miércoles, 31 de octubre de 2018

La noche de Halloween

El cazador cazado.

No voy a ser muy sesudo en la crítica (tampoco es que de normal suela serlo), pues aquí sabía a lo que venía y es eso con lo que me he encontrado. Secuela directa de uno de los máximos exponentes del subgénero slasher (tío que va y mata), ignora las películas que hay por el medio y se va a 40 años después, con una Laurie ya madura que ha estado entrenando toda su vida para preparar el enfrentamiento final con el temible Michael Myers. Y bien, porque como solo he visto la original, pues así perfecto.

Así pues, lo que nos encontramos es un reguero de cadáveres que el asesino con mala baba va dejando y todas las convenciones del género, rodeando al malo de una cierta aura de misticismo. Sigue la fórmula, aunque tiene un par de giros simpáticos y el final es previsible pero correcto. Tiene sus puntos oscuros, claro, pero muchos de ellos inherentes al género.

¿Llega al nivel de la primera? Sinceramente creo que no, aunque hay que entender que tiene la desventaja de no poder ofrecer algo realmente original frente a una de las que impulsaron el género (a bote pronto diría que la santísima trinidad del asesino con careta es La matanza de Texas, Halloween y Viernes 13, aunque aquí Jason sea de las secuelas), pero teniendo el nivel de calidad que suelen ofrecer a veces estas secuelas, pues con un canto en los dientes, oigan.

martes, 30 de octubre de 2018

La mejor foto del siglo

La naturaleza puede ser maravillosa.

Uno ve esa foto y la historia que tiene detrás y no puede evitar pensar en lo nocivos que somos los humanos para el planeta, y cómo somos una especie egoísta que solo se preocupa por sí misma. ¡Ay, cuánto tendríamos que aprender de los animales!

Pues no. Uno ve ese meme y efectivamente se echa las manos a la cabeza porque el humano es el único animal que ve esa gilipollez y se la cree. Ampliamente desmentida, esa foto, que es un montaje, es además un absurdo de proporciones colosales. ¿De verdad, por qué narices iba un elefante a salvar la vida a un futuro depredador? 

Aquí la foto original, sin felinos añadidos.

Por desgracia, Internet es un campo muy grande y las mentiras, a pesar de tener las patas cortas, corren muy rápido, y dado que el esfuerzo de desmontar los bulos es grande, mi postura será, cada vez que me lo encuentre, responder con cachondeo. No servirá para nada, pero al menos me echaré unas risas. 

¡Cuánto hemos de aprender!

Algo parecido hice con el bulo de la manada de lobos.

lunes, 29 de octubre de 2018

El fotógrafo de Mauthausen

En lugar de usar actores usaron a Mario Casas.

Francisco Boix y Antonio García (aunque en la película solo nos hablan del primero) fueron dos de los prisioneros españoles que estuvieron internados en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen, donde tenían la labor de trabajar como fotógrafos, y que consiguieron salvar muchas de las fotos sacadas ahí, como prueba del horror del nazismo y que sirvieron para condenar a algunos de sus dirigentes. 

Y la película, a pesar de Mario Casas, es una maravilla. A ver, tampoco vaya nadie a pensarse que hace un trabajo especialmente malo, que está bastante correcto e incluso tiene sus momentos, pero sin ser un desastre sí que es verdad que en algunos momentos no da la talla y lastra un poco alguna escena. Algo mejor está otro al que tenía bastante miedo es Alain Hernández (un actor del que nunca sé qué esperar, pues lo mismo se sale en "El rey Tuerto" que me hace querer exigir la devolución del precio de la entrada en "Plan de Fuga"), que aquí construye un personaje extraño pero adecuadamente perturbador.

Quien sí brilla a un nivel estelar aquí es la directora Mar Targarona, que consigue hacer de la película un crescendo constante, que comienza con un tono ligero, a veces casi hasta amable, pero que se va metiendo en una espiral de horror y nos regala momentos verdaderamente escalofriantes, como esa escena en la que el aborrecible capo se va de paseo con uno de los prisioneros mientras hay una representación teatral y... prefiero no contar nada, pero no puedo no mencionar esa escena, que mantiene el culo del espectador casi literalmente clavado a la silla, y aunque casi telegrafía lo que va a suceder, fabrica una tensión que casi se puede masticar. Hay escenas que valen por sí solas el precio de la entrada, y esa desde luego es una. Pero no es la única.

Sí adolece de ser un tanto confusa con algunas subtramas y las hay que se quedan colganderas, como si la película se olvidara de ellas (el tema del Nacht und Nebel, queda un poco con pinzas), pero perdonable.

Donde también destaca, prometo que no estoy buscando el chiste fácil, es su fotografía, trasladando maravillosamente las fotos originales a pantalla y también generando muy bien esa atmósfera, así como en adornar la película con referencias, visuales o argumentales a películas de culto. A bote pronto me vienen a la cabeza Casablanca, La Vida es Bella o American History X. ¿Mucha coincidencia sería que fueran casualidad, no?

Una soberbia película, y todo lo que no sea cuando menos una nominación al Goya para Targarona me parecería sorprendente.

domingo, 28 de octubre de 2018

Fin de semana: ¿Dónde se ha ido mi buen tiempo?

Ejerciendo de guía turístico.

Hoy pensaba subir la crítica de la película que vi ayer, "El fotógrafo de Mauthausen", pero como a estar horas me da pereza escribirla me voy a una más socorrida crónica del fin de semana.

El viernes, que por la mañana fui a trabajar en camiseta, al salir fui al ambulatorio a realizar mi donación de sangre trimestral, pero fui demasiado pronto, así que fui a casa a hacer tiempo, y luego ya fui a que me agujerearan el brazo y me desangraran. Mucho mejor y menos doloroso que la otra vez, la verdad.

