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lunes, 13 de mayo de 2024

La no comisión

No me toca volver.

Hoy se ha resuelto la comisión de servicios para el puesto de responsable de atención ciudadana, oficina de la que salí en febrero para incorporarme a mi actual puesto de trabajo. Y aunque no tenía (ni tengo) el más mínimo interés en volver, me sabe un poco mal el resultado, ya que no he sacado la comisión.

¿Y cómo se come eso? ¿De entrada, para qué me apunté si no quiero ir?

Es un poco raro de explicar, pero allá voy. Cuando en diciembre se jubiló la anterior titular del puesto, lo cogió en comisión de urgencia una compañera que, en los meses que la tuve de responsable, funcionó muy bien, se lleva muy bien con los compañeros y conoce el sitio. ¿El problema? Tiene pocos puntos, y cualquiera que se apuntara le iba a levantar la comisión ordinaria cuando saliera.

Entonces la jugada era que yo, con más puntos que ella, me apuntaba, pero sin intención de cogerla. ¿Que resulta que yo salía y era el único por delante? Renunciaba sin llegar a tomar posesión. ¿Que salía y y había gente entre medias? Tomaba posesión, estaba un día y renunciaba, para que se quedara vacante y, al menos hasta que saliera otra vez la comisión (que lleva su tiempo), ella seguiría con la de urgencia. Y con un poco de suerte, con ese plus de antigüedad en el puesto que le permitiera quedarse.

Pero no ha sido el caso, y se ha presentado bastante más gente de la que pensábamos, varios de ellos con más puntos que yo. Así que más cómodo en cuanto a que no tengo que hacer nada (yo lo intenté y no coló), pero me sabe mal por la compañera y el resto de la oficina.

Habrá quien piense que le estoy echando muchísimo morro e intentando trampear el sistema con una triquiñuela. Y puede que algo de razón tenga, pero es una triquiñuela con la que yo no habría ganado nada y en cambio con ello habría beneficiado no solo a la compañera y al resto de la oficina, sino que habría sido en beneficio del servicio, pues si bien no dudo que la persona que ha sacado la comisión (no la conozco) será alguien perfectamente válido para el puesto, y con el tiempo lo hará igual de bien que lo que lo habría hecho la otra, va a tener que pasar por un periodo de adaptación que, de otra manera, no habría sido necesario.

lunes, 19 de febrero de 2024

Masterizando tascas de nuevo

Una de las aplicaciones.

Aquí tenemos el origen de este terrible juego de palabras, con el que hago referencia a las nuevas tareas que tengo que aprender cuando cambio de trabajo, algo que no pasa muy a menudo pero sí pasó hace dos semanas. Todavía ando muy perdido, ya que todo es nuevo, pero algunas cosas ya las voy manejando.

Una de las cosas que más guerra dan son las solicitudes de transporte con conductor (necesito que me llevéis de sitio A a sitio B), que es una de las tareas más importantes, pues suele ser, por motivos evidentes, la más imperiosa. Aquí toca jugar un poco con la logística de cuadrar los chóferes disponibles, y si no hay, pues toca tirar de taxi.

Otras labores incluyen la gestión de las ITVs, los VIAT, las facturas de Solred en general, los lavados de coches (o sea, la gestión de la factura, no es que tenga que lavarlos yo) y el tema de los coches de renting. Todo aún un poco en el aire, ya que a la persona que me tenía que enseñar las tareas le salió una oferta mejor y nos dejó el miércoles. 

A un ritmo muy distinto al de Laguntza, y con la tranquilidad de no tener que atender al público, pero entre una cosa y otra sin parar. A medida que vaya pillando el truco a las cosas, espero que ya sea otra historia.

lunes, 5 de febrero de 2024

Nuevo y móvil trabajo

De momento la princesa está en otro castillo.

