No, no es que haya decidido retomar mis estudios universitarios (puede que algún día pero de momento no) sino que los motivos que me movieron ayer a la que durante 6 años fuera mi lugar de estudios fueron laborales, ya que se celebraba una jornada sobre igualdad de género, tema con el que la Diputación está muy concienciada (y que personalmente me resulta de bastante interés) y asistí, junto con algunos compañeros (minoría) y compañeras (mayoría).
La jornada en sí fue bastante interesante, con una ponente hábil y buena comunicadora (tal vez algo tendenciosa en ciertos aspectos, algunos de ellos gratuitos) pero que lograba que atender a una "chapa" de dos horas y media sobre el asunto fuera bastante llevadero, si bien contaba con más interés la segunda parte, más participativa y oriendata al debate, aunque aquí tampoco me extenderé mucho.
Mi entrada iba más encaminada a las sensaciones que producía el volver a andar entre las paredes de esa universidad, el recordar aquellas aulas, aquellos pasillos, esas corcheras con notas, que tantas alegrías y disgustos me ocasionaran. Curiosa también la sensación de ver irreconocible la cafetería, la cual por cierto frecuenté bien poco durante mi época de estudiante universitario (y creo que vi una cosa que jamás vi en 6 años, que era ver sonreír a los camareros).
También me llamó la atención que ayer tenía algo más de vidilla que otras veces en las que había ido, en las que parecía un pueblo fantasma. Ayer al menos se veía gente por los pasillos.
Añado también que, en contra de lo que le suele pasar a mucha gente, la universidad no me produjo ninguna añoranza.
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