Después fui a buscar a María, una amiga sevillana residente en Algeciras, que conozco de TdN, que estaba en Bilbao por un curso del trabajo, y fuimos a dar una vuelta, que no conocía Bilbao y como la lluvia se estaba portando bien, le pude enseñar los lugares más típicos: Casco Viejo, Arriaga, Ayuntamiento, Guggnenheim y, por supuesto, poteo por Pozas.

El sábado por la mañana una de corretear y sudar en el gimnasio y por la tarde en casa retomando la Raspberry y el Secret of Mana antes de quedar con mi señora novia para cenar e ir al cine. La idea era cine y cenar, pero la sesión de las 20:00 estaba petadísima, lo que nos hizo cambiar de planes. Sobre la película me pronunciaré más a fondo mañana, pero valoración positiva.

Hoy domingo por la mañana en casa sin hacer gran cosa (ordenador, consola y tele) y comer en el chino con los de la partida de Warhammer. ¿Y cuál ha sido el plan de la tarde? Pues partida de Warhammer... y estornudad, que con este cambio de temperatura me he resfriado a base de bien.

Ya para cerrar, hemos ido a comer unas pizzas (bueno, he ido con unos amigos que han ido a comer unas pizzas) al Domino´s y de charleta hasta hace escasos minutos.

Y lluvia, mucha lluvia.

sábado, 27 de octubre de 2018

Élitǝ

Alumnos de Las Encinas.

¿Por qué me he puesto a ver esto? Es una mierda. Sí, pero una mierda que engancha. 

Esta serie de Netflix nos cuenta las historietas juveniles de un grupo de alumnos de un selectísimo y caro colegio que tienen que convivir con tres chavales de barrio que están en el colegio con una beca, y ahí saltará el choque, que tendrá como trasfondo una truculenta historia que nos van desvelando capítulo a capítulo. En este sentido recuerda muchísimo a Por 13 razones, rozando el, eh... homenaje.

Tiene también su guasa volver a ver juntos a Miguel Herrán, Jaime Llorente y María Pedraza, a quienes se pudo ver en La Casa de Papel, y en el caso de Llorente con un registro prácticamente idéntico.

Por lo demás, dramas estudiantiles aderezados con drogas, lujo y sexo (a veces un poco gratuito, dicho sea de paso), un poco a lo Skins, y que intenta romper tantos moldes que acaba haciendo el giro de 360 grados y volviendo a ser cliché, pero funciona. Y funciona sobre todo porque es una serie fácil de ver, de modo que como producto de entretenimiento, el aprobado holgado se lo lleva.

jueves, 25 de octubre de 2018

Ray Donovan

Liev Schreiber y su cara multiusos: es la misma en todos sus registros.

Pocas veces suelo dejar una serie a medias, pero llega un momento en el que te das cuenta de que no te interesa lo que te están contando, y como no te interesa desconectas. Entonces, como desconectas pierdes el hilo, y como pierdes el hilo... así hasta que termina el capítulo y lo último que te apetece es poner otro, y solo retomas la serie cuando te acuerdas de que la estás siguiendo, casi por obligación y por verla entera. Es entonces cuando te das cuenta, tras temporada y media, que ya ha tenido suficientes oportunidades y la cosa no va a mejorar.

Esto es lo que me ha pasado con Ray Donovan, la historia y los dramas familiares de un "arreglador" de Los Angeles que se dedica a dirigir un equipo que hace trabajos "oscuros" para ricachones, donde lo mismo espanta a un acosador que ayuda a cobrar una deuda o te negocia una baja con Movistar. Un equipo en el que todos son fuertes y listos, y todo lo hacen bien, y donde por supuesto Ray es el tío que da hostias como panes y se folla todo lo que se le pone por delante (como el Lucas Hood de Banshee, pero en aburrido). 

Pero como no todo va a ser un camino de rosas para Ray, sufre los problemas de su familia desestructurada en su mansión de Hollywood, con un hermano con parkinson, otro traumatizado por haber sufrido abusos sexuales y otro que les acaba de llegar, pues su padre (John Voigt, de lo poco salvable de la serie) es un pieza, un vividor, un liante y un ex-canalla que acaba de salir de la cárcel. Todo siempre muy sombrío e intensito.

Hay quien compara esta serie con los Soprano, y es una comparación bastante acertada, al menos tan acertada como comparar el jamón de bellota con el chopped caducado, aunque sí puede recordar un poco a Bosch, en cuanto a su atmósfera tan del Los Angeles de los ricos, pero con bastante menos gracia. 

Mucho me temo, he de decir, que la clave es que no soporto al protagonista. Y eso en una serie que tiene su título por nombre, mal asunto. Y me sabe mal, ya que es una serie que estuvo mucho tiempo en mi lista de series para visionar.

Pero como decía al principio, si después de temporada y media no me engancha, dudo que merezca la pena seguirlo intentando. Hay cosas mejores a las que dedicar el tiempo.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Curso de OneNote

Esto habría molado más, pero no.

Hoy he tenido que ausentarme, de forma justificada, durante media mañana del trabajo, y es que tenía curso de formación, del programa OneNote de Office, programa que sirve para facilitar la toma de notas, la recopilación de información, y la colaboración multiusuario.

El curso no estaba mal y mientras nos explicaban el funcionamiento del mismo yo estaba pensando qué aplicaciones prácticas podría tener en el trabajo que desarrollo día a día, pues siempre se pueden optimizar procesos. 

