La familia feliz (al principio).
La sinopsis nos cuenta: Año 2012, la ciudad maliense de Tombuctú ha caído en manos de extremistas religiosos. Kidane vive tranquilamente en las dunas con su esposa Satima, su hija Toya e Issam, un niño pastor de 12 años. Pero en la ciudad los habitantes padecen el régimen de terror impuesto por los yihadistas: prohibido escuchar música, reír, fumar e incluso jugar al fútbol. Las mujeres se han convertido en sombras que intentan resistir con dignidad. Cada día, unos tribunales islamistas improvisados lanzan sentencias tan absurdas como trágicas. El caos que reina en Tombuctú no parece afectar a Kidane hasta el día en que accidentalmente mata a Amadou, un pescador que ha acabado con la vida de su vaca favorita. Ahora debe enfrentarse a las leyes impuestas por los ocupantes extranjeros.
Timbuktú es un retrato costumbrista sobre un tema del que se habla mucho, sobre las burradas que se hacen en nombre de la religión, pero lo hace desde una perspectiva bastante humana. Y no se me entienda mal, que no justifica ni dulcifica, pero sí ayuda tal vez a entender algunas cosas. Y es especialmente simpática la escena en la que para burlar la prohibición de jugar a fútbol, la respuesta es que se ponen a jugar un partido sin balón.
Una peculiaridad es que está rodada en varios idiomas; francés, árabe, tamasheq y a ratos inglés, lo que a veces pude hacerse un poco confuso. No porque no se entienda, que obviamente no me enteraba ni de papa salvo cuando hablaban inglés (y no con todos, porque había algunos que ni eso) sino porque a veces no quedaba muy claro en qué idioma estaban hablando y quedaban raras las escenas en las que se andaban traduciendo unos a otros.
Una película interesante, por el tema que toca, aunque tampoco imprescindible.
Una película interesante, por el tema que toca, aunque tampoco imprescindible.
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