jueves, 5 de febrero de 2009

Eolo

Sopla y sopla, cual txikitero de Somera

Eolo, en latín Aeolus, dios griego de los vientos, hijo de Hipotes, por no decir una palabra que suena muy parecida, ya que con las ventoleras que forma golpea con saña las persianas, y el ruido dificulta la loable tarea de dormir por las noches, máxime cuando se vive en un 16º, como es mi caso.

Eolo castiga mis ventanas, aunque tampoco sería justo negar que es el que por las mañanas me imprime fuerza para acudir presto al trabajo. Esto último es literal, ya que a por las mañanas la ventolera me da en la espalda, y suerte que soy grandote, que si no, podría ir volando al trabajo, que pega con fuerza, y ahí suelo ir por la calle Zugastinovia correteando cual Benny Hill.

Volviendo al señor que protagoniza la entrada, Eolo, no confundir con otros Eolos, como Eolo hijo de Poseidón, o Eolo hijo de Helén, de él nos cuenta la wikipedia lo siguiente:

Eolo (hijo de Hípotes)

Señor de los Vientos, vivía en la isla flotante de Eolia con sus seis hijos y sus seis hijas. Zeus le había dado el poder de controlar los vientos, Eolo los tenía encadenados en un antro profundo, donde los gobernaba con un dominio absoluto, apresándolos o liberándolos a su antojo, ya que todos los vientos liberados podrían provocar graves desastres en el cielo, la tierra y las aguas. Eolo era responsable del control de las tempestades, y los dioses, le pedían en algunos casos su ayuda como hizo Hera para impedir que Eneas desembarcase en Italia. También trató de ayudar a Odiseo que lo visitó al retornar a Ítaca. Eolo lo trató muy bien, y le dio un viento favorable, además de una bolsa que contenía todos los vientos y que debía ser utilizada con cuidado. Sin embargo, la tripulación de Odiseo creyó que la bolsa contenía oro y la abrió, provocando graves tempestades. La nave terminó regresando a las costas de Eolia, pero Eolo se negó a ayudarles de nuevo. Eolo es representado empuñando un cetro como símbolo de su autoridad, y rodeado de turbulentos remolinos, los Vientos, cada uno de los cuales era un dios.

La paternidad de este tercer Eolo es atribuida a
Hípotes, el cual según Diodoro Sículo es hijo de Mimas, uno de los hijos del Eolo Helénida.

En
La Eneida (I, 71-75), Juno le ofrece a la ninfa Deyopea como esposa a cambio de liberar sus vientos sobre la flota de Eneas.

Pero no se vayan a creer ustedes que Eolo era el único dios griego del viento, que en el Olimpo tenían el tema totalmente burocratizado y descentralizado, y había otros dioses ventiscos, como Céfiro, Bóreas, Noto o Euro (antes Peseta), uno por cada punto cardinal, con sus correspondientes dioses menores para suroeste, nordeste y tal. Y aquí se puede consultar un organigrama completo.

Otros dioses del viento, y por ende culpables del ruido nocturno son la culebra azteca Quetzalcóatl, el hindú Vāyu, los orientales Shina-Tsu-Hiko y Shina-To-Be, y barriendo para casa, también nuestra Mari tiene sus atribuciones eólicas.

Más dioses del viento aquí.

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