¿Llegará a disco de platino?
La vida de un músico folk que no tiene dónde caerse muerto es el leit motiv de la nueva película de los Coen, donde convivimos con el infortunado Llewyn Davis en esta simpática tragicomedia en la que el antihéroe se ve enfrentado una y otra vez a la sombra del fracaso, y a tener que adoptar involuntariamente un gato.
Es inevitable sentir simpatía por el protagonista, excelentemente interpretado por Oscar Isaak, músico de talento pero un completo y absoluto desastre en su vida personal y profesional, "un Rey Midas de la mierda", como lo llama en uno de sus arrebatos el personaje de Carey Mulligan. Llewyn malvive sin rumbo fijo, durmiendo de sofá en sofá y dejándose muchos amigos por el camino en su odisea, la cual le lleva a Chicago en busca de su oportunidad de oro, y por el camino se encontrará con personajes tan despreciables como el de John Goodman.
Por hacer un análisis simple, una película amable, de buena factura, con buenas interpretaciones (me gustó mucho Justin Timberlake) y sobre todo algo que gustará a los aficionados al género, mucha música folk.
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