Con Jessie Pinkman, Falcon, el redneck de Walking Dead...
Haciendo el símil deportivo esta película me recuerda a un mal equipo con buenos jugadores. Tiene un buen reparto, tiene escenas interesantes y bien llevadas y cuenta con algunos giros de guión que, sin ser demasiado originales, son efectistas. Pero el resultado global no termina de funcionar, pues es un puzle en el que las piezas son buenas pero no encajan del todo.
Empieza con una banda de atracadores compuesta por policías corruptos y ex-policías, cuyo líder es, literalmente el cuñado de una poderosa mafiosa rusa. Se ven obligados a llevar a cabo una serie de atracos, pues dicha mafiosa les tiene cogidos por los huevillos, y para ello deciden organizar un "9-9-9", que es el código de la policía de Atlanta (no sé si real o solo ficticio) para dar el aviso a todas las unidades de que un agente de policía ha resultado herido en un tiroteo, lo que hace que todos los agentes de la ciudad acudan al lugar del crimen como moscas a un tarro de miel, desentendiéndose del resto de crímenes de la ciudad durante un rato. Y para eso eligen al nuevo compañero de patrulla de uno de ellos, que resulta ser el superpolicía guapo, majo, listo (aunque solo a ratos), y... bueno, no me voy a poner a contar aquí la película.
Lo dicho, tiene sus puntos, pero a veces la narración resulta un poco confusa y en otras resulta poco creíble, excediéndose en los clichés, lo que lleva a lo dicho al principio: buenos ingredientes para una composición algo pobre.
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