Curro nuevo vida nueva. Hoy, como todas las mañanas me he levantado para ir a trabajar. Pero esta vez no iba, como he ido estos últimos años, a Diputación 7, sino que iba a la oficina en la que transitoriamente está el Parque Móvil. Y digo transitoriamente porque la oficina oficial, la que tengo al ladito de casa, está en obras (y va a estar así bastante tiempo). Por suerte, aunque no me pilla tan insultantemente cerca, tampoco me pilla mal, y además no es imposible que me incorpore pronto a uno de los pocos puestos que sobreviven en la oficina en obras, ya que además donde he estado hoy no tengo mesa propia (me ha tocado estar de okupa, donde una compañera que está de vacaciones).

Evidentemente, la mañana de hoy ha sido de todo menos rutinaria. Ir, presentarme a jefatura y compañeros, rodeo por el sitio y explicación de las cosas que se hacen allí. Problema, que todavía no me habían dado los permisos, así que no he podido hacer prácticamente nada, y mi actividad laboral de hoy se ha reducido a contestar tres llamadas para pedir vehículo y otra para avisar al conductor de que podía ir algo antes al punto de recogida. Pero bueno, estas son las cosas típicas de primer día en trabajo nuevo, y tampoco voy a negar que de vez en cuándo un día de los de no hacer nada también se agradece.

A ver mañana qué tal.

viernes, 2 de febrero de 2024

Adiós a Laguntza

Regalo de despedida.

Todos los ciclos se acaban, y hoy le ha llegado el turno a uno que empezó hace casi cinco años, cuando empujado por las circunstancias dejé mi plaza de toda la vida en Inclusión para agarrarme a una comisión de servicios en atención ciudadana. Formalmente esta se termina el domingo, de modo que hoy ha sido mi último día aquí, ya que el lunes empezaré en un trabajo nuevo.

Han sido cinco años en los que he podido ver y vivir muchas cosas, y durante los que he podido aprender un montón. También me ha tocado lidiar con mucha gente y muy variopinta, a veces casi 200 atenciones a la semana, y aunque me voy, me llevo un poco de Laguntza conmigo y dejo algo de mí en Laguntza. 

Sin embargo, lo mejor como siempre son las personas con las que te topas y compartes trabajo, que hoy me han brindado una despedida de lujo y con todo el cariño, que me hace plantearme que algo habré hecho bien. Es una de las cosas a las que aspiro cuando empiezo en un sitio, a que me echen de menos cuando me voy.

Ahora me tocará un sitio distinto, con un trabajo distinto, a conocer gente nueva y aprender cosas nuevas, pero sin nada de atención al público. ¿La echaré de menos? No voy a mentir, pues aunque he acabado un poco hasta el gorro y esta semana se me ha hecho más larga que un culebrón colombiano, tiene su encanto y permite salirse de la burbuja, tratando con todo tipo de gente y situaciones. Es una de esas cosas que cuando las tienes no las soportas, pero cuando no las tienes las añoras. El teléfono, en cambio, eso sí que no lo voy a echar nada de menos. Tendré que atender llamadas en mi nuevo trabajo, pero todas internas.

Para cerrar, repetiré la frase que más he repetido en la oficina estos últimos meses, sobre todo cada vez que nos caía algún marrón o tocaba alguna situación incómoda: ¡Me voy a jugar con los cochecitos!

lunes, 8 de enero de 2024

Año nuevo, vuelta al cole

Esta energía tenía yo.

Poco que decir. Se han terminado mis vacaciones de Navidad y toca inaugurar el año laboral, sabiendo ahora que cada semana puede ser la última en mi actual puesto de trabajo, si bien de eso aún no sé nada. 

Lo que sí sé es que ayer me acosté a la hora habitual de día laborable, pero no era capaz de coger el sueño. Las 12, la 1, las 2... a las 3 estaba mirando el techo, y para cuando me dormí ya estaba el despertador dando por culo, y madrugar me ha tenido toda la mañana renqueando. Por suerte me tocaba arriba y no había excesivo papel, aunque el teléfono, como de costumbre, no paraba de sonar.

