Debieron jugar un kinito.
Película de terror juvenil que cumple su papel si se ve con la intención de pasar el rato. En ella, un grupo de chavales se van de vacaciones a México y les da por jugar al clásico juego de beber "Verdad o reto" en una Iglesia abandonada, pero algo sucede (no vamos a andar aquí haciendo spoilers) que convierte el juego en demasiado real, y las reglas cambian: si no dices la verdad mueres, si no cumples el reto mueres, si no aceptas jugar mueres.
Y de ahí, pues a caer como chinches, claro. El resultado recuerda un poco a Destino Final, pero también le veía un aire a It Follows. Lo que me gustó es que, dentro de un orden, dan cierto sentido a por qué los personajes no pueden elegir no jugar, y a ratos toman decisiones moderadamente inteligentes, sin caer necesariamente en el tópico de "protagonista de película de terror=retrasado mental".
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