Puede que no sea la mejor película de superhéroes que haya visto la luz en el cine, pero hay que reconocerle varias cosas a Los nuevos mutantes, y una es que se atreve con un enfoque original que hace que no sea la típica historia mil veces contada de génesis de supergrupo, sino que nos la plantea de forma distinta, con una curiosa aproximación al género de terror y el resultado cuaja bastante bien. Tal vez la lastran unos personajes a los que no les sobra carisma, pero me gusta mucho cómo transmite uno de los temas fundamentales de los cómics de los mutantes en Marvel, y es el de los poderes no como una bendición, sino como una putada con la que hay que aprender a lidiar.
De todas formas, y aunque la película no está mal, e incluso podría haber dado bastante juego para su continuidad, es una franquicia que por lo visto nace muerta (cosas de derechos) y se queda en un arma de un solo disparo. Lo bueno es que es disfrutable como película independiente y sin conocer a los personajes de antes.
Por cierto, aunque el personaje mola (sobre todo Lockheed), no me encajaba nada una Magick tan choni, y eché en falta alguna alusión a su hermano Piotr.
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