¡Argh!
Ayer estuve bastante rato en casa, de hecho tuve que gastarme medio día de vacaciones y entrar a trabajar a las 12, y no porque estuviera de resaca por las celebraciones post-partido, sino porque ayer emitían el primer episodio de la nueva temporada de esa pesadilla doméstica que es tener obras en casa. Concretamente el bulto del salón, que ayer vino el carpintero a visitar, con la consecuencia de un bonito boquete en el hall (parecido al del año pasado) y la incertidumbre de no saber hasta cuándo estaré así, y sabiendo que la cosa va para largo y lo peor está por llegar.
Pero no fue eso lo peor, ya que una comunidad de pequeñas moscas ha tenido a bien instalarse en mi casa y cada vez que iba al cuarto de baño me encontraba al menos a uno de estos pequeños dípteros, con su vuelo lento y errático. Y aunque eliminar una es tarea fácil, deben de ser moscas ninja, ya que por cada una que matas, otra ocupa su lugar. Cansado de los manotazos y aplastamientos diversos, opté por tácticas nacional-socialistas y a embadurnar el baño de insecticida, especialmente desagües, por si estos molestos alados gustan de la humedad. Que entiendo que es verano, pero no me hace gracia que elijan mi domicilio como destino turístico.
Pero no todo iba a ser malo, ya que ayer, tras el fallido intento del sábado, era día de efecincos, la pugna por las ansiadas plazas para las jornadas Tierra de Nadie, siendo el resultado francamente positivo, ya que no solo yo me hice con tan preciada plaza, sino que hubo pleno entre mis amigos de Bilbao. Así que en Mollina estaremos again.
Por último, por si hubiera alguna mosca leyendo este blog, vaya para ellas la siguiente advertencia:
"Eh, tú, estúpida drosófila. Si tú o cualquiera de tus dípteros amigos osa colarse en mi casa, os mataré sin contemplaciones"
Pero no fue eso lo peor, ya que una comunidad de pequeñas moscas ha tenido a bien instalarse en mi casa y cada vez que iba al cuarto de baño me encontraba al menos a uno de estos pequeños dípteros, con su vuelo lento y errático. Y aunque eliminar una es tarea fácil, deben de ser moscas ninja, ya que por cada una que matas, otra ocupa su lugar. Cansado de los manotazos y aplastamientos diversos, opté por tácticas nacional-socialistas y a embadurnar el baño de insecticida, especialmente desagües, por si estos molestos alados gustan de la humedad. Que entiendo que es verano, pero no me hace gracia que elijan mi domicilio como destino turístico.
Pero no todo iba a ser malo, ya que ayer, tras el fallido intento del sábado, era día de efecincos, la pugna por las ansiadas plazas para las jornadas Tierra de Nadie, siendo el resultado francamente positivo, ya que no solo yo me hice con tan preciada plaza, sino que hubo pleno entre mis amigos de Bilbao. Así que en Mollina estaremos again.
Por último, por si hubiera alguna mosca leyendo este blog, vaya para ellas la siguiente advertencia:
"Eh, tú, estúpida drosófila. Si tú o cualquiera de tus dípteros amigos osa colarse en mi casa, os mataré sin contemplaciones"
No hay comentarios:
Publicar un comentario