Por la tarde ya sí ha tocado mostrador, aunque ningún usuario especialmente reseñable (las típicas de la gente que viene a entregar papeles y los trae sin rellenar, pero eso es algo tan común que hace tiempo que dejó de ser anécdota). Sobrellevaremos lo mejor que podamos el resto de la tarde.

viernes, 29 de diciembre de 2023

Último madrugón del año

Hasta 2024, despertador.

Algo hay que publicar en el blog, que mantener la inocentada en 29 de diciembre queda raro, así que dedicaré unas pocas palabras al que es el último día de trabajo del año. Un año que en lo laboral ha sido raro, ya que terminé el anterior sabiendo que mi plaza saldría a concurso, y aunque todavía no tengo fecha, mis previsiones son que en febrero cambiaré. Y es algo que me apetece, pero lo cierto es que cuando uno sabe que se va de un sitio, es difícil no tener la cabeza más fuera que dentro.

Hoy no me tocará, salvo cambios de cuadrante de última hora, atender en mostrador, sino que me tocará estar arriba, con la correspondencia, la bandeja de entradas (a ver si la bandeja del Juzgado no rompe la racha y sigue tan tranquila como el resto de la semana) y atender el teléfono, que es probblemente la tarea que más odio de cuantas desempeño.

Lo bueno es que ahora tengo unas pequeñas vacaciones y hasta después de Reyes ya no vuelvo. Y a partir de ahí casi una cuenta atrás.

sábado, 14 de enero de 2023

El acoso de las IAs

El robo-spa

Hace algún tiempo hablé por aquí de una llamada publicitaria en la que detecté que la voz que me llamaba no era una persona, sino una inteligencia artificial programada con reconocimiento de voz y responder con una cierta coherencia a lo que se le dice. 

Bien. Esta semana he recibido ya varias llamadas protagonizadas por bots, en las que una amable voz (a veces masculina, a veces femenina), me comunica la apertura de un nuevo hotel con spa y no sé qué más cosas (tampoco es que les haga mucho caso), y la cuestión es que estas llamadas ya las había recibido (e ignorado) hacía tiempo, pero no había caído en la cuenta, hasta darme cuenta de lo repetitivas que eran, que son bots. 

Obviamente, lo primero que harán es negarlos, y si les preguntas si lo son contestarán "jaja, me lo dicen muchas veces", e incluso "entienda que tenemos que ceñirnos a un guión", hasta el punto en el que va a ser difícil diferenciarlos de un humano de verdad. 

Bonita distopía de ciencia ficción la que se nos avecina con esto. 

viernes, 16 de diciembre de 2022

Plaza a concurso

Me tocarán no uno, sino muchos coches.

Hoy recibía un correo electrónico del jefe en el que me comunicaba lo que ya sabía, que próximamente va a haber un concurso de traslados, y que mi plaza sale próximamente a concurso, lo que significa que es muy posible que en algún momento de 2023 tenga que irme de donde estoy. ¿Cómo, pero tú no eras funcionario de carrera, con plaza y eso?

Sí, y me explico. Soy funcionario de carrera, y durante varios años mi plaza estuvo en el servicio para la inclusión, hasta que a principios de 2019 me mandaron contra mi voluntad al departamento de Acción Social creo que a Valoración de la Dependencia. Y digo creo porque nunca llegué a ir a ese sitio, ya que salió la posibilidad de coger una comisión de servicio en la sección de atención ciudadana, que es donde llevo trabajando 4 años. Y en febrero de este año cambié mi plaza (sin cambiarme yo) de Acción Social al Parque Móvil. 

Y digo que tendré que irme, porque como obtuve la plaza en febrero de 2022, yo hasta febrero de 2024 no puedo participar en otro concurso, de modo que si ese próximamente es dentro de este año que viene, yo no podré optar por la plaza que ocupo habitualmente y me tendré que ir a la mía.

