De vuelta en Bilbao, este fin de semana me he traído de Madrid un elemento bien exclusivo, y es que la nueva edición del Aquelarre ha salido hoy mismo de la imprenta, y yo he tenido a bien encontrarme en las oficinas de la editorial en el momento en el que los de mensajería anunciaban la llegada del ansiado códice.
Puedo decir, sin titubear, que no miento si afirmo que he sudado para conseguir este libro, ya que hemos ido a echar una mano a los de reparto, y ha habido que subir no pocas cajas a un cuarto piso sin ascensor, y dado el volumen de los manuales (más de 500 páginas y tapa dura), el peso de las mismas no era nada desdeñable. Pero gracias a eso puedo presumir de ser uno de los primeros poseedores del libro, antes aún de que haya salido en las tiendas.
Puedo decir, sin titubear, que no miento si afirmo que he sudado para conseguir este libro, ya que hemos ido a echar una mano a los de reparto, y ha habido que subir no pocas cajas a un cuarto piso sin ascensor, y dado el volumen de los manuales (más de 500 páginas y tapa dura), el peso de las mismas no era nada desdeñable. Pero gracias a eso puedo presumir de ser uno de los primeros poseedores del libro, antes aún de que haya salido en las tiendas.
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