Señora, debéis ver a vuestra... ¿cómo seguía esto?
Las miniobras de marzo marcan un Ecuador en el curso de teatro, pues suponen cerrar un frente para centrarse exclusivamente en la obra de junio (este año, recordemos, "Como gustéis", de Wiliam Shakespeare), y eso significa una cosa: hay que estudiarse el guión. Ya no hay excusas, y toca dar al codo, pues saberse pronto la obra significa empezar antes a preparar bien el personaje y las escenas, lo que luego se nota. No hay cosa peor que estar a una semana del estreno con el papel en la mano.
Otros años me he propuesto dejar el papel físico en casa y empezar en abril a ensayar sin la chuleta. Este año quiero empezar desde ya. Hoy he podido hacerlo más o menos con el 75% de la obra, para el lunes que viene quiero intentar ir ya con todo el texto en la cabeza. Y perfeccionarlo de la manera que mi modesta experiencia me señala como mejor: metiendo la pata en los ensayos, que para eso están.
¡Parragón, allá voy!
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