Practicando la cetrería.
En un plan completamente improvisado para un sábado el "eh, vayamos a Cabárceno" ha desembocado en la visita a este parque natural situado a las puertas de Santander, donde se pueden ver unos cuántos animales en situación de más o menos libertad, en riguroso directo. Un sitio muy recomendable para hacer excursión de un día, que ha salido perfecto, pues hacía un solete bastanta majo, pese a que estamos aún en febrero. También ayuda el que haya sobrevivido a los reiterados intentos de un avestuz por devorarme (me ha debido de ver un aspecto delicioso).
Pero dejemos que las imágenes hablen por sí mismas, que es lo que mola (y dan menos pereza que escribir, claro):
Una simpática jirafa, que se acercaba sin complejos a saludar a los turistas.
Un oso, especie animal que se encontraba bien representada. Hasta 20 de estos hemos llegado a contar.
En la foto no se ve, pero algunas madres mono llevaban a su bebé en el regazo. Y los machos mono iban con la chorra fuera, bien erecta.
Cebras, mirando atentamente la programación de Telecebra.
Un abbax, quejándose de las costumbres adúlteras de su cónyuge.
Una elefantita que se acercaba a saludar.
Puercoespines, los primos de Sonic.
¡Un incendio!
Y no acaba en las fotos el muestrario de animales, ya que hemos podido ver tigres, gorilas, wallabies (como el canguro pero en pequeño), camellos, águilas, licaones, leones, cabras enanas, ñúes, linces... y muchos más que me dejo. Un sitio muy chulo y que sin duda merece la pena visitar.
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