Antes de empezar.
Mi madre, la autora, presentó con profesionalidad el libro (años de docencia se tienen que notar) y luego respondió con total naturalidad las preguntas del público, algunas de ellas (aunque no todas) pactadas, siendo yo uno de los que tenía que preguntar. Concretamente preguntaba sobre la procedencia de los nombres de los personajes.
Tras la presentación y las preguntas tocaba el turno de firmar ejemplares, y acabó la pobre con la muñeca rota (metafóricamente) de firmar libros. Yo, como tengo enchufe, me libré de hacer cola.
Un acto bonito, con la lógica presencia de muchos familiares y amigos.
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