Su aspecto parece cutre, pero podría ser de culto.
El cartel ya lo avisa: es una película gamberra, mucho. Una divertidísima película en stop-motion con plastilina, a lo Wallace&Groomit, con una historia claramente basada en "El exorcista" y "La Profecía", repleta de referencias culturales e infraculturales (desde los Gremlins a Sálvame, pasando por el Resplandor o Tenacious D and the pick of destiny) y con un toque 100% "El día de la Bestia". Solo con decir que el anticristo es un personaje que evoca sospechosamente a Paquirrín (el hijo de una famosa folklórica y un malogrado torero) nos podemos ir haciendo una idea de por dónde va la cosa.
El argumento es que el padre Lenin, un abnegado cura hijo de comunistas vascos, tiene una crisis de fe ante la corrupción de la Iglesia y el precio que le supone en su vida personal y familiar, pero debe salir adelante cuando resulta ser el único capacitado para ayudar al hijo de la Trini, que muestra un comportamiento muy extraño y terriblemente malvado. Por el camino, todo un descenso a los infiernos y las cloacas de la España más cañí.
Aunque más acertado sería decir que es euskañí, ya que está producida en Euskadi y el guión corre a cargo del basauritarra Rubén Ontiveros (Qué vida más triste) y cuenta con las voces de los fallecidos Álex Angulo y Mariví Bilbao.
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