Rasputín, ese gran villano.
Llegó la precuela de la agencia de superespías basada en el cómic homónimo de Mark Millar (para mi gusto mejor las películas que el cómic) y nos traslada a los albores de la primera guerra mundial, para cotnarnos los orígenes de tan peculiar agencia, lo que sirve como excusa para tirarnos un divertidísmo cocktail de escenas trepidantes, peleas espectaculares, personajes carismáticos y hechos históricos.
Con un tono distinto a las anteriores, esta entrega es menos macarra y más aventurera, con un toque pulp que le va a las mil maravillas, de esas películas que casi parecen seguir el desarrollo de una partida de rol, siendo el resultado muy, pero que muy satisfactorio.
Quien quiera rememorar un poco el espíritu de Indiana Jones, la Momia y demás, con un trasfondo de la primera guerra mundial en un batiburrillo de eventos y personajes, puede encontrar aquí una muy buena opción. A gusto con el resultado y deseando que expandan un poco más la franquicia.
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