Termina el curso, apruebo el examen de aprovechamiento (era muy facilito) y cuando vuelvo a la oficina, lo primero que hago es abrir el OneNote, para ver cómo puedo integrar en mis procesos productivos del trabajo los conocimientos adquiridos en este curso del trabajo.

No se abre. Vaya, lo habré escrito mal. Ah, pues no, es que no lo tenemos instalado. Nos han dado un curso para aprender a usar un programa... que no vamos a usar.

Pues nada, al menos he dado un paseo agradable y hacía buena mañana.

martes, 23 de octubre de 2018

Milla 22

Mark Whalberg descubre con horror que en vez del GPS se ha traido un M16.

Esta película habla de la lucha contra el mayor grupo terrorista internacional, matones que, dirigidos por gente sin escrúpulos se dedica a saltarse la legalidad tanto nacional como internacional, matando a quien le apetece y sin dar explicaciones a nadie, pero contada desde el punto de vista de los terroristas. Me refiero, claro, a los servicios secretos de los Estados Unidos.

Milla 22 nos ofrece la historia de un grupo de elite, con gran capacidad para matar, muchos medios y todos sus miembros guapos y listos, que es capaz de llevarse por delante todo lo que haga falta, pero esta vez se enfrentan a la gravísima amenaza para el orden mundial de la semana: unas bombas de Cesio que, a lo Carmen Sandiego, están escondidas por el mundo, y tienen que ir a país asiático random a recuperar los datos. La misión básicamente es coger los datos, llevarlos al avión, que está a 22 millas y marcharse a casa a por la recompensa. 

Pero, al más puro estilo videojuego, esas 22 millas estarán repletas de enemigos y amenazas, lo que desemboca en una sinsorga película de acción de tiros y explosiones a go-go, donde la motivación de los antagonistas es, en apariencia, que son malos porque sí.

La película se resume en tres palabras: "Mark Whalberg matando", y no fui capaz de encontrarle ni el más mínimo interés, siendo incluso aburrida, una de esas películas que una semana después ni siquiera recuerdas haberla visto. Sin embargo, he de decir que el giro del final me gustó bastante, ya que arregla gran parte del estropicio que es la película y da sentido a muchas cosas. La pena es que para cuando llega has tenido que soportar un infumable correcalles y mientras los chicos de las fuerzas de choque luchan contra una legión de terroristas armados, el espectador lucha contra la tentación de irse del cine. 

El final está muy bien, francamente lo mejor de la película. Pero no tengo muy claro si la recompensa merece el esfuerzo de haber sufrido la película.

lunes, 22 de octubre de 2018

Paradise PD

Protegen y sirven.

Para amantes de las series de animación de humor bestia, al estilo de South Park, La casa de los dibujos o Padre de Familia y American Dad, series estas dos últimas a las que recuerda muchísimo, tanto por el tipo de humor como por el estilo de dibujo, Paradise PD es una tronchante serie de Netflix que se centra en las locas andanzas del cuerpo de policía de un ficticio pueblo de los EEUU llamado Paradise.

Drogas, escatología, sexo, pullas nada disimuladas a famosos... Paradise tiene un humor a veces muy de brocha gruesa y no se corta un pelo, lo que en ocasiones puede sacar la carcajada, pero que puede espantar a quien no sea nada amigo del humor marrón, del que tiene mucho.

Los personajes principales, siguiendo el orden de la foto son:

Stanley Hopson: Un policía tan veterano que por edad debería haberse jubilado hace años, pero que sigue en el cuerpo porque no le da la pensión. Está completamente senil.

Gerald Fitz: Un agente que sufre estrés post-traumático y diversas fobias. También suele sufrir episodios de discriminación racial.

Kevin Crawford: Un poco el protagonista de la serie, un entusiasta novato que entra en el cuerpo de policía por enchufe, ya que es el hijo del jefe de policía y la alcaldesa de Paradise.

Randall Crawford: El jefe de policía. Era el arquetipo de superpolicía hasta que accidentalmente su hijo le voló los testículos a disparos. Eso le obliga a tomar constantemente parches de testosterona, o...

Bullet: Perro policía encargado de custodiar la sala de pruebas. Es adicto al sexo, las drogas y todo tipo de sustancias.

Gina Jabowski: Más bruta que un arado, es el músculo de la comisaría de Paradise, y todos los delincuentes temen su famosa brutalidad policial. 

Dusty Marlow: Con obesidad mórbida y la mentalidad de un niño, tiene la facultad de no enterarse nunca de las cosas. Su compañera Gina está obsesionada con él y tuvo que pedir una orden de alejamiento porque no dejaba de acosarlo sexualmente.

Además de los principales, hay toda una colección de personajes secundarios, algunos de los cuales son geniales, como Mendicop (Hobocop en le original), un mendigo al que contratan para desactivar bombas, porque el dinero no da para comprar un robot artificiero, o los paletos traficantes Delbert y Robbie.

El mejor resumen que puedo hacer de la serie es "si te gusta el humor bruto y gamberro vela, y si no te gusta ese tipo de humor, ni lo intentes". A mí, que soy un cafre, me ha encantado, y tiene capítulos verdaderamente brillantes.

domingo, 21 de octubre de 2018

Fin de semana con boda exprés

Recuerdo del bodorrio.

Venga, voy con el viernes, del que cabe destacar que fue la celebración cumpleañera de mi señora novia en el restaurante tailandés, con la consiguiente entrega de regalos. 

De ahí salto ya al sábado, que por la mañana tuvo salón del cómic (como comenté ayer) y por la tarde autobús, pues me iba a Madrid, con motivo de la boda de Manu y Pilar.

La boda, que no tenía ceremonia, solo copas y cenas, era temática de cine y durante la misma había una miniescape room, de los Cazafantasmas, cuyo premio era una figurita como la de la foto.

