¡Hasta el año que viene, katxis!
Se acabó lo que se daba, y por partida doble: se acaba la Semana Grande de Bilbao, y lo que es peor, se acaban mis vacaciones de verano.
Pero bueno, se ha disfrutado, que era lo que importaba. Ayer sábado, al igual que el lunes, tuvimos turno de mostrador, aunque bastante más lucrativo, con una recaudación más generosa, y visitas insospechadas, como el señor Kostykian, el vecino Aitor, o la auténtica señora Giner.
Y ya al acabar nos movimos a la parte de fuera, a disfrutar la fiesta como bebedores de a pie. Pero poco rato, ya que el cansancio acumulado hacía mella, y cuando a las 5 de la mañana me retiré, ya no era persona.
Y ya hoy domingo, como colofón, una visita a las barracas, donde la parte mala ha sido la lluvia (que este año ha tenido la decencia de esperar a que se pasaran las fiestas) y la buena encontrarme con un par de personas a las que me ha alegrado mucho ver. Y bueno, que eso ha sido todo. Mañana, vuelta a la oficina, a ver qué me encuentro.
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