Empleados de Dunder&Mifflin
Tras 9 temporadas por fin he terminado de ver una de las sitcoms más laureadas, y debo decir que estoy de acuerdo con las críticas positivas, pues The Office es una serie muy graciosa, llena de personajes tronchantes y entrañables, y que además supo sobreponerse muy bien a la marcha de su protagonista absoluto y estrella del show, el insufrible pero genial Michael Scott, y reinvertarse para no perder un ápice de frescura, llegando así a la última temporada con la energía suficiente para ofrecernos un final a la altura de una gran serie y sobre todo muy emotivo.
Remake americano de la serie británica de mismo nombre, el leit motiv de The Office, como puede uno imaginarse, es el día a día en una oficina, concretamente la rama regional en Scranton, Pennsylvannia, de Dunder Mifflin, una empresa dedicada a la fabricación y venta de papel. Y en esa oficina, cada cuál está peor de lo suyo, empezando por el jefe, que siempre quiere ser el centro de atención y posee el don de hacer siempre el comentario más ofensivo posible y provocar las situaciones más delirantes.
La serie, igual que su hija espiritual, la también maravillosa Parks&Recreation, utiliza el formato de falso documental, pues se supone que los personajes están siendo grabados, y lo saben, para grabar un documental, lo que en determinados momentos da pie a rupturas muy graciosas de la cuarta pared.
Es una serie larga, y me ha llevado algo más de dos años verla (muchos parones por medio), pero sin duda merece la pena, y se apropiará de un huequito en mi corazón.
Kelly, Ryan, Creed, Toby, Óscar, Meredith, Erin.
Kevin, Darryll, Stanley, Phyllis, Andy.
Angela, Dwight, Michael, Jim, Pam.
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