Luego de fiesta y copas, pero a la 1:30 me marché, pues tenía que coger el autobús de vuelta, ya que el alojamiento estaba demasiado caro. Pero el viaje de vuelta en autobús fue el horror. Y fue el horror por que existe gente a la que no le entra en la cabeza que por muy reclinable que sea el asiento, NO PUEDES HACERLO SI LE APLASTAS LAS PIERNAS AL DE ATRÁS.

Yo subí en Avenida América, y me cogí el asiento de la última fila, que va solo, para ir cómodo. Pero en Barajas se subió una chica delante, que se empeñaba, a pesar de la oposición de mis rodillas, en reclinar el asiento. No paraba de bufar y quejarse, e incluso llamó a la azafata para quejarse de que no podía invadir mi espacio. La azafata, por buscar una solución, nos comunicó que había un sitio libre delante del todo, y me preguntó si me quería cambiar. Por tener la fiesta en paz y facilitarle su trabajo, acepté.

Error.

En la primera fila, al lado del conductor, hay más luz, y el conductor tenía la música a tope. Tonto de mi, tenia que hacerle dicho que se cambiara ella, pero no caí en la cuenta, y pasé el viaje (de 2:15 a 6:15) sin poder pegar ojo y con un terrible dolor de cabeza.

Entre una cosa y otra llegué a casa, me acosté y no me dormí hasta las 7, pero en vez de dormir un carro de horas, a las 10:30 ya estaba en pie, lo que me ha supuesto pasar el día zombi perdido, con la mañana reptando en el sofá, y por la tarde en la partida de rol (la campaña de Warhammer) mirando un poco a los dados como las vacas al tren.

Lo bueno que mañana me lo cogí libre, y hoy podré descansar en condiciones.

sábado, 20 de octubre de 2018

Visita exprés al salón del cómic de Getxo

El tiempo en mis manos.

Como todos los años por estas fechas, es e salón del cómic, que aunque no todos los años voy, sí que me suele gustar visitar con mi señora novia al menos una vez. Ayer no pudo ser, hoy por la tarde no estaré en Bilbao y mañana no seré persona, que tengo viaje relámpago a Madrid, de modo que la mañana de hoy era la elegida. +

Cuando hemos llegado, serían las 11 menos 5 o así, nos ha sorprendido ver la cola, y no en la zona donde estaba siempre la entrada sino en uno de los laterales, así como la ausencia de taquillas. La explicación es que este año no se cobra entrada, y es libre hasta llenar aforo.

Una vez dentro nos ha sorprendido la sensación de amplitud que había, y de tener menos stands, aunque realmente no es que hubiera menos, sino que al haber mandado a otro edificio la zona de firmas, charlas y talleres, estaban más separados los unos de los otros, con menos guirigay.

Y paseando he llegado al stand en el que estaban los cómics del Ministerio del Tiempo, de los cuales tengo el primero (firmado en Getxo el año pasado) y donde me han informado de que a las 12 estaría el ilustrador, Jaime Martínez, firmando ejemplares.

Nos hemos ido al otro escenario a hacer un poco de tiempo y cuando hemos vuelto a la carpa ya estaba Jaime, así que de la misma me he comprado el cómic, me ha dibujado una Lola Mendieta y he podido volver feliz a casa.

viernes, 19 de octubre de 2018

Venom

¡No hay mus! ¡Ordago a pequeña!

Una lástima que no tradujeran el título, porque "Ponzoña" habría sido mucho más adecuado que el original "Venom". Vale, tal vez esté exagerando un poco, pero puede servir como muestra de lo poco que me ha gustado esta especie de spinoff de uno de los archienemigos de Spiderman, que cojea demasiado como para funcionar bien.

Vamos a dejar de lado la comprensible ausencia del trepamuros, pues por temas de derechos ya sabíamos que iba a ser así, y estaba explicado en las reglas de la película. Pero lastra, pues Venom, sin la obsesión de Eddie Brock por Spiderman, pierde demasiado sentido. Esa pata coja de la mesa obliga a realizar piruetas argumentales para retocar el origen del simbionte, y la verdad es que lo solucionan con bastante maña, aunque no deja de rechinar un poco.

¿Qué es lo que no me ha gustado de la película? Fundamentalmente que tarda mucho en arrancar, demasiado. Se pierde en la génesis del antihéroe y hasta que llevamos casi una hora de película esto sigue siendo las peripecias de un periodista intensito en horas bajas, sin que veamos lo que queremos ver: a Venom (bueno, admito que habrá quien quiera ver al señoro Tom Hardy, al que no le vamos a negar el atractivo).

Pero es que cuando por fin se juntan periodista y simbionte/parásito/depredador, la cosa no mejora, y la película se convierte en un aburrido vaivén de porrazos y persecuciones sin demasiado sentido. Así hasta que por fin se enfrenta al malo en una pelea que, pse, no está mal del todo pero tampoco fascina y entonces llega la única parte salvable de la película, que es el epílogo, mucho más divertido, dejando con la cosa de que debería haber sido así toda la película (¿no han aprendido de Marvel que lo que triunfa de las películas de superhéroes es el cachondeo?) y las interesantes escenas post crédito, que abren una posible continuación. Por supuesto, hay cameo de Stan Lee, con grietas en la cuarta pared.

Lo que me gusta es que tiene muchísimos elementos del Venomverso, y que han sabido lidiar hábilmente con la enorme losa que es explicar a Venom, que no se entiende sin Peter Parker, sin Peter Parker, pero lo que no me gusta (y esto es imperdonable), es que durante la mayor parte de la película me aburrí como una ostra.

jueves, 18 de octubre de 2018

La sombra de la ley

Con estética de Los intocables.

