Grimau, de los más destacados.
En una temporada en la que el Bilbao Basket sale todos los días en los periódicos, y no precisamente por temas deportivos, siempre vienen bien las victorias fáciles, especialmente porque la temporada está siendo, también en lo deportivo, peor que las anteriores.
Ayer le tocaba el turno al Panionios, equipo de la segunda fase de la Eurocup (para la que el Bilbao Basket se clasificó in extremis) y del que lo único positivo que se puede decir es que su camiseta era bonita. Porque madre mía, vaya banda.
Ya desde el principio dieron muestra de su endeblez, facilitando que se empezara con 7-0 el partido. Todo señalaba a un partido cómodo, pero lo mismo parecía el día de Sassari, y no acabó bien. Y ayer algo del principio lo recordaba, cuando después del vendabal casero inicial le dieron la vuelta al partido para ponerse ellos por delante. Sudores fríos y fantasmas recorriendo Miribilla.
Pero poco duró el tema, ya que antes de acabar el primer cuarto (acabado con un espectacular matazo de Bertans) ya se había enderezado la situación, y en el segundo la renta fue creciendo hasta llegar al descanso 40-30.
La segunda parte ya fue un paseo, con un espectacular 29-9 en el 3º cuarto y un último cuarto que fue mero trámite, para un partido que se ganó por 31 como se podía haber ganado por 57, pues ellos me parecieron muy malos, de lo peor que he visto en mucho tiempo. Y eso que el Bilbao Basket tampoco anduvo fino, con mucha imprecisión, fallo tonto y error de puntería. Bien es cierto que cuando te encuentras con que un rival te da tantas facilidades, es difícil mantener la concentración.
Pues eso, partido cómodo y victoria, que siempre gusta.
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