Roger y Don emprenden un viaje sin retorno.
Suelo reseñar las series cuando termino de verlas, pero con Mad Men me adelanté, y ya la escribí en su momento, aquí. Ayer terminó la serie, hoy he visto ya el último capítulo, y mi opinión sobre la serie, en lo bueno y en lo malo, sigue siendo lo mismo que en aquel momento.
Fiel a su filosofía, el final ha sido discreto pero elegante (para mi gusto tal vez algo soso), sin grandes alardes ni experimentos raros, un final que cierra la serie ahí como podría haberla cerrado hacía 5 capítulos, o 7 o 14, y un final que habría permitido seguir con la serie. Simplemente llega un momento en el que te dejan de contar la historia de sus personajes, y ese era hoy.
No había grandes misterios ni tramas enrevesadas (a pesar de lo que muchas locas teorías insinuaban en Internet) y muchas veces eran mero costumbrismo, pero la serie ha vivido siempre de su buena hechura, de sus personajes y sus grandes escenas, y como vivió, se fue. Por eso y por otras cosas, y aunque no alcanza ese lugar en mi Olimpo de series, creo que Mad Men merece tener su nombre entre las grandes.
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