En "El desconocido", el tándem Luis Tosar-Dani de la Torre se marcaba un thriller de calidad, y ahora vuelven a trabajar juntos para ofrecernos este peliculón de época, basado en la convulsa Barcelona de los años 20.

En ella nos hablan por una parte de Aníbal Uriarte "el Vasco", un policía recién destinado a la brigada de información (un grupo de extorsionistas corruptos, con más de matones que de policías) para investigar el robo de un cargamento de armas del ejército en apariencia por parte de unos anarquistas. La trama policial se entrecruza con la trama social en la que Sara (Michelle Jenner) es una combativa anarquista, hija de un líder sindical (Paco Tous, quien ya fuera su padre en "Los hombres de Paco"), que tiene que comandar una feroz huelga contra los abusos del patrón. Y entre medias están los chanchullos del Conde (Manolo Solo), un señor del crimen local que esconde sus acciones bajo una capa de respetable dueño de cabaret. Todo con un hilo suculento, que nos lleva a un desenlace a la altura.

De la película destaco una espectacular fotografía que ambienta de manera soberbia esos años 20 del pistolerismo, con unas fabulosas actuaciones (Tosar, Solo, Jenner, Tous, Alterio... me cuesta quedarme con uno) que dan vida a una trama que mantiene entretenido durante toda la duración de la película, con escenas de acción que, pese a lo confuso, tiene algunas que son verdaderamente maravillosas. 

Una grandísima película, de espléndida factura, y la sensación de haber invertido bien el dinero de la entrada.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Jornadas Vieja Escuela

El cartel.

Los días 30 de noviembre y 1 de diciembre la asociación Vieja Escuela, dedicada sobre todo a fomentar los juegos de rol de estilo añejo organizará unas pequeñas jornadas en el edificio de la Bolsa de Bilbao, edificio que tiene además un cierto componente viejuno, pues a mediados de los 90 albergó algunas que otras jornadas de rol.

En dichas jornadas la asociación Abaco será nuevamente colaboradora (al igual que el año pasado), llevando tres partidas de rol: Ars Magica, Bakemono y Pasión de las Pasiones, esta última mía, que no es que sea un juego de rol precisamente antiguo, pero sí es verdad que los culebrones en los que se inspira son claro producto de aquella época.

-Ars Magica: Viernes por la tarde
-Pasión de las Pasiones: Viernes por la tarde
-Bakemono: Sábado por la mañana

martes, 16 de octubre de 2018

Bruselando: día 4 (y cierre)

A un cristal de ser el legítimo rey de Syldavia.

Ya de vuelta en Bilbao, tras un cansado camino de vuelta con dos vuelos, pero contento por lo que es el viaje en sí, me meto con el último día.

Por la mañana al ritual de la ducha y el desayuno le sigue el del checkout y dejar las cosas en el hotel para seguir turisteando un poco, viendo de nuevo la Grand Place y la familia Pis (Manneken, Jeanneke y el perrete meón: Zinneke). Vemos también un par de iglesias: San Nicolás y la catedral y nos metemos en el único museo del viaje (si excluimos de dicha categoría el castillo de Gante): el museo del cómic francobelga, que resulta ser muy divertido, y con referencias que me hacen volver a la infancia, sobre todo la parte de Tintín.

Un bachi-buzuk de los Cárpatos

De ahí a comer y hacer un poco de tiempo, lo que hemos aprovechado para ver algunos de los muchísimos murales callejeros de cómic que hay en esta ciudad, hasta que a las 5 hemos ido a la estación de trenes para encaminarnos al aeropuerto.

Ahí, lo típico: colas, arcos de seguridad, y un vuelo con escala en Madrid, hasta que hace escasos 30 minutos he llegado a casa, agotado pero contento.

¡En Airbnb parecía más grande!

lunes, 15 de octubre de 2018

Bruselando: día 3

Otra ciudad de postal.

Quien crea haber visto Gante en la foto ha adivinado cuál ha sido nuestro destino de hoy.

Después de levantarnos y dar buena cuenta de nuestro desayuno nos hemos dirigido nuevamente a la estación de tren, donde tras sufrir un retraso de 24 minutos hemos tomado el tren que nos llevaba a Flandes, donde he ido roncando cual ceporro.

Una vez allí, paseo hasta el centro (media hora a pata) donde nos hemos encaminado al castillo. Muy recomendable y con la mejor audioguía que he escuchado nunca, con su estilo desenfadado y sus toques de humor.

Luego a comer en unos bancos, de una franquicia de pasta fast-food (Bull&Moose) antes de un decepcionante crucero por el canal (ha empezado tarde, la acústica era muy mala y no se ajustaba a la duración estimada). Luego hemos paseado por el centro de Gante y sus hermosos rincones, con la plaza del Ayuntamiento, San Nicolás, la catedral... Muy agradable y muy distinto de Brujas. Mientras que aquello es muy pueblo, Gante era una ciudad con vida. Ambas muy bonitas pero también muy diferentes.

Tras mucho andar hemos acabado volviendo a la estación de tren, donde hemos hecho (o intentado) la buena obra del día, al llevar a objetos perdidos la cartera llena de documentación que nos hemos encontrado tirada en la calle (espero que hayan localizado fácil a la propietaria).

Y por fin, de regreso a Bruselas, hemos ido a cenar la última cosa típica que nos faltaba

Cerveza: check
Chocolate: check
Patatas: check

Mejillones. Muchos mejillones. Mejillones hasta donde alcanza la vista, servidos en una olla que generaba mejillones infinitos, en un bar llamado Grimbergen (como la cerveza), que nos habían recomendado. Pantagruélica ración de mejillones por unos 24€, de la que pueden comer dos personas, tres, y si apuramos un poco, hasta 57.

