Situación final del tablero.
Hace casi un año empezábamos la campaña de este legacy de colocación de trabajadores y hoy, por fin, hemos podido terminar. No he ganado, y no solo no he estado ni cerca de ganar (he quedado anteúltimo) , sino que no gané ni una sola de las partidas sueltas, pero aún así me ha gustado mucho y es un juego que recomiendo bastante (además, nos dio gloriosos momentos, como el caso del meeple perdido), a pesar de que tiene sus errores, algunos de ellos muy gordos.
El juego, que está muy bien, pese a sus mecánicas depende mucho del azar, ya que al ser las reglas cambiantes, podemos apostar por una estrategia y que nos salga rana, y como esto no lo sabremos hasta que suceda, terminamos dependiendo de haber tenido la suerte de que saliera bien el tiro a ciegas. Además, cada color tiene sus cartas de personaje y edificio, siendo algunas francamente mejores que otras (una de las facciones puede hacer un combo para obtener un número literalmente infinito de puntos de victoria).
Otra pega es que el entreturno, dada su mecánica, puede llegar a hacerse un poco tedioso algunas veces, y se puede hacer un poco frustrante ver que tu chiringuito es tan rematadamente desastroso que llega tu turno y no puedes hacer absolutamente nada de provecho, mientras ves que el resto de rivales sacan puntos de victoria de ocho en ocho. Sin embargo, el juego tiene virtudes y mecánicas que hacen que compense.
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