver esta película que es una obra de teatro llevada a la gran pantalla. En ella, un grupo de gente con diversos tipos de trastorno obsesivo-compulsivo confluyen en una improvisada terapia de grupo en la que juntos tratarán de superar sus neuras.

Los pacientes son Emilio, un taxista obsesionado con los cálculos aritméticos, que tiene la necesidad de contarlo y numerarlo todo; Blanca, una técnica de laboratorio obsesionada con la limpieza y los gérmenes; Ana María, una mujer muy devota obsesionada con comprobarlo todo una y otra vez; Lili, una monitora de aerobic e imitadora de Dora la exploradora, que tiene que repetir todo lo que dice y a veces sufre episodios en los que repite constantemente la última sílaba que escucha; Otto, un imitador de Guti obsesionado con la simetría y con no pisar las rayas del suelo, y por último Federico, un argentino con el síndrome Gilles de la Tourette, que le compele a lanzar palabras malsonantes (bastante blancas e inocentes en su mayoría, por cierto), cada poco tiempo. Por último está Tiffany, la sufrida secretaria del médico que les debe atender.

Una comedia bastante ligerita, aunque la gente que estaba en el cine se reía bastante, que sirve para pasar un rato ameno, pero sin terminar de llegar a la carcajada. A ratos una versión un poco gamberra de El Método (versión cinematográfica de El método Grönholm), pero sin llegar a su nivel. Claro que no se pueden comparar, pues aun compartiendo ciertas similitudes, son géneros muy diferentes.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Así fueron las EntreRevs

Mesa redonda sobre creación de roles en vivo.

Si ayer hablaba del fin de semana en general, hoy toca hablar del evento que me llevó hasta ahí, el congreso de rol en vivo (sí, sobre cuestiones de ocio también se pueden hacer congresos, aunque solo seamos aficionados), Entrerevs.

Una cosa de la que hay que hablar es del cambio a última hora de sitio. Iba a ser en Alborache pero a dos semanas del evento los organizadores anunciaron que tenía que trasladarse a Alicante. Una putada gorda para los que teníamos los billetes cogidos, todo hay que decirlo, pero también hay que decir que se ofrecieron a dar todas las facilidades posibles y a pagar los traslados Valencia-Alicante y viceversa, de manera que hubo este problema pero se movieron rápido y consiguieron una alternativa en tiempo record.

El sitio, además, la residencia universitaria "La Florida" en Alicante, resultó ser un buen sitio, con cómodas habitaciones individuales, salas para las actividades y un catering bastante aceptable, teniendo además una cierta flexibilidad horaria y personal de cocina muy amable. Salvando las mencionadas incomodidades que ocasiona el cambio de ciudad, el apartado instalaciones, bien.

Ahora vamos a las actividades.

Tras la charla de presentación que antecedió a la cena, el viernes a la noche había una amplia oferta de rol en vivo, casi todas con preinscripción, y dado que esta me pilló de viaje, yo no tenía plaza, pero me ofrecieron hacer de PNJ en Bayou Corne, aunque en el fondo tenía más de PJ y la experiencia de juego era completa (solo que era el malo).

Bayou Corne, de Abraham "Nobane" Modia y Victoria Vázquez. REV inspirado en "Stranger Things".

La partida he de decir que me gustó bastante, y se notó que estaba muy trabajada, tanto en los trasfondos de los personajes como en el material de apoyo de la partida (música, decoración, pistas...).


El sábado fue el día de las charlas, y dado que no estuve en todas (sí en la mayoría), hablaré de las que pude presenciar.

Empezaba con una charla sobre rol en vivo histórico, a cargo de Enrique (historiador él), seguida sobre una charla sobre seguridad en el ReV, de Esperanza Montero. En este segundo me encuentro con la pega, a título personal, de que está mucho más orientado a eventos grandes que a roles en vivo pequeños, que son a lo que me dedico yo, y muchos de los consejos no los termino de ver aplicables. Sin embargo, ofrece algo de perspectiva de cara a Ómicron.

Después fue una charla, de Mauro López, sobre fotografía en el rol en vivo, que resulta ser muy amena, y con una guinda muy bonita cuando aprovechó la charla para pedir matrimonio a su pareja, ahí presente (pero hizo trampas, usó fotos de gatitos, y así no le pudo decir que no).

Cerraba la mañana Christian Ruiz con una charla sobre tecnología en el rol en vivo. Aquí admito que desconecto un poco más, aunque me gustó especialmente la parte de preguntas, en la que la parte de "tecnología para torpes" (categoría en la que me incluyo) se hace muy participativa.