Y finalmente, con 27822 pasos según mi pulsera, nos hemos retirado.

domingo, 14 de octubre de 2018

Bruselando: día 2

Miraras donde miraras salían fotos bonitas.

Hoy ha sido día de excursión, a una de tantas ciudades que reciben el apodo de "Venecia del Norte" y posiblemente una de las más bonitas de Bélgica: Brujas (realmente Brugge, pero nos entendemos).

El viaje en tren de ida lo he aprovechado para recuperar algo de sueño, y una vez ahí hemos estado con el tour guiado (bueno, pero algo más soso que otros) y hemos visto el Beguinario, el Ayuntamiento, los canales... Pero lo más importante: una tienda de chocolate donde daban chocolate gratis.


Cuando ha terminado la visita guiada hemos seguido petardeando un poco por nuestra cuenta, para ver los molinos, las ruinas de la catedral e incluso dar un paseo en barco por los canales (merece la pena).

Sobre todo ha sido un día de mucho andar, pero con la suerte de que ha hecho sol (cosa que en Brujas debe de pasar una vez al lustro) y el día ha sido genial salvo por una cosa, y es que me quedo con la pena de no haber visto abierta la famosa chocolatería Line.

Ya de vuelta en Bruselas, nos hemos ido a cenar y luego a tomar unas cervezas típicas, acompañadas de alpiste de malta. 

Y eso por hoy.

sábado, 13 de octubre de 2018

Bruselando: día 1

Un pequeño belga nos atacaba con su orina.

Desde la capital belga actualizo contando mis andanzas, en una historia que comienza con un cruel madrugón. A las 5 sonaba el despertador, pues a las 6:45 tenía que estar en el avión que salía rumbo a Madrid, y ahí hacer la conexión con Bruselas, donde hemos aterrizado a las 11:15.

No hemos tardado mucho en llegar al centro y de ahí a nuestro hotel, que está en una ubicación inmejorable: a un minuto de la Grand Place. 

Pero como hasta las 15:00 no nos daban la habitación, nos hemos ido a dar un paseo, a comer unas patatas fritas de emergencia, y otro paseo más largo, hasta que hemos parado a comer en la calle de los restaurantes griegos (un gyros más seco que el desierto de los Monegros).

Una vez instalados N la habitación, nos hemos ido a la visita guiada que habíamos conversado con Sandemans, de la que somos muy fans.

El tour gratuito una gozada, como de costumbre, muy instructivo y lleno de chascarrillos, con consejos útiles de supervivencia.

Al acabar, asalto a una bombonería con rico chocolate belga, un paseo para cenar y vuelta al hotel.

Mañana: excursión a Brujas.

viernes, 12 de octubre de 2018

Rodando anuncios de juegos de mesa

El juego en cuestión.

El titular de la entrada es falso, no he rodado ningún anuncio. Pero sí que he colaborado y asistido a la grabación del vídeo promocional del juego de mesa "Minarett: la caída de Darkofenes", que está ya a punto de salir en Verkami, y está hecho por gente de Bilbao.

Me contactaron y me preguntaron si podía conseguirles algún sitio donde grabar, y me ofrecí a hacerles compañía mientras grababan en el local de la asociación de juegos a la que pertenezco, pues es espaciosa y llena de juegos, lo que le da un aire óptimo para ello.

Así que entre una cosa y otra ahí hemos estado desde las 10 de la mañana hasta después de comer, con todas las partes coñazo que tiene una cosa de estas (yo no salgo, solo miraba), y con todo terminado y recogido, el resto de la tarde ha sido de juegos de mesa, con "La Cosa" y "Secret Hitler", partidas con sendas victorias jokinescas.

Luego ya me he retirado, pronto, que mañana hay que madrugar mucho para coger el avión.

jueves, 11 de octubre de 2018

(Des)encanto

El terceto protagonista.

La esperada nueva serie de Matt Groening, de quien sobran las presentaciones, llegó en verano de la mano de Netflix, y no comparto las malas críticas que ha recibido, pues no solo resulta tremendamente divertida, sino que poco a poco va sentando las bases y plantando las semillas de una serie que, si se le da tiempo, puede llegar al nivel de sus hermanas Futurama y Los Simpson.

Aunque mucha gente esperaba una versión medieval de Futurama, (Des)encanto trata de innovar, y renuncia al formato tan episódico de las otras dos series para probar con un formato más serial. Es cierto que al principio le cuesta arrancar y que el humor queda un tanto encorsetado, pero se ve que es un proyecto a largo plazo, que va ganando muchísimos puntos a medida que va creciendo el mundo y se van definiendo los personajes secundarios (la verdadera clave en este tipo de series), y que si logra la continuidad que merece, irá claramente en ascenso. 

Además, el enorme cliffhanger con el que cierra la primera temporada, hace que con más ansia desee que tengamos una segunda temporada de (Des)encanto, que a mí me ha encantado.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Estrenando categoría con sufrimiento pero victoria (87-78)

Lammers practica la maniobra Heimlich a un rival que se había atragantado con el balón.

El partido que no pensé que vería, el de regreso a Miribilla, ha sido más sufrido de lo que esperaba. Todos pensábamos que iba a ser una victoria fácil, pero el TAU Castellón no ha venido a hacer regalos, y han dado mucha, pero que mucha guerra.

La primera canasta del partido, de hecho, parecía que iba a ser de ellos, y aunque ha habido un conato de irse en el marcador por parte de los locales, lo han sabido voltear y terminar el primer cuarto con ventaja (20-24, si mal no recuerdo).

