Kinito con un cubata, like a sir.
A estas horas y siendo domingo, pocas ideas se me ocurren para escribir, así que me voy al recurso fácil. ¿Qué es? Pues hablar del fin de semana, claro.
Nos remontamos al viernes, con reunión de asamblea de Ábaco, tocando entre otros temas el de las jornadas #Omicron2016, balance, cosas a mejorar... y lo más importante, ver que hay ganas de hacer las de 2017. Todavía falta casi un año, pero estas cosas hay que empezar a moverlas con tiempo.
Y tras la reunión, partida de rol: Star Wars con el sistema Hitos, donde manejo a Gon Bramú, un tahúr endeudado que se une por dinero a una milicia que se enfrenta a los restos del Imperio Galáctico que trata de rehacerse tras la muerte de Palpatine.
El sábado por la tarde es tranquilo, dándole al Final Fantasy IX (aún no comprendo cómo me pudo no gustar la otra vez que lo jugué) y por la tarde-noche visita a la lonja, que acaba sin saber muy bien cómo con un kinito por Indautxu. El kinito, para quien no esté familiarizado, es un popular juego para beber usando dados, muy jugado en la noche bilbaína, y que era parte de mi rutina de fin de semana en tiempos mozos y universitarios. Pero a diferencia de aquella época, en la que jugaba con katxis de kalimotxo, aquí iba como un señor, con mi cubatita. Y digo en singular, pues no me apetecía emborracharme demasiado, así que una y al karaoke. En el karaoke no canté, pero sí hice otra cosa que no había hecho en años: jugar al futbolín (y ganar).
Domingo por la mañana, un paseo por el Arenal y la Plaza Nueva y por la tarde partida de rol en vivo (a caballo entre "Fábulas" y "American Gods"), pero que termina empezando hora y pico tarde (en vez de a las 19:00, que era la hora prevista, comienza pasadas las 20:00), terminando hace apenas un rato.
Y eso ha sido cuanto dio de sí el fin de semana.
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