Otra victoria fácil, en la que ha sido la última sesión matinal del año. Sí, digo fácil, pese a que el Valladolid se llegó a poner 19 puntos arriba (12-31) gracias a un parcial de 0-24 que en nada reflejaba la diferencia de calidad entre ambos equipos. Algún pesimista sí que se ponía algo nervioso, pero yo confiaba plenamente en la victoria del Bilbao Basket. A fin de cuentas, si uno está en descenso y el otro en play-off es por algo. Y es que la lógica decía que un partido entre ambos equipos debía terminar con victoria cómoda del local.
La explicación a este estrepitoso arranque es bien sencilla. Mientras que el Valladolid necesitaba imperiosamente ganar hoy, el Bilbao Basket venía con la nada saludable intención de ganar el partido sin jugarlo. Y claro, por muy superior que seas, pues si no te molestas en correr, pasan estas cosas. Pero es la historia cien veces vista, en las que el equipo débil se adelanta y acaba doblando la rodilla. Hoy, fiel al guión, ha pasado lo mismo. En ningún momento, ni tan siquiera cuando al comienzo del 2º cuarto se perdía por casi 20 puntos, he dudado de que se iba a ganar. Era cuestión de tiempo que el Bilbao Basket, que no es que estuviera jugando mal, es que no estaba jugando, se pusiera el mono de trabajo y diera la vuelta al partido. Y así ha sido, con el papel estelar de López y Grimau. Así, se ha llegado al último cuarto con el partido prácticamente resuelto, pero un combativo Valladolid ha tenido que recordar a nuesteros jugadores que el partido son 40 minutos y no 30, por lo que han llegado a recortar hasta ponerse a 3 puntos. Pero tranquilidad absoluta. A día de hoy es muy pero que muy difícil que este Valladolid gane a este Bilbao Basket.
Próxima parada: Valencia. Ahí será otro cantar, me temo.
La explicación a este estrepitoso arranque es bien sencilla. Mientras que el Valladolid necesitaba imperiosamente ganar hoy, el Bilbao Basket venía con la nada saludable intención de ganar el partido sin jugarlo. Y claro, por muy superior que seas, pues si no te molestas en correr, pasan estas cosas. Pero es la historia cien veces vista, en las que el equipo débil se adelanta y acaba doblando la rodilla. Hoy, fiel al guión, ha pasado lo mismo. En ningún momento, ni tan siquiera cuando al comienzo del 2º cuarto se perdía por casi 20 puntos, he dudado de que se iba a ganar. Era cuestión de tiempo que el Bilbao Basket, que no es que estuviera jugando mal, es que no estaba jugando, se pusiera el mono de trabajo y diera la vuelta al partido. Y así ha sido, con el papel estelar de López y Grimau. Así, se ha llegado al último cuarto con el partido prácticamente resuelto, pero un combativo Valladolid ha tenido que recordar a nuesteros jugadores que el partido son 40 minutos y no 30, por lo que han llegado a recortar hasta ponerse a 3 puntos. Pero tranquilidad absoluta. A día de hoy es muy pero que muy difícil que este Valladolid gane a este Bilbao Basket.
Próxima parada: Valencia. Ahí será otro cantar, me temo.
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