A Mumbrú le costó despertar, pero vino para matar el partido.
Partido importante contra un rival directo (Fuenlabrada) que, a pesar de perder prestaciones fuera de casa tiene una buena plantilla y es siempre muy peleón. De hecho, se han mostrado muy correosos en todo momento (hasta cuando tenían el partido ya perdido) y han puesto en bastantes aprietos al Bilbao Basket.
El primer cuarto ha sido el de la igualad, sin ningún equipo alejándose demasiado (20-19) y ya en el segundo han empezado a aparecer tímidamente las ventajas locales, aunque a base de tiros libres (¡28 han tirado!) seguían a remolque.
El tercer cuarto parecía romperse el partido, pero cada vez que se abría brecha ellos la cerraban, y todo parecía que iba a quedar con el +4 del descanso hasta que Salgado ha hecho de las suyas y ha calzado un triple en la bocina desde el mismo fatídico punto desde donde Sastre nos dejó fuera de Playoff el año pasado.
En el último cuarto la cosa ya parecía tener claro color loca, y a falta de 5 minutos íbamos 75-65. Parecía todo visto para sentencia, pero las precipitaciones, los errores y sobre todo una incomprensible antideportiva en ataque que nadie ha entendido bien, han llevado el marcador a un alarmante 75-74, y con la sombra de la remontada rival invocando siniestros fantasmas del pasado sobre Miribilla. Por suerte, Mumbrú ha querido dejar claro quién manda en el Bilbao Arena, y a un triple suyo le ha seguido un taponazo de Michael Eric que impedía todo conato de resistencia visitante.
Han peleado hasta el final, pero no han conseguido que Bilbao Basket se haga con la victoria y con el average, que tan bien nos puede venir a final de temporada.
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