¿Qué tontería es esa? Pensarán muchos al leer el título. Igual que son pocos los que no verían como algo absurdo intentar comprar unos zapatos en la carnicería, o el último disco de Alejandro Sanz en una farmacia.
Entonces, ¿por qué no pasa igual cuando nos dirigimos a la Administración Pública? ¿Tan difícil es de entender que cuando decimos "aquí no es", no es por un capricho inducido por nuestra vagancia?
Es comprensible que visto desde fuera las cosas no son tan sencillas como para quien conoce un poco los entresijos de este monstruo que es la burocracia. No es difícil comprender que desde fuera la Administración no deja de ser un ente gris y desdibujado, que a veces tendemos a ver como un uno. Esta dificultad es mayor para quien viend de fuera, y meterse en vericuentos de si es Diputación, Gobierno Vasco, Ayuntamiento, Estado, etc... un barullo.
Eso hace que no sean pocas las ocasiones en las que un ciudadano se confunde y va donde no debe. Hasta aquí bien. Todos nos equivocamos y vamos donde no es. Y a todos nos da rabia haber hecho cola para nada.
El problema no es que la gente se equivoque. El problema son determinadas actitudes, y aquí tenemos al gilipollas del día; un ciudadano que acude airado al mostrador, esgrimiendo una carta mediante la cual le deniegan las Ayudas de Emergencia. Es preciso aclarar que las Ayudas de Emergencia son un tema municipal y que tengo la misma competencia al respecto que la que puedan tener en el Carrefour de abajo. Pero por algún motivo suelen venir a donde nosotros, por ser "la administración".
A veces pasa que preguntan por una cosa cuando realmente quieren preguntar otra. Así que lo típico, "déjeme su carné, que le miro el expediente". Todo bien, todo correcto, su expediente de Renta Básica está correcto, lo que le han denegado es, efectivamente, una Ayuda de Emergencia. Tiene que ir al Ayuntamiento.
-¡Pero me mandasteis una carta hace dos semanas para pedirme una documentación!
-Efectivamente, nosotros le mandamos una carta para pedirle una documentación, que aquí veo que nos trajo. Pero eso no tiene nada que ver con la AE.
-Pero no es posible, yo llevo 3 meses cobrando la ayuda y la carta me la mandasteis hace 2 semanas.
-Sí, bueno, la carta se la hemos mandado para pedirle una documentación, y prueba de que la hemos recibido es que está cobrando, si no, le habríamos dejado de pagar.
-¿Entonces esto qué? (refiriéndose a la carta)
-Como ya le he dicho, eso es del Ayuntamiento. Tiene que ir ahí, que no tiene nada que ver con nosotros.
(redundancia cíclica de "me pedisteis documentación-traje documentación-me llega esta carta-debes ir al Ayuntamiento)
-Pues quiero hablar con el director, alguien de atención al público.
Me miro a mí mismo, para ver que no me he convertido en un peluche y una vez cerciorado le digo "yo soy de atención al público, pero para asuntos de Diputación, con eso no te puedo ayudar".
-¡Quiero hablar con el director!
-A ver, esto no funciona así. El único sitio al que puede acudir para que te solucionen esto es el Ayuntamiento, que son los que te han mandado la carta.
-¡Quiero una hoja de reclamaciones!
Le he dado la hoja de reclamaciones para que la rellene y se ha ido con ella. La duda que me queda es si la entregará en alguna ventanilla de Diputación, o en el servicio de atención al cliente de Euskaltel.
Entonces, ¿por qué no pasa igual cuando nos dirigimos a la Administración Pública? ¿Tan difícil es de entender que cuando decimos "aquí no es", no es por un capricho inducido por nuestra vagancia?
Es comprensible que visto desde fuera las cosas no son tan sencillas como para quien conoce un poco los entresijos de este monstruo que es la burocracia. No es difícil comprender que desde fuera la Administración no deja de ser un ente gris y desdibujado, que a veces tendemos a ver como un uno. Esta dificultad es mayor para quien viend de fuera, y meterse en vericuentos de si es Diputación, Gobierno Vasco, Ayuntamiento, Estado, etc... un barullo.
Eso hace que no sean pocas las ocasiones en las que un ciudadano se confunde y va donde no debe. Hasta aquí bien. Todos nos equivocamos y vamos donde no es. Y a todos nos da rabia haber hecho cola para nada.
El problema no es que la gente se equivoque. El problema son determinadas actitudes, y aquí tenemos al gilipollas del día; un ciudadano que acude airado al mostrador, esgrimiendo una carta mediante la cual le deniegan las Ayudas de Emergencia. Es preciso aclarar que las Ayudas de Emergencia son un tema municipal y que tengo la misma competencia al respecto que la que puedan tener en el Carrefour de abajo. Pero por algún motivo suelen venir a donde nosotros, por ser "la administración".
A veces pasa que preguntan por una cosa cuando realmente quieren preguntar otra. Así que lo típico, "déjeme su carné, que le miro el expediente". Todo bien, todo correcto, su expediente de Renta Básica está correcto, lo que le han denegado es, efectivamente, una Ayuda de Emergencia. Tiene que ir al Ayuntamiento.
-¡Pero me mandasteis una carta hace dos semanas para pedirme una documentación!
-Efectivamente, nosotros le mandamos una carta para pedirle una documentación, que aquí veo que nos trajo. Pero eso no tiene nada que ver con la AE.
-Pero no es posible, yo llevo 3 meses cobrando la ayuda y la carta me la mandasteis hace 2 semanas.
-Sí, bueno, la carta se la hemos mandado para pedirle una documentación, y prueba de que la hemos recibido es que está cobrando, si no, le habríamos dejado de pagar.
-¿Entonces esto qué? (refiriéndose a la carta)
-Como ya le he dicho, eso es del Ayuntamiento. Tiene que ir ahí, que no tiene nada que ver con nosotros.
(redundancia cíclica de "me pedisteis documentación-traje documentación-me llega esta carta-debes ir al Ayuntamiento)
-Pues quiero hablar con el director, alguien de atención al público.
Me miro a mí mismo, para ver que no me he convertido en un peluche y una vez cerciorado le digo "yo soy de atención al público, pero para asuntos de Diputación, con eso no te puedo ayudar".
-¡Quiero hablar con el director!
-A ver, esto no funciona así. El único sitio al que puede acudir para que te solucionen esto es el Ayuntamiento, que son los que te han mandado la carta.
-¡Quiero una hoja de reclamaciones!
Le he dado la hoja de reclamaciones para que la rellene y se ha ido con ella. La duda que me queda es si la entregará en alguna ventanilla de Diputación, o en el servicio de atención al cliente de Euskaltel.
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