Vistas desde la casa rural
Regio, pues esta es la noche de Reyes, el inicio del fin de semana lo ubico el viernes por la mañana, que fuimos mi padre y yo a hacer una agradable visita a la casa de Zaratamo, con comida familiar, viendo también la casa rural que tienen montada y de paso las vacas, cabras, etc.
Por la tarde-noche, la fiesta de Tarasu, en la que estuve poco rato (aunque me tocó bailar un vals) y después nos fuimos a cenar al wok, antes de tomar unas copas en el Stromboli.
El sábado por la mañana me levanté agujetoso perdido, con dolor muscular por todas partes (algo que achaqué al gimnasio del día anterior) y fui a hacer unas compras de última hora. Pero a eso de las 13.30 me empezó a doler la cabeza y me fui a casa. Una vez en casa, espatarrado en el sofá y sin haber comido nada, el termómetro hacía reales mis temores: 37,4º, 37,6º, 37,7º... la gripe llegaba a cobrarse su tributo.
Por suerte el paracetamol y un par de visitas mantuvieron la gripe a raya. Y tranquilito en casa, la tarde noche se fue entre películas (Carlito´s way: ascenso al poder y Horizonte final), lectura (Asterix) y videojuegos (Penny Arcade).
Hoy por la mañana ya me encontraba mejor, pero por precaución me quedé en casa en vez de ir al partido (mejor, pues aunque ha debido de ser un partido bonito, ha perdido el Bilbao Basket 80-83), y por la tarde sí he salido un rato, a ver la cabalgata de reyes, que hacía lustros que no veía (y que rememoraba mi infancia con su música en 8 bits) y luego a tomar unos pinchos.
Y ahora ya en casa, a terminar de envolver los regalos (yo siempre he sido más olentzerista, pero hay sectores más monárquicos en este aspecto), y a portarme bien, a ver qué me toca mañana.
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