Frikis afectados por la crisis.
Hace un año contaba que habíamos alquilado un local en el que jugar nuestras partidas de rol, un sitio bastante majo colocado en Deusto, y que pese a los chanchullos y malas maneras del casero, ofrecía una buena relación espacio-precio.
Pero todo lo bueno se acaba, y aunque no nos pilla de excesiva sorpresa, pues antecedentes como la agresión unilateral y sin provocación alguna de uno de los vecinos a uno de nosotros (no lo digo yo, lo dice una sentencia judicial firme) unido al hecho de que no estuviéramos dispuestos en su día a firmar determinadas cláusulas abusivas del contrato, y que tuviéramos la mala costumbre de reclamar al casero que se hiciera cargo de las reparaciones, ha hecho que el buen señor (perdón, quise decir "el muy gilipollas") haya tomado la decisión de no renovarnos el contrato, por el elegante procedimiento de avisarnos el día antes de que venza, de que no nos va a renovar, con un "el lunes quiero las llaves y el local vacío". Desde luego, siempre podríamos haberlo peleado, que ni ha habido preaviso ni nada, pero a fin de cuentas, lo más que habríamos conseguido es posponer el problema, y con gente así, cuanto menos trato se tenga mejor.
Así que hoy ha tocado vaciar la lonja y distribuir su equipamiento entre nuestras respectivas casas, trasteros, garajes, etc... Y de nuevo nos toca buscar un local que se ajuste a nuestras necesidades y posibilidades. Y mientras tanto, pues las partidas en casa.
Pero todo lo bueno se acaba, y aunque no nos pilla de excesiva sorpresa, pues antecedentes como la agresión unilateral y sin provocación alguna de uno de los vecinos a uno de nosotros (no lo digo yo, lo dice una sentencia judicial firme) unido al hecho de que no estuviéramos dispuestos en su día a firmar determinadas cláusulas abusivas del contrato, y que tuviéramos la mala costumbre de reclamar al casero que se hiciera cargo de las reparaciones, ha hecho que el buen señor (perdón, quise decir "el muy gilipollas") haya tomado la decisión de no renovarnos el contrato, por el elegante procedimiento de avisarnos el día antes de que venza, de que no nos va a renovar, con un "el lunes quiero las llaves y el local vacío". Desde luego, siempre podríamos haberlo peleado, que ni ha habido preaviso ni nada, pero a fin de cuentas, lo más que habríamos conseguido es posponer el problema, y con gente así, cuanto menos trato se tenga mejor.
Así que hoy ha tocado vaciar la lonja y distribuir su equipamiento entre nuestras respectivas casas, trasteros, garajes, etc... Y de nuevo nos toca buscar un local que se ajuste a nuestras necesidades y posibilidades. Y mientras tanto, pues las partidas en casa.
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