Tras la comida una nueva charla, esta vez de Fer Lobo, sobre mecánicas de juego y soluciones a problemas narrativos y jugables. Aquí lógicamente sale el tema de vivos con o sin sistema, y la necesidad de buscar un término más adecuado para lo que muchos entendemos por "rol en vivo sin sistema".

Por último, en la mesa redonda, compartimos experiencias y procedimientos sobre cómo organizamos partidas y/o eventos de rol en vivo, y sale la sempiterna cuestión de monetizar el rol o no (cosa que a mí me parece muy respetable, ojo, pero es algo por lo que nunca pagaría ni cobraría dinero).

Hubo alguna charla más, pero a esa no me quedé. Saltamos directamente a las partidas de la noche y ahí tocaba mi aportación al evento: mi partida de rol en vivo con cartas (sí, con una baraja de cartas hechas para el juego) 7 años y un día, con la que obviamente no puedo hacer una valoración objetiva, pero sí puedo hacerla de los jugadores, y quedo francamente contento con el buen nivel desplegado por ellos, y por la respuesta positiva que recibo.

Con filtros guarros de Photoshop.

El domingo por la mañana había más actividades, pero yo solo pude quedarme a la charla de Alba Torrebejano Juegos de rol desde la literatura comparada, de donde salen reflexiones muy interesantes y la fabulosa frase "Zola era un gran escritor, pero habría sido un mejor rolero".

Y así han sido las EntreRevs desde mi punto de vista. El balance es netamente positivo, y será una opción muy a tener en cuenta de cara a repetir en futuras ediciones, si bien reconozco que sigo prefiriendo el modelo jornadas de rol. Sin embargo, cuenta con lo más importante, que es la cualidad de ser un nexo de unión entre jugadores y creadores que compartimos esta afición por el rol en vivo y una excusa perfecta para juntarnos y convivir un par de días, tanto viendo a viejos amigos como conociendo a gente nueva. Como suele pasar en este tipo de eventos, el qué es una excusa y la clave es el con quién.

domingo, 12 de noviembre de 2017

De vuelta de Alicante

El evento estuvo muy bien, pero esto me hizo especial ilusión.

Con una vuelta mucho más plácida que la ida (con la escala en Valencia, el viaje en autobús y tal) ya estoy en Bilbao. Del evento ya hablaré mañana tranquilamente, hoy hablaré de lo que ha sido el fin de semana, con lógica mención al mismo.

El viernes fue día de saludos y reencuentros, y después de la cena algo de rol (Bayou Corne, basada en la serie Stranger Things), que nos duró hasta la 1:30 o por ahí, y aunque me apetecía estar con la gente y tomar algo, estaba demasiado cansado, de manera que me fui a dormir.

Además al día siguiente había actividades del evento, y había que no madrugar pero sí que levantarse a una hora razonable, estando a las 9 y poco ya desayunando. El sábado durante el día, pues lo que viene siendo un congreso, con sus charlas y tal, todo muy ameno y distendido. Por la tarde parecido, y antes de la cena a tomar unas cañas con charla-coloquio de las de arreglar el mundo. 

Tras la cena más partidas y dirijo mi "7 años y un día", que funciona muy bien pero tiene una cosa que a veces es una pega: es una partida muy cortita. Y al ser corta acabamos de los primeros, de manera que para cuando todos los demás han ido acabando sus actividades yo ya empiezo a tener sueño, y para eso de la 1:30 me vuelvo a retirar.

Domingo por la mañana puedo asistir a un par de charlas, pero estoy poco rato, pues ya que estaba en Alicante tenía que quedar con los amigos de Santa Pola, a los que veo de ciento en viento y tenía muchas ganas de estar al menos un rato con ellos, y hemos podido aprovechar para estar un rato, comer y ponernos al día. Lamentablemente hemos podido estar menos de lo que me habría gustado, pues a las 17:40 salía mi avión de vuelta, y aunque ha habido algo de suspense, pues he llegado al aeropuerto casi a las 17:10, he podido cogerlo sin problemas, ya que afortunadamente no es un aeropuerto demasiado grande.

A las 19:00 ya estaba en Loiu, donde una cola terrible casi me impide coger el autobús, pues iba hasta las cartolas y ha habido gente que sí se ha quedado en tierra, pero yo he sido de los afortunados.

En resumen, un fin de semana que ya de por sí era interesante gracias a un evento que intentaré repetir en futuras ocasiones, pero que queda completamente eclipsado por poderme reencontrar, aunque haya sido de forma fugaz, con los señores de la foto.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Descanse en jarl

Hasta luego, Lucas.

