Sirat es una de esas películas susceptibles de polarizar al público, ya que no pasan desapercibidas para bien ni para mal, ya que tiene momentos impactantes y escenas con una potencia visual abrumadora, pero también momentos en los que te quieres arrancar los tímpanos y un primer cuarto de hora insufrible, en el que es difícil no irse del cine.
Y ojo que con esto no quiero decir ni mucho menos que sea una mala película, pero es muy peculiaridad y algunas de esas peculiaridades las amas o las odias y yo he sido de los segundos. No quiero salir del cine con dolor de cabeza, gracias.
El argumento no dice gran cosa: Luis es un hombre que va con su hijo pequeño a buscar a su hija desaparecida a una rave en Marruecos, y tirando del hilo descubre que podría estar en otra, al sur del país, por lo que se junta a un grupo de asistentes al evento, para cruzar el desierto de lado a lado, con la esperanza de encontrarla. Y si por si no fuera suficiente odisea meterse el Sahara entre pecho y espalda, a los peligros inherentes a la excursión hay que añadirle que una guerra civil estalla en el país.
Dejando al margen el apartado sonoro, al que personalmente le pongo un suspenso morrocotudo (entiendo la idea pero quiero disfrutar de las películas, no sufrirlas) la película es audaz. Exceptuando a Sergi López y al chaval que hace de hijo, todos los demás son actores amateurs, haciendo de sí mismos, y dan bien el pego. La parte paisajística está muy lograda y consigue que escenas que de normal quedarían ridículas aquí queden bien.
¿Es buena? ¿Es mala? La respuesta a ambas es "sí".