Sin embargo esto tampoco es algo que me quite el sueño. O sea, donde estoy estoy muy a gusto, y gano algo más de lo que ganaría en el sitio nuevo, pero ahí no tendría que trabajar de cara al público ni coger tantas llamadas. Y aunque así como el teléfono lo odio, la atención al público a veces hasta me gusta, no tenerla será más relajado. Y al lado de casa.

Por otra parte, esto tampoco es algo que se vaya a hacer para ya. No tengo ni idea de plazos, pero extrapolando al último concurso, desde que recibimos los primeros correos diciendo qué plazas iban a salir (noviembre de 2020) hasta que tomamos posesión (febrero de 2022), pasó más de un año, así que a nada que esto sea parecido, aún tengo aquí para un año.

martes, 5 de abril de 2022

Campaña de la Renta

El mensaje que todos queremos ver.

Aunque en la mayoría del territorio español empieza mañana, en Bizkaia ayer dio comienzo la campaña de la renta 2021, lo que para mí tiene una cosa buena y una mala. La buena es que, gracias a que pago hipoteca, me sale a devolver, de modo que es una pseudopaga extra, pero la mala es que al trabajar en la Diputación de Bizkaia, en información ciudadana, las consultas telefónicas se multiplican exponencialmente, y muchas con llamadas que no podemos resolver, puesto que no somos Hacienda y la información que damos llega hasta donde llega. 

En fin, paciencia y a esperar con ilusión a que llegue el dinero, que nunca viene mal. 

jueves, 18 de noviembre de 2021

Acosadores telefónicos

Eso es solo de hoy.

Este no es, por desgracia, un fenómeno nuevo. A cualquier hora, en cualquier lugar, suena el teléfono con un número desconocido y cuando no es la retahíla de siempre "hola, me llamo tal, llamo de tal empresa, con tal promoción" es una máquina que lanza varias llamadas a la vez y cuando descolgamos está unos segundos en silencio y cuelga.

Al qué dicen, la verdad, no suelo hacerle mucho caso, pues en cuanto se identifican como comerciales (o detecto que lo son), el móvil va directo al bolsillo, sin mediar palabra ni molestarme en colgar (sé que es una tremenda grosería por mi parte, pero estoy harto), y el siguiente paso es hacer uso de una maravillosa funcionalidad que tienen los teléfonos modernos, que es la de bloquear número. Así, avisa de que el númer bloqueado ha intentado llamar, pero sin sonar. No es una panacea, dado que muchas veces llaman cada vez de un número distinto, pero para días como el de hoy, es todo un alivio.

martes, 5 de octubre de 2021

El temido regreso de las tardes

Vespertino, pero (de momento) sin aullidos.

Ya es octubre (desde el viernes, para más señas), lo que significa que volvió el horario de verano y con él las tardes. Pero a diferencia de lo que fue el año pasado, que las hacía atendiendo llamadas telefónicas desde casa, estas ya vuelven a ser de atención presencial, y la verdad es que lo prefiero. Es cierto que el comer en casa y trabajar desde el sofá tiene su punto de comodidad, pero no me terminaba yo de hacer al tema del teletrabajo, y además de esta manera damos un mejor servicio público (que básicamente es para lo que me pagan) y me quedo moralmente más a gusto.

Pero se me hacen de largos los lunes hasta las 20:00...

lunes, 31 de mayo de 2021

Se acaban las tardes hasta octubre

Y el ordenador del trabajo vuelve a su maletín.

Mañana empieza un nuevo mes, junio, lo que significa que se termina el horario de invierno y con él las tardes. Eso también significa que se acaba el teletrabajo, pues las tardes las hacía en casa, donde básicamente tenía que atender llamadas telefónicas, y las mañanas las hago siempre en modalidad presencial. 

Y con un poco de suerte, el ordenador que hoy he metido en la bolsa, podría quedarse ahí para no volver, pues por una parte es cierto que no me termina de convencer a mí mucho esto de trabajar desde casa (opiniones hay para todo, pero en mi caso, probada la experiencia, si tengo que trabajar prefiero que sea en el trabajo y poder desconectar del todo cuando estoy en casa) y por otro lado, porque si en octubre se reabre la atención presencial por las tardes, eso sería un síntoma de que la situación pandémica ha mejorado mucho.

