lunes, 5 de noviembre de 2018

Crónica de EntreRevs

Extraños en la noche.

Lo que prometía ayer, hablar del evento, lo hago ahora.

Empezaré por las instalaciones, con un complejo perdido en mitad de la nada pero con muchísimas aulas y lleno de posibilidades, que permitía hacer muchas partidas. Eso es un plus. No así las habitaciones, que eran bastante cutrecillas, con colchones demasiado blandos y finos y unos baños que no tenían nada de jabón y cuyas duchas tenían dos temperaturas posibles: Han Solo en carbonita o cocedero de langostas, y dos posiciones: apagado o disolver manifestaciones con chorro a presión.

La comida, pues tampoco era lo mejor del mundo pero era aceptable, y el personal del comedor era encantador y tremendamente flexible, así que un diez para ellos.

Yendo a las actividades, como no participé en todas me voy a limitar a reseñar aquellas en las que yo participé, empezando por la que yo lleve, pues fue la primera. Volví a dirigir el vivo "Extraños en la noche", al que tengo muchísimo cariño, y fue un pase muy loco en el que me lo pasé tremendamente bien, aunque me quedo con la cosa de que fuimos demasiado ruidosos y fastidiamos la partida a los de la partida de la sala de al lado, lo que me hace sentir muy mal. Berto, Estefanía: si leéis esto, nuevamente mil disculpas.

Vamos al sábado por la mañana, que tiene mucho de socializar al sol, aunque hay tiempo para acudir a alguna charla, como "Tu foco es la experiencia", sobre cómo usar el ReV para potenciar experiencias concretas.

Después de comer vamos a "Roles en vivo por escenas", brillantemente expuesto pese a no ser un subtipo que me entusiasme y "Diseño de vivos", donde tengo la suerte de poder participar bastante. Luego la fabulosa charla-taller "Psicología del agresor" y por la noche el descacharrante vivo "Aquí no hay quien sobreviva", una comedia postapocalíptica que se convierte en un gallinero tal vez demasiado ruidoso.

Y por la noche... ¡fiesta!

El domingo por la mañana queda para descansar al sol, despedidas y recogida. Como el año pasado, o aún mejor, un evento que se va haciendo imprescindible, pues nos sirve de nexo de unión a quienes amamos este hobby nos permite vernos las caras. El año que viene tengo claro que volveré.

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