Yo al llegar a casa.
Una cosa mala que tiene ser propietario de la vivienda es que además de (generalmente) la hipoteca y el IBI hay que pagar la cuota de la comunidad de propietarios, que en mi caso es bastante elevada, puesto que el gas es central. Pero esto tiene una cosa buena, y es que además de desentenderme de las facturas del gas, la calefacción es central y se enciende automáticamente aunque yo no esté en casa, que si me pilla fuera de Bilbao es un despilfarro, pero en días como hoy, que fuera hace un frío del carajo, llegar a casa y encontrarla calentita es una bendición.
He dicho.
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