Dentro de unos meses conoceremos la respuesta.

lunes, 19 de abril de 2021

Fin de semana que termina en lunes

Cosecha del domingo.

Este tipo de entradas son más propias de un domingo, pero entre que ayer tocaba la tradicional y escueta entrada cumpleañera y que hoy lo tenía medio libre (solo he ido por la tarde), pues recurro a este tema que es además siempre muy recurrente. 

El viernes la sobremesa empezaba con el capítulo de Falcon&Winter Soldier de rigor, y luego quedamos con unos amigos para anunciar novedades laborales (no mías, de momento) y terminamos dando un paseo por zonas de Bilbao que no conocíamos.

Foto sacada desde el paseo de Los Caños. Lo que se ve al fondo es La Peña.

El sábado tocó madrugar, como ya conté por aquí, por aquello del examen. Pero la verdad es que fue muy cómodo y duró poco tiempo. La tarde quedar en casa con unos amigos para arreglar el mundo. Por la noche recibo con alivio la noticia del resultado de fútbol, parece que durante una temporada nos dará un poco de tregua.

El domingo por la mañana, entre otras cosas cumplo un año más, voy a comer, paso por casa de mi señor padre a por el regalo (siendo recibido por la perrilla Chiqui con su habitual efusividad). Luego un par de capítulos de Wandavision para que los viera mi señora y un largo paseo, aprovechando el buen día.

Lunes, aunque no toca, para las 7 estoy ya despierto y a las 8 en pie. Me dedico a hacer un poco de nada, que para eso me cogí las horas que me daban por trabajar el sábado y por la tarde, después de comer, voy a la oficina. De normal las tardes las hago desde casa, pero como tengo el trabajo al lado y prefería romper un poco el día, ahí que me he ido.  Una tarde enloquecedora de llamadas telefónicas, literalmente todas para preguntar lo mismo, y al terminar me voy al cine a ver una película de las de pensar: Mortal Kombat.

Y eso ha sido más o menos este fin de semana con medio día corrido. 

miércoles, 14 de abril de 2021

El horror telefonico de la Renta 2020

Lo difícil es que te cojan.

El pasado martes empezó la campaña de la Renta en Bizkaia, que este año ha traído novedades muy gordas, que básicamente se resumen en que te mandan a casa el resultado y una clave para que puedas meterte en la web y confirmarlo. A menos que tengas ya la BAK o la B@kq, en cuyo caso puedes meterte directamente a mirarlo sin necesidad de recibir la carta (de hecho, es lo que hice yo).

El tema es que mucha gente no se acuerda de que ya tenía la BAK, y como no consiguen entrar la web, nos llaman, y no son pocos. Y pese a que se supone que han contratado a no sé cuánta gente para la campaña, es tal el volumen de llamadas que nos las acaban derivando a nosotros, y el ritmo es enloquecedor, con un flujo constante de llamadas, casi todas para lo mismo.

Y la solución, la pongo por aquí por si alguien mete en Google "no consigo entrar a la web para hacer la Renta 2020 en Bizkaia", es bien sencilla.

1º Ir a https://web.bizkaia.eus/es/renta-bizkaia
2º Pinchar en "Identificarme y acceder al borrador"
3º Marcar la primera opción, BAK.

A menos que tengas la B@kq, pero es menos probable que la tengas y no te acuerdes.

Ahí nos pedirá la identificación, para lo que hay que meter el DNI (o NIE) con letra y seleccionar "¿Olvidó su contraseña?" Automáticamente, nos enviará una nueva contraseña al teléfono móvil que dimos en su día, y con eso ya podremos operar en sede y sobre todo lo de la renta de 2020.

