¿Estamos ya de vacaciones, Axel? Casi, Jonathan, casi.
En una temporada en la que las visitas a Miribilla se cuentan por disgustos, hoy ha tocado ganar, y además con una cierta holgura, al Andorra, en un partido con que el que no contaba yo del todo (de hecho, me alegro de haberme equivocado, pues estaba convencido de que tocaba perder), pues la temporada lleva ya tiempo a la deriva, sin objetivos reales, y el Andorra, pese a su cartel de mal visitante, traía una buena plantilla.
El partido ha empezado bastante fiel a lo que yo vaticinaba, con un punto a favor del Andorra, que en el segundo cuarto empezaba a marcar distancias, aunque por suerte no llegaban a arrastrarlas demasiado y al descanso hemos llegado igual que empezamos el cuarto: uno abajo.
El tercer cuarto parecía que iba a ser el de la caraja visitante, pero aunque cogíamos ventajas de 5-6 puntos, ellos han aguantado el temporal y el cuarto ha terminado con un escaso +3 para los de negro.
Sin embargo el último cuarto ha sido el del desmoronamiento. El Bilbao Basket, sin hacer alardes, parecía ir a una velocidad más que el Andorra en cuanto a acierto, un Andorra al que le han pasado factura el cansancio lógico del viaje y parece que el vértigo de ver que ganando hoy se aseguraban el playoff de forma casi matemática. Y no solo han perdido, sino que el average ha caído del lado de Bilbao, pues la venaja se ha ido hasta los 14 puntos, en un final andorrano de completa impotencia.
Seguramente no sea suficiente con esto, pues habría que ganar un partido más que ellos y no descarto que de los tres que quedan Bilbao Basket no gane ninguno, pero una victoria siempre se disfruta, aunque no haya sido un gran partido.