No me gustaba Chiquito de la Calzada. No solo no me hacia gracia sino que cada vez que aparecía cambiaba de canal. Eso cuando no le gritaba a la tele.

Pero la huella de Chiquito de la Calzada se fue consolidando, y aunque no nos gustará verle nos salía con naturalidad imitarle. Raro es el español al que nunca se le haya escapado alguna vez un "no puedor" o un "¿Te das cuen?" y yo misno reconozco que una vez me disfracé de él en carnavales, pasándolo como un enano con sus gritos y sus gestos. 

Ahora con su fallecimiento la figura de convierte en leyenda y su fenómeno, que realmente ha dejado impronta en la lengua castellana es sinceramente digno de estudio.

Ese cobarde, pecador de la pradera, con sus siete caballos que vienen de Bonanza, con ese pedazo de dolor de diodeno producido por la caidita de Roma quedará para siempre en el recuerdo. 

Nunca se me habría ocurrido pensar hace 20 años que diría esto, pero hoy se nos ha ido un grande de la literatura española. O al menos uno de los más influyentes en el habla.

viernes, 10 de noviembre de 2017

En Alicante

Desde el avión.

"Pero eso no es Alicante, es Valencia".

Correcto. Pero el evento que me ha traído hasta aquí, las EntreRevs (una especie de congreso de rol en vivo) iban a celebrarse originariamente en Alborache (Valencia) pero a última hora han cambiado su ubicación. Y claro, yo ya tenía el vuelo cogido.

El madrugón ha sido bonito (¡Mentira, ha sido horrible!), dado que el vuelo salía a las 8:40 de Bilbao, así que en el avión yo era un cadáver.

Sobre las 10 estaba ya en Manises y tenía que buscar el medio de llegar a Alicante. No ha habido suerte con Blablacar y el autobús Manises-Alicante no salía hasta las 13:00, así que vía metro me he ido a la estación de autobuses, pues había uno que salía a las 12.

Con algo de fortuna, pues solo quedaban dos huecos, he podido hacerme con el billete, y tras esperar una hora, que se me ha hecho eterna, ya estaba en el autobús.

2 horas y 45 minutos en un autobús a rebosar. Por suerte en Benidorm se ha bajado casi todo el mundo y el tramo final ha resultado más cómodo.

Estaba ya en Alicante, ahora tocaba buscar el albergue. Afortunadamente no era muy lejos y con un paseo de media hora ya he podido llevar, acreditarme, comer algo (menos mal que he tenido la prudencia de zamparme un bocadillo en Valencia) y proceder al combo siesta-ducha.

Ahora a hacer un poco de tiempo mientras va llegando la gente.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Decenio foral

Tal día como hoy...

Un 9 de noviembre de 2007 debutaba en mi actual trabajo en la Diputación Foral de Bizkaia. Bueno, técnicamente no es el mismo trabajo, ya que hace poco "cambié" en el concurso, y además entre medias ha habido cambios de tareas y de denominaciones del departamento (antes éramos Acción Social y ahora somos Empleo), pero la oficina, los compañeros (gente que ha ido yéndose y viniendo al margen) y la silla son los mismos que hace 10 años. Parece que fue ayer, pero ya llevo una década 

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Mindhunter

La imagen me recuerda un poco a True Detective.

Una de las series de moda de este otoño, con capítulos de David Fincher (Se7en, El club de la Lucha, Zodiac) como aval. Nos presenta a dos agentes del FBI que en los años 70 revolucionan la ciencia de la criminología procediendo a entrevistarse con asesinos encarcelados, a fin de entender mejor cómo funciona la mente de un criminal y poder deducir patrones, de cara a resolver delitos cuyo responsable no se conoce.

La serie está muy bien cuidada, y tiene momentos de absoluta genialidad. Sin embargo, requiere atención, y no es una serie que se pueda ver en segundo plano, pues entonces es fácil perder el hilo y consiguientemente el interés. Yo reconozco que me pasaba a veces, que con esa atmósfera a veces tan opresiva que genera, mi mente se abstraía y no conseguía que me atrapara del todo. No obstante, eso no me impide verle y reconocerles sus virtudes, que no son pocas. No me ha llegado a enamorar, y en algunos momentos se me hacía un poco cuesta arriba, pero es sin duda un producto de calidad.

martes, 7 de noviembre de 2017

El secreto de Marrowbone

La carátula esconde un spoiler.