Esto responde a 17 de las 20 preguntas que he recibido hoy a la tarde. Lo dejo aquí por si le es de utilidad a alguien y así se evita tener que llamar. Que si para nosotros es desesperante el ritmo de "suena el teléfono, atiendo la llamada, cuelgo y vuelve a sonar", me puedo imaginar que para los que estén al otro lado también será horrible intentar llamar por teléfono y que no les cojan ni a la de tres. 

sábado, 13 de marzo de 2021

Informador

Agente informador suena a esto.

Esta semana nos han anunciado importantes cambios en el trabajo, pues no me cambio de sitio pero sí cambia la denominación de mi puesto de trabajo, pues los que hasta el lunes éramos administrativos de gestión (en mi sección, no en toda la empresa) a partir del martes pasamos a ser Informadores de atención ciudadana, teniendo como función general la tramitación, información y asesoramiento/orientación a la ciudadanía sobre procedimientos, trámites y servicios de la Diputación Foral de Bizkaia. Esto, aunque aún no queda claro al 100% qué va a significar, implicará por un lado mayor responsabilidad (y más marrones), pero por otro un nivel más, pasando de ser 18 a 19, por lo que técnicamente se puede decir que nos han ascendido. Habrá que quedarse con eso.

En cuanto a cómo afecta eso a mi situación laboral particular, pues en principio no debería afectarme en nada, dado que el puesto que estoy ocupando actualmente (el de Informador) es una plaza en la que estoy en comisión de servicios y tiene titular, por lo que mientras no vuelva, y no tiene intención de hacerlo, ahí seguiré, mientras mi plaza en Valoración de la Dependencia, ahí seguirá esperándome, para el día en el que vuelva. Sin embargo, eso sí que tiene muy pocas probabilidades de ocurrir, ya que cuando sea el concurso de traslados participaré para que mi plaza deje de estar ahí para estar en algún sitio que me apetezca más. Explicado de forma más sencilla, para que el día que me tenga que ir de donde estoy, no vaya a Dependencia, sino a otro sitio que me llame más.

jueves, 7 de enero de 2021

Vuelta al cole: 2021

A esta velocidad iba el ordenador.

Todo lo bueno se acaba y las vacaciones no son una excepción. Hoy he vuelto, y dado que mi intención es, como todos los años, no tocar las vacaciones hasta verano, preferiblemente hasta agosto, hoy ha sido el primer día de una larga temporada sin más descansos que los legalmente establecidos. 

El inicio, eso sí, ha sido apoteósico, pues he llegado a la oficina sobre las 8:30 y hasta las 10:00 no he podido hacer nada, pues el ordenador iba más lento que lento, incapaz de hacer cosas como abrir un puñetero PDF, y no digamos ya atender llamadas, pues no podía abrir la aplicación del teléfono. He estado un buen rato peleándome con él y llamando al CAU. pero finalmente ha empezado a funcionar y me he podido poner en marcha. Por suerte, cuando me toca abajo, en atención al público, el ordenador es bastante más potente y  no suelen pasar estas cosas.

A ver ahora la tarde, que de momento y hasta nuevo aviso, seguimos con la dinámica de "mañanas presenciales, tardes de teletrabajo".

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Nuevo portátil del curro

El otro era plateado, este es negro. Y hasta aquí mi análisis técnico.

Allá por marzo, la empresa nos facilitó unos ordenadores para poder teletrabajar, cosa que sucedió durante el confinamiento y sigue pasando por las tardes, que las dedico a atender llamadas telefónicas desde la comodidad del hogar. Pero esos ordenadores no pertenecían a la Diputación, sino que eran alquilados, y dado que ahora vencía el contrato, ha tocado ir a que nos los cambien por otros, que sí son de la casa.

A nivel prestaciones no sé si será mejor o peor que el otro que tenía, pues la informática no es mi fuerte, aunque sí diría que funciona parecido y es más cómodo, en cuanto a que es un poco más pequeño, y sobre todo tiene teclado normal, lo que no me obliga a enchufarle uno externo. 

