La superfamilia vuelve a la carga.
Pixar nos tiene tan mal acostumbrados a que cada película que saquen (con deshonrosas excepciones) sea una obra maestra, que cuando sacan una película que solo es muy buena, como que nos sabe a poco. Y este es el caso de "Los Increibles 2", que siendo una película muy divertida y muy bien hecha, no alcanza el Olimpo.
Es muy buena, ¿vale?
Pero me topé con algo que me rechinaba un poco, algo un tanto anacrónico y con un cierto tufillo rancio, que es algo tan manido como que la mujer salga a trabajar fuera, el marido se quede en casa y sea un desastre. Porque, claro, solo la mujer está capacitada para hacer las labores de casa, ¿no? Estoy seguro de que mucho señoro se quejará de que esto es algo hembrista (¡el es tonto, ella es lista!), cuando realmente redunda un poco sobre algo tan genuinamente machista como el "las cosas de casa son responsabilidad de ella, él ayuda". De verdad, Pixar, que estamos en 2018, se os ha escapado una trama más propia de los 90. A ver, que tampoco es ningún crimen, pero chirriaba un poquito, y habría agradecido alguna propuesta un poco más valiente en este sentido. Me da la sensación de que es justo lo contrario de lo que intentaban, pero les salió torcido.
Dejando eso al margen, y que los giros de la trama no son especialmente imprevisibles (que tampoco hace falta, pues es Pixar, no Shyamalan), la película es divertida, engancha muy bien con la primera y aporta ese toque de frescura que es meter superhéroes y supervillanos nuevos, con unas escenas de acción muy trepidantes. Y el bebé Jak-Jak, que como recurso cómico funciona muy bien.
Mención aparte para el corto Bao, que es muy tierno.
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