Adiós, muy buenas.
Hoy se ha jugado la última jornada de la liga regular de la ACB, lo que significa que para el Bilbao Basket ha terminado ya la temporada, temporada que para mí personalmente ha sido aciaga en lo que al baloncesto se refiere, y es que para mí este año no ha habido baloncesto. Nuevamente, jugó el "Bilbao" Basket y no no estuve ahí para verlo. Por decisión propia, claro está, pero es que este año mi ilusión por ese equipo ha sido nula. He ido a muy pocos partidos (Shaktar, Alicante, Unicaja, Real Madrid, Barcelona, Caja Laboral en copa, Xacobeo y Gran Canaria) y las veces que he ido tampoco me he divertido tanto como para que me mereciera la pena hacer esfuerzos por ir. Un precio caro, desde luego, el que he pagado por el abono.
Pero es que ni tan siquiera hace un año, cuando me llevé el berrinche por el traslado al BEC me imaginaba que el efecto sobre mi ánimo como aficionado iba a ser tan demoledor. Pensaba que iba a ser una temporada de transición, en la que sabía que no iba a disfrutar, aunque no pensaba, sinceramente que llegaría a tales extremos, y que poco a poco iría recuperando la ilusión. Pero nada. Y lo peor es que ahora mismo me da igual lo que pase el año que viene. Me da igual que fichen a Reyes, a Bullock o a Lebron James.
Aunque bueno, igual que cambia en un sentido, puede cambiar en otro, y nunca se sabe. El año que viene, teóricamente y por la cuenta que les trae, vuelven a jugar en Bilbao, por lo que el partido de hoy debería ser una buena noticia. No por la victoria (que era intrascentente en lo deportivo) sino porque habrá sido el último partido del Bilbao Basket en el BEC. (Bueno, en parte, ya que me temo que seguirán con la manía de jugar los partidos de los equipos grandes allí)
¿Seguiré siendo abonado el año que viene?
Ya se verá. Pero desde luego, si tuviera que tomar la decisión ahora, la respuesta sería no.
Pero es que ni tan siquiera hace un año, cuando me llevé el berrinche por el traslado al BEC me imaginaba que el efecto sobre mi ánimo como aficionado iba a ser tan demoledor. Pensaba que iba a ser una temporada de transición, en la que sabía que no iba a disfrutar, aunque no pensaba, sinceramente que llegaría a tales extremos, y que poco a poco iría recuperando la ilusión. Pero nada. Y lo peor es que ahora mismo me da igual lo que pase el año que viene. Me da igual que fichen a Reyes, a Bullock o a Lebron James.
Aunque bueno, igual que cambia en un sentido, puede cambiar en otro, y nunca se sabe. El año que viene, teóricamente y por la cuenta que les trae, vuelven a jugar en Bilbao, por lo que el partido de hoy debería ser una buena noticia. No por la victoria (que era intrascentente en lo deportivo) sino porque habrá sido el último partido del Bilbao Basket en el BEC. (Bueno, en parte, ya que me temo que seguirán con la manía de jugar los partidos de los equipos grandes allí)
¿Seguiré siendo abonado el año que viene?
Ya se verá. Pero desde luego, si tuviera que tomar la decisión ahora, la respuesta sería no.
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