Hoy la cosa va de correcciones políticas, carteles que, como el de la foto, suscitan polémica y de las innumerables gilipolleces que se llegan a decir enarbolando de forma absurda la bandera de la igualdad.
Esta vez nos llega de la mano de la feria de Durango, cuyo cartel se ve en la foto, y que acompañada del lema "Gizon Ikusezina Azokan" (el Hombre Invisible en la Feria), crea, en opinión de la Defensoría de la Igualdad de Gobierno Vasco (espero que alguien capaz de soltar semejantes estupideces no se dedique nunca a la defensa del Jokin ibérico) una invisibilización de la mujer, ya que salen elementos meramente masculinos y omite la presencia de la mujer en la cultura vasca. Como ya he dicho, nada más fálico que una boina, que hasta tiene pito. Y bien erecto, como se ve en la foto. Sin ánimo de ahondar en el cartel de marras, remito aquí y aquí para más información, sí me centraré en una de las cosas que me suelen tocar las narices, y es las atrocidades que sufre nuestro lenguaje a manos de la correción política.
Vamos a ver, que el lenguaje tiene connotaciones culturales lo sabe cualquiera. Que tiene expresiones machistas, que tenemos totalmente interiorizadas, no se le escapa a nadie con un mínimo de criterio, que no es lo mismo ser un zorro que una zorra, ser cojonudo que ser un coñazo, y es que hay cosas que han estado ahí muchos años y cuesta quitar. El problema viene cuando se quiere seccionar con la espada de la igualdad palabras neutras.
Una palabra que odio, y que aunque la RAE haya aceptado me negaré a utilizar: presidenta.
Por todas partes se oye esta palabra. Por lo visto a alguna cabeza pensante se le ocurrió que la palabra presidente era masculina, con lo que se sacó de la manga presidenta. Y digo yo, ¿no deberíamos hablar entonces de presidentos? Y claro, de ahí vienen luego atrocidades contra el idioma del calibre de jueza, concejala, generala... llegando hasta los extremos de la amiga Bibiana Aído y su consabido miembra.
Y yo sin saber eso, ¿por qué no reclamé indignado cuando me dedicaba a la abogacía que no me dijeran que era la parte defensora sino el parto defensor? ¿Por qué tienen los cuerpos de seguridad de género masculino consentir que se les llame policías en vez de respetar sin menoscabo su virilidad llamandoles de forma más correcta "policíos" o "guardios civilos"?
Es más, no se le ha ocurrido a la ministra que el presidento Zapatero es insultado cada vez que se le acusa de socialista (o de estadista, o de estratega, o incluso de sinvergüenza), cuando tendría que ser socialisto, estadisto, estratego, sinvergüenzo...
De verdad, se llegan a extremos que rozan lo ridículo, dando género a palabras (y palabros) que no lo tienen. Alguien se quedó en "si acaba en A es nombre de chica" y de ahí no pasó. Pero lo más jocoso de la situación es que esta regla vale para algunos casos, pero no para otros. Porque digo yo, que si Izaskun Bilbao es la presidenta del parlamento vasco, por la misma regla de tres, Amaia Montero será cantanta, ¿no? Ah, no, que a la pobre la llaman cantante. ¡Cuánta maldad! ¡Qué denigración! Pero debe de ser porque es poco importanta... que no, que me dicen por aquí que importanta no existe. Como mira por dónde, nunca he oído hablar de mujeres elegantas, constantas o exultantas. ¿Y no es un sinsentido decir cinta aislante en vez de cinta aislanta?
Lo que sí se sigue oyendo, que tiene sus... su enjundia, es mujeres abogado, mujeres médico, ingeniero... De modo que cuando alguien me pregunte qué conflicto bélico auspició la Batalla de las Termópilas diré sin duda que fueron las Guerras de las Mujeres Médico. Y tan ancho que me quedaré.
