De la partida del viernes.
En lo que viene siendo la socorrida sección cuasifija de los domingos a esta hora, el fin de semana empezando por el viernes.
Por la mañana en el trabajo, sin nada especialmente reseñable y por la tarde a la lonja, donde tenía que atender a una entrevista que nos han hecho para Euskadi Irratia, donde nos preguntaban por Ábaco, el rol, los juegos de mesa... y de paso aprovechaba para mencionar las jornadas de Zalla en Semana Santa.
Por la noche me tocaba dirigir la segunda sesión de Estrellas Anónimas, en la que los personajes, o eso creen sus jugadores, van cerrando el cerco sobre los asesinos. Igual que el viernes pasado, nos dan las tantas y acabo volviendo a las 4 a casa.
El sábado por la mañana me voy al gimnasio a hacer un poco el hamster y por la tarde a la lonja, pero no a jugar a nada en concreto sino a socializar, y para cenar quedamos mi señora novia y yo con unos amigos para ir a cenar unas pizzas (con sello de aprobación de una napolitana auténtica) y luego unos copazos al Churchil.
El domingo por la mañana se va entre dormir y hacer nada, pero después de comer me voy a Maxcenter a ver una de Liam Neeson matando en el cine y a la vuelta, en vez de coger el metro, me hago a pie los 7 kilómetros que lo separan de mi casa, que había que bajar las pizzas de ayer.
Y eso ha sido mi fin de semana.
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