Una de estas películas con giro "sorpresa" (lo anuncian, casi literalmente, con peluches con bastante antelación) en las que es difícil hacer comparaciones sin destriparla por completo, cosa que haré, pero más adelante, después de haber dado una opinión más o menos neutra, sin contar más allá de lo imprescindible.

Una familia se traslada a una casa abandonada huyendo de "algo", y cuando la madre muere, los cuatro chavales se quedan solos, aislados del resto del mundo. Pero se va intuyendo que en la casa también hay "algo", ¿un fantasma? que les inquieta.

Y así, entre el terror, subgénero casa encantada, y el thriller va discurriendo la película. La verdad, no me ha parecido gran cosa y por momentos era incluso un poco aburridilla. Se agradece que pese a algunos momentos de desconcierto para el espectador en los que la película parece buscar tanto el giro que se marea dando vueltas sobre sí misma, acaba cerrando sus tramas, aunque el desenlace puede ser discutible si es feliz o no. Puede valer para pasar el rato, siempre que no haya cosas mejores que ver.

En cuanto a los SPOILERS (ahora sí), la película recuerda en uno de sus giros a "Los otros" (oh, casa chunga en la que resulta que los personajes siempre estuvieron muertos) y sobre todo, y esto tiene su coña, a "Múltiple" (o Split), resultando que además sale la misma actriz protagonista.

¿Se encasillará Anya Taylor-Joy en películas del subgénero "señor con personalidad múltiple"? 

El tiempo lo dirá.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Mis partidas en #Rolea2017

Así lucen en la web.

Dentro de menos de dos semanas estaré en Mollina haciendo el friki. Diría que jugando a rol, pero la verdad es que voy a estar más tiempo dirigiendo, pues son 6 las partidas que llevo (son 4, pero dos de ellas las haré dos veces).

De rol en mesa llevo dos pases de la partida "Tiempo de abrazos", una partida basada en la serie "El Ministerio del Tiempo" y ambientada en el final de la primera guerra carlista, en mi pueblo materno, que es Bergara.

También del Ministerio llevo el vivo "Tiempo de copas", aunque este es prestado, pues no lo he escrito yo entero, solo una pequeña parte, y además de dirigir llevaré a Salvador Martí como PNJ.

Saliendo del Ministerio, pero siguiendo en partidas basadas en cosas televisivas llevo dos pases de "7 años y un día", que va evolucionando hacia rol en vivo con cartas, y tanto las tarjetas con tramas como las propias hojas de personaje componen una manejable baraja de cartas.

Por último, y aquí ya sí creación más original (aunque no del todo, pues está ligeramente inspirado en un relato de Philip K. Dick) está el rol en vivo "El tiempo de los erizos", que llevé hace unos años a TdN, aunque no conseguí que se hiciera.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Sushi y cómics

Esto también viene de Japón.

Un alto en este largo fin de semana de 9 días para hablar del día de ayer y la mañana de hoy, que si no, se me van acumulando las cosas y lo acabo haciendo el domingo a la noche con pereza y prisas.

Por la tarde nos fuimos a Getxo, donde se celebraba el salón anual del cómic. Para la saca un recopilatorio de historias de Vázquez, a muy buen precio. El salón lo vimos mucho más apagado que otros años, muy desangelado, de manera que para las 20:00 ya estábamos fuera (creo que ni una hora estuvimos ahí). Y dado que habíamos quedado a las 21:00 para cenar con unos amigos en Algorta y hacía bueno, en vez de coger el metro nos fuimos dando un paseo. 

La cena consistió en una de sushi casero, en la que la diversión estaba tanto en hacerlo como en comerlo, acompañado todo ello de una cata de cervezas (yo me quedé mirando con mi copa de agua, que no soy nada cervecero) y unos deliciosos postres, de los que quitaban el hipo. Un brazo de gitano de chocolate y otro de mascarpone y fresa.

No nos retiramos demasiado tarde, lo que hoy me ha servido para levantarme pronto, pues tenía que volver a Getxo a por dos cosas. La primera, que se intuye de la foto, era atacar un stand con cómics viejos, entre los que había de mi querida Dragon Ball, colección que hice en el instituto. Sin embargo, sabía que en algún momento a lo largo de estos años se me habían perdido algunos números, pero no sabía cuales, de modo que a primera hora de la mañana me he plantado en el trastero de mi señor padre para hacer inventario.

Ya con la lista he ido a Getxo, con la esperanza de encontrarlos, y he sacado lo que en los juegos de rol se llama un "crítico en Buscar", pues a la primera, y los tres que me faltaban estaban ahí, juntitos y bien a la vista.