De modo que parece que el cambio ha sido ligeramente a mejor. 

martes, 13 de octubre de 2020

Teletardes

Mi oficina vespertina.

Hace ya unos días que se terminó el horario de verano, y con el horario de invierno vino la reapertura de la oficina de atención al público en la que trabajo por las tardes, y de hecho ya la semana que viene me tocó volver a atender a gente por las tardes desde la oficina. Pero hoy no ha sido así, debido a que como parte de las medidas de contención contra el coronabicho, las altas esferas han decidido que por la tarde solo se habiliten la mitad de los puestos y el resto hagamos la tarde trabajando desde casa, de manera que nos alternamos y hacemos una semana las tardes en la oficina y la otra desde casa. Y hoy ha sido el primer día que volvía a teletrabajar desde que volvimos a hacerlo de forma presencial en mayo.

El trabajo obviamente no es el mismo, pues no me van a venir los usuarios a casa para que les atienda (quedaría raro), sino que se centra sobre todo en atender llamadas telefónicas (hoy ha habido suerte, pero hay días en los que solo quieres quemar el ordenador) y revisar las entradas telemáticas que nos entra por sede, que como es lógico, cada vez son más numerosas.

Lo que es el trabajo, reconozco que me gusta más el que hago cuando me toca ir, que la atención al público tiene su encanto y el teléfono lo odio. Pero ah, poder trabajar en calzoncillos... Sí, vale, técnicamente podría hacer eso en la oficina, pero supongo que me mirarían raro. Además, mi sofá es mucho más cómodo que la silla de trabajo. Contra eso sí que no se puede competir. 

jueves, 30 de julio de 2020

Vacaciones de verano Vol. 1


Nos vemos a la vuelta, mesa de oficina.

Hoy es el último día  hábil de julio en Bizkaia, lo que significa que empiezan mis vacaciones. No tendré el mes de agosto entero, tendré que trabajar unos días a mitad de mes, pero sí que voy a poder estar casi dos semanas sin aparecer por la oficina y desconectar de llamadas, registros y trámites telefónicos.

Lo malo es que con TODOS los planes cancelados, va a ser un mes de agosto un tanto insípido, pero puestos a echar de menos mis jornadas, mejor hacerlo desde la comodidad de casa que trabajando.

martes, 30 de junio de 2020

Bombardeo telefónico

A ratos me siento así.

Una de las cosas que menos me gustan de mi trabajo, si no la que menos, es la atención telefónica. La odio. De hecho, ya de normal suelo ser bastante poco amigo de hablar con alguien a quien no veo, pues la comunicación es muy limitada. Y ya si es por trabajo, todavía más.

¿Que no me gusta el café? Pues taza y media. Con el tema de las medidas de prevención contra el coronabicho, la atención presencial es con cita previa lo que significa que las llamadas con consultas se han disparado (el que antes venía a mostrador ahora llama por teléfono, claro), y el volumen de llamadas se ha duplicado o incluso triplicado, lo que significa que hay ratos de la mañana en los que es literalmente imposible hacer nada que no sea hablar por teléfono, siendo lo peor cuando terminas la llamada, cuelgas y antes de que pase medio segundo ya está otra vez el aparato del infierno sonando.

A esto hay que sumar que cuando estuvimos teletrabajando (ahí también tenía muchísimo teléfono, pero en el salón de mi casa y en pijama), nos habilitaron extensiones telefónicas de voz por IP, que tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes, uno de los cuales es que se nos oye muy bajo, aunque nosotros oigamos perfectamente. Añádase que hay usuarios que no son capaces de dejar terminar una frase sin interrumpir y tenemos el sembrado para algunos diálogos de besugos francamente frustrantes.

Esta semana me toca arriba, así que he de sufrir todavía algunos días de telefonista, y cuando el teléfono deja de sonar, intentar sacar el trabajo de oficina, que a lo tonto se acumula. Echo de menos estar abajo, atendiendo cara a cara al público.