En la Tierra sí que pueden oír tus gritos. Pero para lo que te va a servir...
De la saga Alien poco puedo decir que no esté dicho ya. Tanto la primera (Alien: el octavo pasajero) como su secuela (Aliens: el regreso) son puro icono del cine de terror y ciencia ficción y sentarían las bases para todo lo que vendría después. Tienen ya unas cuántas secuelas y precuelas (algunas mejores que otras) y con esta serie nos vienen a contar cómo y por qué los xenomorfos arrasaron nuestro planeta.
La idea es muy evocadora y la serie empieza bien, con todo el tema de los sintéticos, las corporaciones y demás. Pero se queda a medio gas en muchas cosas y peca de abusar de un recurso tan del género como el de tener personajes disfuncionales tomando decisiones estúpidas para mover la trama. Y esto suele afear bastante el resultado.
Tampoco me convence que sea un poco cobarde con la premisa y en lugar de ser el festival de aliens liándola petarda en la ciudad, acaba siendo toda la acción en laboratorios y bases secretas, que lo mismo podría estar en Badajoz que en Alfa Centauri, y además termina con un final demasiado abierto, casi un cliffhanger.
Tiene, naturalmente, sus cosas buenas. Introduce algunos bichos interesantes (ay, ese pulpojo) y tiene escenas de bastante tensión, pero en general diría que no pasa de ser una serie entretenida con la que pasar el rato. No es tan mala como Covenant, pero no llega ni a la suela de los zapatos de Romulus.
Habrá que ver si la segunda temporada endereza el rumbo.
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