Mi otro propósito era aprovechar que estaban firmando ejemplares los autores del cómic "Tiempo al tiempo"; Jaime Martínez y Desiree Bressend, cosa que descubrí ayer, pero como no suele ser un cómic que lleve habitualmente encima, no pude pedir que me lo firmaran al momento, y he tenido que volver. Pero ahí estaban hoy también, muy majetes ellos, y hemos estado charlando un poco sobre la serie y el merchandising mientras me firmaban el libro y Jaime me dibujaba un Alonso de Entrerríos.

Y para volver a casa, como tenía tiempo y hacía bueno, he vuelto dando un paseíto hasta casa. 10 kilómetros de nada.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Presentando: Espinas

El escenario preparado.

Ayer me fui a la Fnac, donde era la presentación del juego de cartas "Espinas", y es una presentación a la que no podía faltar, pues la hacía yo, en representación de la asociación Abaco, que colabora habitualmente con Fnac y Nosolorol, haciendo presentaciones de juegos.

En este caso era Espinas, un juego cooperativo de cartas con temática de terror, que consiste básicamente en narrar historias con los elementos que dan las cartas y luego recordar los detalles para poder salir adelante. Una estética muy lograda y unas reglas realmente sencillas, para un juego que no resulta fácil en absoluto.

En cuanto a la presentación, la verdad es que ayer acudió mucha menos gente que a otras presentaciones, pero al menos pudimos jugar un par de partidas y la cosa no fue del todo en balde. Otro día, con más ganas, haré una reseña más en profundidad del juego.

jueves, 2 de noviembre de 2017

¿Se acabó el Ministerio del Tiempo?

Así empezaba una leyenda.

Ayer terminaba, y de manera apoteósica, la tercera temporada del Ministerio del Tiempo. No son pocas las veces que he hablado de esta serie, y es que todo halago que le pueda hacer es poco. Diversión en estado puro, ha demostrado ser una serie inteligente y muy distinta a otras cosas que se habían hecho, y ayer se despidió como mejor sabe hacerlo: con un capítulo repleto de humor, metarreferencias y unas críticas con las que repartía estopa a diestro y siniestro.

No sabemos si volverá, y si lo hace tiene poca pinta de que vaya a ser de la mano de TVE, que ha demostrado no tener ni idea de cómo manejar su producto estrella, pero la esperanza es lo último que se pierde. Y aunque no vuelva, realmente nunca se habrá ido, pues El Ministerio del Tiempo ya se ha ganado su puesto en la eternidad.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Regreso de Munich

Buhavaria

Ya de vuelta en Bilbao, ahora lo que toca es terminar de reseñar el viaje por la capital bávara contando el último día.

La cosa buena es que el vuelo lo teníamos a las 15:30, de manera que no había que pegarse un madrugón especialmente horrible y nos daba tiempo para petardear un poco por ahí. Primero aprovechamos para dejar las maletas en las consignas de la estación (según entras por la principal de Bayernstrasse, al fondo del todo a la derecha; 6 euros la taquilla grande y 4 la pequeña, 24 horas) y andar un poco.

Nos fuimos a la Campa de los Ingleses, donde está la famosa ola, con sus surfistas. Algo muy curioso de ver, teniendo en cuenta que no había más de 10 grados.

Luego un poco de callejeo, reviendo las cosas típicas, aunque nos quedamos sin ver el mercado en funcionamiento (el 31 de octubre es festivo y cierran los puestos) y el mirador de la iglesia de San Pedro, que había una cola atroz.

Finalmente nos vamos al metro (para el aeropuerto valen las líneas S1 y S8, pero cuidado: si se coge la S1 hay que coger los vagones del final, que en un momento del trayecto se dividen) y llegamos bien de tiempo para pasar el arco de seguridad y comer. 

Como curiosidad: al hacer el embarque solo nos pidieron la tarjeta del embarque, sin que en ningún momento del proceso nos pidieran DNI, pasaporte ni nada que nos identificar. Podríamos haber cogido el vuelo a nombre de Manolo el del Bombo, que habría colado.

Y tras dos horas de cómodo vuelo (Lufthansa rules!), ya estábamos en Bilbao. Por cierto, eso de que todos los alemanes hablan perfectamente inglés es mentira cochina, que nos encontramos con no pocos que no tenían ni papa, y otros tenían un inglés que más propio de "nivel medio" de currículum vitae que otra cosa. Menos mal que sabía decir cuatro cosas básicas en alemán...