El segundo cuarto ha empezado muy bien, con el Bilbao Basket montado en una apisonadora conducida por Rigo, pero el show del arbitraje, que solo pitaba faltas a los de negro. y que no fallaban los tiros libres ni tirando de espaldas, ha hecho que se llegara al descanso con un abierto 44-41.

El show ha seguido en el tercer cuarto, lo que les ha hecho ponerse por delante, pero entonces los árbitros han cogido el gusto a pitarles faltas también a ellos y se ha reconducido hasta el 67-64 del tercer cuarto.

Ya en el último la cosa ha estado bastante apretada, con el visitante Williams empeñado en meter todo lo que tiraba y Bilbao Basket fallando ataque tras ataque, hasta que a falta de un par de minutos de terminar el partido, con 78-78 en el marcador, el público de Miribilla ha empezado a rugir y haciéndose bueno el tópico del sexto jugador, los visitantes se han desmoronado, han perdido el tino y el 9-0 que ha cerrado el partido ha hecho que la victoria en el marcador pareciera más holgada que lo que se ha visto durante el partido.

Lo importante: dos jornadas, dos victorias. Hacía tiempo que no se veía algo así en Bilbao.

martes, 9 de octubre de 2018

Cambio semiforzoso de móvil

El a partir de hoy ex-móvil.

Hay teléfonos que salen mejor y otros que salen peor, y el Aquaris BQ U que he jubilado hoy pertenece a la segunda categoría. 

Estrenado en marzo del año pasado, ya en octubre tuve que llevarlo a reparar, pero no me lo repararon bien. Tenía dos fallos: la clavija de alimentación no cogía el cargador y el botón de encendido iba flojo. El primero me lo arreglaron pero el segundo me lo dejaron igual, y por el incordio que era volver a llevarlo otra vez a reparar me lo tragué. Pero el botón se ha ido muriendo poco a poco, y ya casi no funcionaba, hasta el punto de que el sábado se murió casi del todo, y cuando se me acabó la batería no fui capaz de encenderlo hasta después de media hora, literal, de intentos.

Podría llevarlo a arreglar, y es lo que haré, pues sigue en garantía, pero ya puestos a reconfigurar el móvil, me metí en la web y me compré uno nuevo que me ha llegado hoy, un Aquaris BQ U2, que espero que me dé menos guerra que su antecesor. 

Lo bueno es lo cómodo que ha sido pasar los datos del viejo al nuevo, que prácticamente se hacía solo.

lunes, 8 de octubre de 2018

Ola de crímenes

Cuando haces "pop" ya no hay stop.

Esta película me resultaba a ratos desconcertante que al estar ubicada en Bilbao la ficción baila sobre la realidad y nos descoloca el mapa, y rechina sobremanera que alguien se suba a un taxi en Neguri y diga "al centro" para ir a Bilbao. Pero no vamos a hilar tan fino.

Lo que sí es reseñable, a modo de anécdota, es que yo he subido en el taxi que "protagoniza" la película, el que conduce Raúl Arévalo. ¿Y cómo estoy tan seguro? La explicación es que conozco a Álvaro, propietario de dicho taxi, que es de hecho quien me habló de la película, y alguna vez he montado ahí.

Pero ahora vamos a la película, que nos cuenta una historia que empieza con una fuerte discusión que provoca la muerte de Cosme, un empresario corrupto, y cuando aparece el cadáver y la Ertzaintza empieza a investigar, se cruzan tramas que quieren saber la verdad con tramas que quieren que no se sepa y tramas que quieren que la verdad sea otra más conveniente. Así hasta que se va embrollando todo en una vorágine de cadáveres por el camino.

Entretenimiento gracioso, no pasa de ahí. Pero para pasar la tarde, y no esperaba otra cosa de ella, es una alternativa simpática si se está dispuesto a pasar por alto que tiene algunos momentos un poco cutres, aunque el reparto es de verdadero lujo, con Maribel Verdú, Juana Acosta, Javier Cámara (haciendo otra vez de cura, como en "¡Ay señor, señor!"), Antonio Resines, Luis Tosar o Raúl Arévalo entre otros, cualquiera de los cuales habría sido un poderoso aliciente para acercarse al cine a ver la película.

Lo dicho, no es magistral pero entretiene. Y sale Bilbao, eso siempre es un plus.

domingo, 7 de octubre de 2018

El fin de semana que trajo el otoño de golpe

Lo bien que se estaba ahí el viernes...

Otro fin de semana que se nos va, y cierra con una deprimente lluvia que nos recuerda que se terminó el verano. Y con el domingo viene la crónica del fin de semana.

Lejano parece ya el viernes que, aprovechando el buen tiempo, dedicamos su tarde a ir a Castro, incluyendo un baño en la playa, que el agua estaba fría pero agradable. Luego vuelta a Bilbao, cena, capítulo de The Good Place (el 3x02, hasta ahora el peor de la serie) y a dormir.

El sábado por la mañana gimnasio y pintxo-pote. Por la tarde el "Conociéndonos", un punto de encuentro de los socios de Abaco y la gente que está en la órbita. Un evento muy agradable y una tarde muy a gusto (en la que, de reojo, miraba cómo iba el partido del Bilbao Basket), que cerramos con algo de juegos de mesa y tras la cena un épico Zombicide Black Plague en el que, a pesar del sueño, ganamos.

Y hoy domingo, por la mañana otro pintxopote y por la tarde quedamos con unos amigos para intercambiar información turística sobre nuestro siguiente viaje (Bruselas) y merendar. 

Ale, eso ha sido todo, añadiendo lluvia y frío hoy.

viernes, 5 de octubre de 2018

¡Que empieza la liga!

A falta de ACB, nos contentaremos con la LEB.

