Jesulín, su nuevo compinche.
Más de lo mismo, pero con menos gracia. Pensada para los fans y el divertimento de los que participan en ella. Es mejor que la sosísima Torrente 3, pero ni se acerca a los niveles de genialidad de las dos primeras. Humor facilón y chabacano, sin llegar a extremos que ha llegado a otras veces y amiguetes tomándose la cosa a pitorreo.
El resultado es ameno, no diré que no, pero ya le falta la frescura de la originalidad que pudiera tener al principio. Me ha gustado, sí, pero es más floja y está repleta de chistes facilones sin gracia y muchos cameos que requieren de estar al día de famoseo para identificarlos, pues me he encontrado con muchas situaciones de "este debe de ser famoso, pero ni me suena".
El argumento está simpático: Torrente sale de la cárcel y se encuentra con una España fuera de la UE, con pesetas y sin Catalunya. Para vengarse contra la sociedad se rodea de cazurros y organiza un atraco a un lujoso casino, a las órdenes de Alec Baldwin, que es de lo mejor de la película. Así, veremos por una parte lo que planean y por otra lo que acaba saliendo, con algún que otro momento que sí resulta gracioso, especialmente la secuencia onírica en dibujos animados y el esperado cameo del fallecido Tony Leblanc.
Pero básicamente, lo que decía al principio: más de lo mismo, sin ser muy buena ni muy mala. Un pasarratos para amantes de las gamberradas de Santiago Segura.
Y cameos, muchos cameos.
Y cameos, muchos cameos.
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