Uno de los requisitos de la Renta Básica que más guerra suele dar es el de no tener en propiedad un inmueble distinto de la vivienda habitual. Inmueble que, pese a cierta creencia popular, no tiene por qué ser una mansión, sino que puede ser un trastero, un garaje, una lonja, un terreno...
Esta es una medida controvertida y que suele ocasionar no pocos problemas y situaciones pintorescas, sobre todo por las excusas y quejas que a veces tenemos que oír. Sobre todo porque muchos no suelen entender el sencillo "si tienes un inmueble véndelo y vive de ese dinero antes de pedir dinero público". Como es normal, la cultura del ladrillo provoca cierta alergia a vender, y sobre todo a malvender. Es cierto, hoy día hay inmuebles de los que es francamente difícil desprenderse. Pero al final es como todo, cuestión de bajar o subir el precio. Pero nadie quiere palmar pasta.
Luego está ciertas confusiones conceptuales, de algunos que parecen no entender o querer entender que "poner el piso a nombre de alguien" es transmitir un inmueble, que "mi padre puso el piso a mi nombre pero es suyo" es legalmente un "mi padre me donó un inmueble", que el "a mí me dijeron que firmara unos papeles" suele llevar consecuencias.
En todo esto hay, como en todo, gente con mala suerte (me suele dar bastante rabia tener decir a ciertas personas mayores que por tener el terrenillo del pueblo no pueden cobrar el complemento de pensiones) gente simplemente desinformada (de algunos sí me creo que no sean conscientes de que "el piso está a mi nombre" sea sinónimo de ser propietario) o de jetas redomados.
No podría decir a ciencia cierta si entra en esa categoría una persona que vino a mostrador, pero es la impresión que me dio. Se le había dicho que aportara documentación de un inmueble del que tenía el 50% y cuando ha venido y ha explicado que es un piso que le regalaron a ella y a su hermano pero que es de su hermano. Le he dicho que lo que tiene que hacer es vender su mitad del piso, que si no no puede pedir ayudas. Insistía en que el piso era de su hermano y que ella no lo podía vender.
Pese a que le he explicado que su parte del piso la puede vender, sea la mitad, sea el 0,01% y que si no lo hace le van a suspender la ayuda, que no se puede tener un inmueble además de la propia casa (ella no vivía ahí) y pedir la ayuda. Me dice que "moralmente no puede hacerlo, porque moralmente no es de su hermano, y que eso no estaría bien". Me he limitado a aguantarme mis ganas de decirle que moralmente era bastante peor pedir dinero público y quedarse con el piso. Aunque me habría apetecido mucho, dada la conversación y su actitud, si he de ser sincero.
Al final, como buen villano de opereta que cuenta sus planes, se ha ido diciendo que lo que va a hacer es empadronarse en la casa de su hermano. Supongo que lo hará, pero ahí ya poco puedo hacer yo. Espero sinceramente que si intenta hacer la trampa no cuele.
Esta es una medida controvertida y que suele ocasionar no pocos problemas y situaciones pintorescas, sobre todo por las excusas y quejas que a veces tenemos que oír. Sobre todo porque muchos no suelen entender el sencillo "si tienes un inmueble véndelo y vive de ese dinero antes de pedir dinero público". Como es normal, la cultura del ladrillo provoca cierta alergia a vender, y sobre todo a malvender. Es cierto, hoy día hay inmuebles de los que es francamente difícil desprenderse. Pero al final es como todo, cuestión de bajar o subir el precio. Pero nadie quiere palmar pasta.
Luego está ciertas confusiones conceptuales, de algunos que parecen no entender o querer entender que "poner el piso a nombre de alguien" es transmitir un inmueble, que "mi padre puso el piso a mi nombre pero es suyo" es legalmente un "mi padre me donó un inmueble", que el "a mí me dijeron que firmara unos papeles" suele llevar consecuencias.
En todo esto hay, como en todo, gente con mala suerte (me suele dar bastante rabia tener decir a ciertas personas mayores que por tener el terrenillo del pueblo no pueden cobrar el complemento de pensiones) gente simplemente desinformada (de algunos sí me creo que no sean conscientes de que "el piso está a mi nombre" sea sinónimo de ser propietario) o de jetas redomados.
No podría decir a ciencia cierta si entra en esa categoría una persona que vino a mostrador, pero es la impresión que me dio. Se le había dicho que aportara documentación de un inmueble del que tenía el 50% y cuando ha venido y ha explicado que es un piso que le regalaron a ella y a su hermano pero que es de su hermano. Le he dicho que lo que tiene que hacer es vender su mitad del piso, que si no no puede pedir ayudas. Insistía en que el piso era de su hermano y que ella no lo podía vender.
Pese a que le he explicado que su parte del piso la puede vender, sea la mitad, sea el 0,01% y que si no lo hace le van a suspender la ayuda, que no se puede tener un inmueble además de la propia casa (ella no vivía ahí) y pedir la ayuda. Me dice que "moralmente no puede hacerlo, porque moralmente no es de su hermano, y que eso no estaría bien". Me he limitado a aguantarme mis ganas de decirle que moralmente era bastante peor pedir dinero público y quedarse con el piso. Aunque me habría apetecido mucho, dada la conversación y su actitud, si he de ser sincero.
Al final, como buen villano de opereta que cuenta sus planes, se ha ido diciendo que lo que va a hacer es empadronarse en la casa de su hermano. Supongo que lo hará, pero ahí ya poco puedo hacer yo. Espero sinceramente que si intenta hacer la trampa no cuele.
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