Miércoles, 19:30 de la tarde. Un ambiente gélido en el inhóspito BEC, y ambos contendientes empiezan a jugar al mismo ritmo. Nadie quiere meter una canasta, y los errores se suceden en ambos bandos. Habían transcurrido dos minutos y nadie se había atrevido aún a introducir la pelotita en la canasta.
El lamentable juego desplegado y la negativa racha del equipo instalaban el pesimismo en la grada, pero lo cierto es que no había demasiados motivos para la intranquilidad, ya que la diferencia entre ambos equipos es grande. Cierto es que el Alicante venía de endosar 113 puntos al Murcia, pero jugador por jugador, la plantilla del Bizkaia Bilbao Basket es superior (pese a la falta de Warren) y eso se nota. Así que unos minutillos de correcalles precedieron a un recital de Markota, que puso pronto las cosas en su sitio.
El Alicante tampoco hacía grandes méritos para ganar el partido, y se dedicaba a dar muestras de una puntería lamentable (se gastó las canastas en su partido anterior, está claro) y encima ayer, oh milagro, a Moiso le dio por jugar, así que no tuvieron muchas opciones. Y si a eso le sumamos la expulsión por doble técnica de su entrenador, pues poco podían hacer los levantinos.
La parte negativa, como siempre, salir del BEC, con sus atascos y embotellamientos, que empañan y emborronan todo buen sabor que hubiera podido dejar la victoria del equipo. Pabellón frío, maloliente, de mala visibilidad, y lejos de Bilbao. Todo para un balance digno de nuestro primer año ACB.
El lamentable juego desplegado y la negativa racha del equipo instalaban el pesimismo en la grada, pero lo cierto es que no había demasiados motivos para la intranquilidad, ya que la diferencia entre ambos equipos es grande. Cierto es que el Alicante venía de endosar 113 puntos al Murcia, pero jugador por jugador, la plantilla del Bizkaia Bilbao Basket es superior (pese a la falta de Warren) y eso se nota. Así que unos minutillos de correcalles precedieron a un recital de Markota, que puso pronto las cosas en su sitio.
El Alicante tampoco hacía grandes méritos para ganar el partido, y se dedicaba a dar muestras de una puntería lamentable (se gastó las canastas en su partido anterior, está claro) y encima ayer, oh milagro, a Moiso le dio por jugar, así que no tuvieron muchas opciones. Y si a eso le sumamos la expulsión por doble técnica de su entrenador, pues poco podían hacer los levantinos.
La parte negativa, como siempre, salir del BEC, con sus atascos y embotellamientos, que empañan y emborronan todo buen sabor que hubiera podido dejar la victoria del equipo. Pabellón frío, maloliente, de mala visibilidad, y lejos de Bilbao. Todo para un balance digno de nuestro primer año ACB.
Y recuperaron la sonrisa.
2 comentarios:
Como consecuencia del horario 7,30 muchos llegamos con el partido comenzado.Yokin no fue lunes(jueves)las gradas desde mi pocion,por cierto que te veo,casi llenas,con los aciertos del equipo el ambiente fue creciendo,eso si la salida es una ratonera.El BEC esta potable para ser transitorio,no seas tan negativo.Me gusta leerte,un saludo.
Cierto, no era lunes, era miércoles. Pero en la Casilla nunca veías que el pabellón estuviera así de desierto al empezar el partido. Ni siquiera entre semana.
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