viernes, 10 de diciembre de 2010

Achtung Spionen!

La guerra nunca fue tan divertida

Antes de meterme en materia debería hablar del Wolfenstein Enemy Territory, un FPS (disparos en primera persona) al que hemos solido jugar bastante en lanparties y que tiene por escenario la Segunda Guerra Mundial. En este juego uno de los equipos es el bando aliado y el otro son los nazis, y tienen que dispararse con alegría mientras uno de ellos intenta llegar al objetivo y el otro impedirlo.

Al igual que muchos otros juegos del estilo, hay "profesiones", tipos de personajes que se pueden elegir, con sus armas y habilidades propias, y hoy me centraré en el espía "Special Ops", por ser el generador de muy divertidas anécdotas. Este espía, por poner en antecedentes, cuando ve un enemigo derribado puede acercarse al cuerpo y robarle la imagen y el nombre, con lo que si yo mato a Pepito14, todo el que se cruce conmigo me verá en su pantalla como Pepito14.

Explicado esto, puedo pasar a mentar algunas de las más gloriosas hazañas del espía en territorio enemigo.

Bravo, Mortadelo

Érase una partida en la que jugando con el espía derribé al insigne "Teniente Ginkler" y haciéndome pasar por él me colé en su base. Cuando Ginkler hubo vuelto a la vida (vulgo, respawneado) se fue directo a defender su posición y a vigilar que no entrara nadie. Con tan mala suerte de que agarrado a su ametralladora de posición me vio colarme, y en ese momento grita a sus compañeros "¡Eh, que se cuela uno en la base!" solo para al de un rato suspirar de alivio y gritar "Ah, no, que soy yo". Para cuando se dio cuenta de su error, una bala de mi pistola ya le daba las buenas noches.

La instrucción letal

En la misma partida tuve a bien eliminar y clonar al soldado Kulebril, que con perspicacia gritó a sus compañeros "Si me veis disparadme, que soy un espía". Pero algo debió de fallar porque segundos más tarde ya gritaba "¡Ay, ay, pero a mí no!"

Besito de buenos días


El mismo soldado Kulebril adquirió en esa misma partida la costumbre de saludar con un disparo a sus compañeros, en previsión de que fueran espías. Lo que la mayoría de las veces desembocaba en un linchamiento popular. Para solaz de los verdaderos espías.

Muerte al traidor

Iba yo con mi disfraz de nazi hacia la base de los nazis, cuando de pronto me encontré con todo el bando nazi al completo. Parecía evidente que si todos iban en una dirección, ese nazi que se cruzaba con ellos hacia su base era un traidor. El único que pareció darse cuenta fue el soldado Decoril, que al ver a su propio yo me disparó.

la consecuencia lógica es que todo su equipo dedujo que si un nazi había disparado a otro es porque era un espía. Así que me fui alegremente mientras lo linchaban sin misericordia.

Camina godo

Aún no había conseguido disfraz, y el otro espía tampoco. Pero pudimos oír los gritos de los enemigos, acusándose unos a otros de ser el espía, y cuando nos acercamos un poco más los vemos corriendo en círculos y disparándose los unos a los otros. Camino expedito.

Lo más gracioso es que esta última sucedió también en una ronda en la que ninguno de mi equipo era espía.

Yo... soy... de tu equipo...

Una no tan gloriosa fue la vez en la que siendo aliados emulábamos el desembarco de Normandía. En aquella partida me colé por un lateral y vi a un nazi que me miraba con curiosidad. Uniforme nazi, enemigo, ¡bang! El reflejo inicial de dispararle era hasta cierto punto lógico, pero por alguna razón, y pese a que me hacía señas de que no le disparara, le vacié el cargador encima y vi que efectivamente era un espía de mi equipo (Baldrick) y que había echado a perder su misión de infiltración.

Y estas son las que recuerdo.

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