Esta vez nos llega de la mano de la feria de Durango, cuyo cartel se ve en la foto, y que acompañada del lema "Gizon Ikusezina Azokan" (el Hombre Invisible en la Feria), crea, en opinión de la Defensoría de la Igualdad de Gobierno Vasco (espero que alguien capaz de soltar semejantes estupideces no se dedique nunca a la defensa del Jokin ibérico) una invisibilización de la mujer, ya que salen elementos meramente masculinos y omite la presencia de la mujer en la cultura vasca. Como ya he dicho, nada más fálico que una boina, que hasta tiene pito. Y bien erecto, como se ve en la foto. Sin ánimo de ahondar en el cartel de marras, remito aquí y aquí para más información, sí me centraré en una de las cosas que me suelen tocar las narices, y es las atrocidades que sufre nuestro lenguaje a manos de la correción política.
Vamos a ver, que el lenguaje tiene connotaciones culturales lo sabe cualquiera. Que tiene expresiones machistas, que tenemos totalmente interiorizadas, no se le escapa a nadie con un mínimo de criterio, que no es lo mismo ser un zorro que una zorra, ser cojonudo que ser un coñazo, y es que hay cosas que han estado ahí muchos años y cuesta quitar. El problema viene cuando se quiere seccionar con la espada de la igualdad palabras neutras.
Una palabra que odio, y que aunque la RAE haya aceptado me negaré a utilizar: presidenta.
Por todas partes se oye esta palabra. Por lo visto a alguna cabeza pensante se le ocurrió que la palabra presidente era masculina, con lo que se sacó de la manga presidenta. Y digo yo, ¿no deberíamos hablar entonces de presidentos? Y claro, de ahí vienen luego atrocidades contra el idioma del calibre de jueza, concejala, generala... llegando hasta los extremos de la amiga Bibiana Aído y su consabido miembra.
Y yo sin saber eso, ¿por qué no reclamé indignado cuando me dedicaba a la abogacía que no me dijeran que era la parte defensora sino el parto defensor? ¿Por qué tienen los cuerpos de seguridad de género masculino consentir que se les llame policías en vez de respetar sin menoscabo su virilidad llamandoles de forma más correcta "policíos" o "guardios civilos"?
Es más, no se le ha ocurrido a la ministra que el presidento Zapatero es insultado cada vez que se le acusa de socialista (o de estadista, o de estratega, o incluso de sinvergüenza), cuando tendría que ser socialisto, estadisto, estratego, sinvergüenzo...
De verdad, se llegan a extremos que rozan lo ridículo, dando género a palabras (y palabros) que no lo tienen. Alguien se quedó en "si acaba en A es nombre de chica" y de ahí no pasó. Pero lo más jocoso de la situación es que esta regla vale para algunos casos, pero no para otros. Porque digo yo, que si Izaskun Bilbao es la presidenta del parlamento vasco, por la misma regla de tres, Amaia Montero será cantanta, ¿no? Ah, no, que a la pobre la llaman cantante. ¡Cuánta maldad! ¡Qué denigración! Pero debe de ser porque es poco importanta... que no, que me dicen por aquí que importanta no existe. Como mira por dónde, nunca he oído hablar de mujeres elegantas, constantas o exultantas. ¿Y no es un sinsentido decir cinta aislante en vez de cinta aislanta?
Lo que sí se sigue oyendo, que tiene sus... su enjundia, es mujeres abogado, mujeres médico, ingeniero... De modo que cuando alguien me pregunte qué conflicto bélico auspició la Batalla de las Termópilas diré sin duda que fueron las Guerras de las Mujeres Médico. Y tan ancho que me quedaré.
3 comentarios:
Si, es cierto:
No es lo mismo "estar hecho un toro" que "estar como una vaca"
Ser "un gallo", que ser "una gallina", y, en este caso se utiliza, curiosamente el término "ser UN gallina".
También tiene distintas connotaciones "un hombre público", o "una mujer pública"....en fin, podríamos pasarnos horas hablando del tema del machismo en el lenguaje. Por otra parte supongo que, con el uso La Real Academia terminará aceptando términos como ese que tanto odias....presidenta, como en su día aceptó, por ejemplo "dependienta"
Bueno, hasta otra
Una visintantA de tu blog
Ayer, viendo algunos capítulos de la nueva temporada de House casi me da un soponcio cuando oigo a una de las protas decir, "hola, soy medica"
¿Y qué va a decir, que es butanera?
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