Mediterranean´s Eleven (aunque no sean once).
El éxito y la fama de esta serie, la serie extranjera más vista de Netflix, me hizo acercarme a La Casa de Papel, y en menos de dos semanas ya me la he visto.
El planteamiento coge el clásico género del cine de atracos y lo convierte en serie, con una banda de atracadores de elite, comandados por "El Profesor", uno de esos personajes tan ridículamente listos que tiene planeado hasta cuando va a estropearse la lavadora. Reúne a un equipo, los instruye, les da nombres de ciudades a modo de pseudónimo y los lanza a atracar la casa nacional de moneda y timbre para tomar rehenes y liarse a imprimir billetes como si no hubiera mañana. En frente tendrán a la policía y el CNI, tratando de desmontarles el chiringuito.
La serie está bien, sobre todo al principio, y tiene bastante calidad, a pesar de que las concesiones a la fantasmada van creciendo, y en la segunda mitad pega un bajón importante (concretamente el antepenúltimo capítulo me resultó de vergüenza ajena), igual que peca de ciertas faltas de consistencia que a veces me descolocaban (¡vivan las órdenes de alejamiento que solo funcionan a ratos!) y abusa del factor "no solo tengo todo planeado al detalle, sino que tengo la chamba del siglo, soy Batman", del Profesor, que no sé para qué monta todo esto cuando podría comprar lotería.
Pero bueno, dejando esas evidentes calvas al margen, la verdad es que entretiene, y tiene momentos interesantes, en los que logra transmitir la tensión del momento y tiene algunos personajes, como Berlín, o sobre todo Nairobi (papelón de Alba Flores, que se come la pantalla cada vez que sale) que dan mucho juego, aunque otros, no tanto (ejem, Tokio).
Ahora, terminada la historia principal, me suscita serias dudas la tercera temporada que han anunciado para 2019, pues si ya la serie pecaba a veces de estirar el chicle, una continuación que, a priori parece innecesaria, cuenta con muchos elementos para ser un fiasco.
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