Vengo del dentista, de extraerme una muela que tenía en batante mal estado, y no quedaba más remedio que quitarla, para evitar males mayores, en lo que ha sido una auténtica sesión de tortura, ya que la muela se partía por todas partes y ha habido que irla sacando a trocitos, todo ello muy divertido. Encima la lengua se me movía para todas partes, sin darme yo cuenta, y tendía a ponerse siempre en el lugar menos adecuado.
Ahora tengo que estar dos horas mordiendo la gasa, con la boca totalmente adormilada, y sin poder, claro, beber ni comer nada, todo muy divertido, y hasta el jueves tomando antibióticos.
Al menos me queda el consuelo de que he podido ser fiel a los ideales de la Rebelíon, y que aunque el interrogatorio ha sido duro, no les he dicho nada.
Poco más que contar. Podría dar una explicación más detallada del proceso del sacado de muela, pero para relatos gore hay cientos de páginas en Internet, llenos de más tripas, casquería y sangre que lo que pueda contar yo aquí, y además así evitaré que las autoridades censoras le pongan a esta entrada la etiqueta "para mayores de 13 años", que este aspira a ser un blog para todos los públicos.
martes, 15 de abril de 2008
Adiós muela, adiós.
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3 comentarios:
lo tendré en cuenta para no dejar que comas regaliz si estamos juntos en breves :-pppp
Deberías estar orgulloso. Muchos bothan han dado su vida en el dentista...
Aún me acuerdo cuando me quitaron la muela del juicio, y el dentista me la quería dar envuelta en un plastiquito: casi me cago en su puta madre...
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