He confesado aquí en más de una ocasión mi incondicional devoción por Álex de la Iglesia, y no es desde luego "La chispa de la vida" una película que me vaya a hacer cambiar de opinión.
Nos habla de Roberto, un publicista en paro, que tras sufrir un aparatoso accidente (con el que ya es un sello personal del De la Iglesia más hitchcockiano) cae sobre un hierro, que aunque no lo mata le perfora el cráneo, dejándolo inmovilizado. No tardará en formarse todo un circo mediático al respecto, y como ya pasara en "La Cabina" de Mercero, compartimos la angustia del protagonista, y la impotencia de quienes sí quieren ayudarle. Mientras tanto, Roberto intentará explorar la chispa de una vida que se le escapa, rodeado por amigos y familiares, pero también por un elenco de alimañas que no buscará sino buscar el modo de aprovecharse de la situación.
En el trabajo actoral hay que aplaudir la labor de José Mota, que demuestra que no solo sabe hacer reír, sino también actuar, logrando incluso momentos bastante emotivos. Sorprende ver a Salma Hayek en una película española, aunque siempre resulta una presencia agradable, y su trabajo no es en absoluto malo. No me gustó en cambio, el demasiado caricaturesco Juan Luis Galiardo, y no sabría cómo calificar la interpretación de Juanjo Puigcorbé, pues borda el personaje pero me deja la duda de si realmente estaba actuando. De los demás, pues siendo una película de Álex de la Iglesia, nos encontramos con muchas caras conocidas, a algunas de las cuáles no sabríamos dar nombre, pero que hemos visto en muchísimas películas suyas.
De todas formas, a diferencia de "Balada triste de trompeta", aquí no vemos a un Álex de la Iglesia en estado puro, pues no en vano el guión no es suyo. Lo que significa que es una película que perfectamente puede gustar a sus detractores, así que quien piense que La chispa de la vida es "otra gamberrada de Álex", que sepa que no es así. De hecho, el guión no es suyo. Pero sí la dirección, y se nota en que está muy bien hecha.
Por mi parte, seguiré con mi filosofía de cara a futuras películas: si es de Álex de la Iglesia, compro.
Nos habla de Roberto, un publicista en paro, que tras sufrir un aparatoso accidente (con el que ya es un sello personal del De la Iglesia más hitchcockiano) cae sobre un hierro, que aunque no lo mata le perfora el cráneo, dejándolo inmovilizado. No tardará en formarse todo un circo mediático al respecto, y como ya pasara en "La Cabina" de Mercero, compartimos la angustia del protagonista, y la impotencia de quienes sí quieren ayudarle. Mientras tanto, Roberto intentará explorar la chispa de una vida que se le escapa, rodeado por amigos y familiares, pero también por un elenco de alimañas que no buscará sino buscar el modo de aprovecharse de la situación.
En el trabajo actoral hay que aplaudir la labor de José Mota, que demuestra que no solo sabe hacer reír, sino también actuar, logrando incluso momentos bastante emotivos. Sorprende ver a Salma Hayek en una película española, aunque siempre resulta una presencia agradable, y su trabajo no es en absoluto malo. No me gustó en cambio, el demasiado caricaturesco Juan Luis Galiardo, y no sabría cómo calificar la interpretación de Juanjo Puigcorbé, pues borda el personaje pero me deja la duda de si realmente estaba actuando. De los demás, pues siendo una película de Álex de la Iglesia, nos encontramos con muchas caras conocidas, a algunas de las cuáles no sabríamos dar nombre, pero que hemos visto en muchísimas películas suyas.
De todas formas, a diferencia de "Balada triste de trompeta", aquí no vemos a un Álex de la Iglesia en estado puro, pues no en vano el guión no es suyo. Lo que significa que es una película que perfectamente puede gustar a sus detractores, así que quien piense que La chispa de la vida es "otra gamberrada de Álex", que sepa que no es así. De hecho, el guión no es suyo. Pero sí la dirección, y se nota en que está muy bien hecha.
Por mi parte, seguiré con mi filosofía de cara a futuras películas: si es de Álex de la Iglesia, compro.
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