Tarde de baloncesto la de ayer.
Con motivo de la Supercopa de baloncesto, la cual organiza este año mi equipo, el iurbentia Bilbao Basket, ayer tuve ocasión de disfrutar de una sesión doble con el mejor baloncesto.
Abríamos boca con un Real Madrid-TAU, equipos ninguno de los cuales goza de mis simpatías, pero por alguno había que decantarse y preferí animar a los merengones (lo siento, no puedo con el TAU) aunque no pudo ser, ya que aunque fueron por delante prácticamente todo el partido, y me diero la impresión de tener un punto más de calidad, aunque las lesiones de Smith y Hamilton le restaban parte de su potencial.
Pero hubo un detalle que fue determinante cuando al jugador del Real Madrid Felipe Reyes se le fue la olla, provocando su expulsión y 2 faltas técnicas seguidas, que permitieron al conjunto vitoriano hacerse con la victoria 82-83.
Del partido me quedo con la ovación que se llevó el ex-jugador del Bilbao Basket, ahora en el TAU, Lucho Fernández cuando saltó a la cancha. Y también me quedo con Singleton, grandísimo jugador, de esos que hacen de todo y todo lo hacen bien y que está llamado a ser una de las estrellas de la liga.
Mas lo importante no era el Madrid-TAU, sino la otra semifinal, la que enfrentaba a Barcelona y a Bilbao Basket. Impresionante partido en el que el conjunto local salió inspiradísimo, arrollando en el primer cuarto a los catalanes y sin dar ninguna opción. Bien es cierto que un partido no dura 10 mintos sino 40, y que hubo momentos de pájara en los que el Barcelona llegó a endosarnos un parcial de 0-14, pero el Barça me dio la impresión de ser un equipo de gran calidad individual pero totalmente descompensado (¡no tienen aleros!) y que notan la falta de Navarro de una forma brutal.
Al final, victoria por 7 puntos y hoy la final contra el hermano mayor. Todo muy kármico, nuestro primer partido en la ACB fue contra el TAU y nuestra primera final será contra ellos. Esperemos que no se repita el resultado de aquella vez, aunque mal que me pese, he de admitir que el Tau es mucho Tau.
De los nuestros me gustó mucho Marcelinho, que dirigió al conjunto con una buena batuta, y me sorprendió Quincy Lewis, que sin hacer un partidazo estuvo bastante correcto, ya es más de lo que esperaba de él. También estuvieron muy acertados Weis y Banic, pero eso es algo que hace tiempo dejó de ser noticia.
Y en temas no estrictamente deportivos, el evento en sí muy espectacular, las animadoras de la ACB impresionantes, me enamoré de todas y cada una de ellas.
Lo malo, el BEC, que no me gusta nada ir hasta ahí para ver baloncesto, me gusta más estar en mi primera fila en la casilla, y no en el megamonstruo del Bizkaia Arena, donde casi tengo que usar prismáticos, y donde para salir a la calle hay que soportar los bochinches que se forman, y no digamos ya para acceder al metro... Pero bueno, por suerte solo juegan allí en contadas ocasiones.
Y hoy, concurso de mates y triples y la finalísima contra el TAU. Perder será muy duro, pero si ganamos, ay si ganamos...
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