Aunque el Bilbao Basket debutará mañana en Oviedo, hoy empieza oficialmente la temporada 2018-19 de la liga LEB Oro, o lo que es lo mismo, la segunda división del baloncesto español (o la primera del baloncesto estatal, que la ACB es privada). Lo cierto es que cuando en junio se consumó el descenso del equipo (en mayo en lo deportivo, pero aún quedaba la carambola de los no ascensos) yo estaba convencidísimo de que el equipo iba a desaparecer, y no contaba con que este año fuera a haber baloncesto en Bilbao. Pero mira, de los males no ha sido el peor, y hoy empieza una temporada que no sé si me dará muchas alegrías pero seguro que me da menos disgustos que la anterior.

Y el miércoles primer partido en casa.

jueves, 4 de octubre de 2018

¿A Bruselas?

¿Será esta vez la buena?

Este parece un viaje gafado, en ese destino al que por A o por B nunca terminamos de ir, incluso hace 3 años nos pasó que con el vuelo y alojamiento ya cogidos tuvimos que cancelar porque fue lo de los atentados y ya parecía un destino casi maldito.

Pero esta vez  confiamos en que salga bien. Tenemos el vuelo, tenemos el alojamiento, y con la antelación que nos caracteriza, tenemos menos de dos semanas para irnos a Bélgica, a lo Puigdemont.

miércoles, 3 de octubre de 2018

El Reino

¿Alguien dijo Gurtel?

Política y mafia tienen mucho en común, y eso es algo que vemos a menudo en España, con auténticas bandas criminales (a veces con sentencias y todo) en el Gobierno y testigos o implicados que mueren de forma misteriosa (que no digo yo que todos, pero es que hay demasiados muy cantosos). Y de esto va El Reino, un thriller en el que nos muestran una trama de corrupción política y la colección de puñaladas internas que hay dentro del partido cuando salen escándalos a la luz y se convierte aquello en un sálvese quien pueda.

Aquí el protagonista es Manuel, un hombre del partido que lleva toda la vida haciendo lo que mejor sabe: vivir a todo tren viviendo de saquear lo público y se postula como candidato para suceder al presidente de su Comunidad Autónoma (la cual, igual que el partido político al que pertenece, dejan a la imaginación del espectador) hasta que salta la liebre, un compañero de partido es detenido y unas grabaciones suyas salen a la luz y le ponen en el centro del huracán, recibiendo palos judiciales, policiales, periodísticos y de su propio partido. Pero aquí "o jugamos todos o pinchamos el balón" es lo que piensa Manuel, que acaba enfrentado a su propio partido, en una escalada que le meterá en una dinámica muy peligrosa.

Y así transcurre la historia, que a pesar de su final abrupto va claramente de menos a más y tiene escenas como la de la casa en Andorra o la entrevista en directo que atesoran una gran tensión y me parecen muy bien llevadas. Tiene también su concesión al cine más peliculero, pero en general es bastante creíble, pues aunque no parece simular a nadie en concreto, son estereotipos de la política española muy reconocibles. 

Y bueno, que no sé si será casualidad o no, pero en la escena de Luis Zahera en el yate me era imposible ver a alguien que no fuera ese gran fan de la serie de Netflix Narcos que es Núñez Feijoo.

martes, 2 de octubre de 2018

Carnet del basket, ya llegó

Por el lado que no tiene datos, claro.

Ya solo faltan 3 días para que empiece la nueva temporada y ayer recibí el buzón el carnet que me habilita como sufridor baloncestero, aunque sea para ver el equipo en LEB, aunque no será hasta el día 10 que pueda estrenarlo.

Hay una cosa, eso sí, que me toca un poco las narices, y es que nos prometieron que los partidos de casa serían en domingo, y de los 4 primeros hay un miércoles, y lo que es peor, dos viernes. En serio, partidos en viernes no, que es una mierda de horario. ¡Quiero mis matinales de domingo!

lunes, 1 de octubre de 2018

El mes sin bebidas con gas

Por motivos evidentes, la parte más fácil fue la de no beber cerveza.

Aquí hablaba de mi desafío autoimpuesto de estar un mes sin probar bebidas con gas, tras una decisión que tomé simplemente porque me apetecía ponerme a prueba a mí mismo, y ayer terminó septiembre, con lo que he sido capaz de estar un mes entero sin bebidas espumosas en general y Coca-Cola en particular. 

Es verdad que en momentos puntuales notaba que me apetecía, pero en general me ha supuesto mucho menos esfuerzo del que pensaba, a pesar de que acostumbraba a beber grandes cantidades de ese líquido negro (cerca de tres cuartos de litro al día).

Ante la pregunta de si he notado algo en el nivel físico, pues la verdad es que no. No me noto menos hinchado y tampoco he perdido una gran cantidad de peso (un kilo menos que hace un mes, pero tampoco es algo especialmente significativo). Donde sí que lo he notado es en el bolsillo, que al final latita a latita se iba el dinerito.

Cumplido pues el mes del #msbcg, ahora la pregunta es: ¿cuál es la siguiente cota? Me he planteado como opción no beberla entre semana, pero también es verdad que me conozco y sé que probablemente me costaría menos esfuerzo no tomar bebidas con gas en absoluto que beber con moderación, pero hasta el viernes tengo tiempo para decidirme.

Lo de la cerveza, ya que me lo preguntan mucho, la respuesta es que nunca bebo cerveza, pues no me gusta nada de nada y tiene un sabor que me desagrada muchísimo, en cualquiera de sus modalidades. Las puede haber que me horroricen menos, pero no hay ninguna que me guste. Así que  técnicamente, no. No he "dejado de beber" cerveza.