Y con este hago 256.813 expedientes.
En la oficina tenemos un sistema de tareas rotatorias, de forma que no nos toca hacer dos meses exactos lo mismo, y este mes que viene me toca una de las que más me gustan, ya que la considero relajada y totalmente llevadera, que es la de mandar expedientes a escanear.
Ya que estamos en el S. XXI, se trata de tener los documentos en soporte no solo físico sino digital, y para eso alguien tiene que coger los expedientes, ordenarlos, meterlos en cajas, hacer los albaranes y mandarlos a que los escaneen, y eso es lo que me toca hacer ahora. Una tarea totalmente relajada, ya que la mayor parte del tiempo consiste en cojer los expedientes apilarlos, contarlos y meterlos en cajas de cartón, que vienen sin montar, dando al trabajo ese toque de trabajo manual que sea más variado que pasarse el día dando a la tecla, y la verdad, como es una tarea que complicación tiene poca, pues por momentos, entre que te pones la música o charlas con el de al lado, es casi como no trabajar, y para cuando te das cuenta, has hecho un montón de cajas. Y lo de ver el resultado físico del trabajo, como que gratifica. Y siempre queda mucho más vistoso una montaña de cajas que una pila de carpetas.
Supongo que esto me trae recuerdos de mi época de currrito de ETT (de la que podría hablar bastante en el blog) pero cobrando bastante más.
Al menos así compenso el hecho de que se me haya acabado el horario de verano.
Ya que estamos en el S. XXI, se trata de tener los documentos en soporte no solo físico sino digital, y para eso alguien tiene que coger los expedientes, ordenarlos, meterlos en cajas, hacer los albaranes y mandarlos a que los escaneen, y eso es lo que me toca hacer ahora. Una tarea totalmente relajada, ya que la mayor parte del tiempo consiste en cojer los expedientes apilarlos, contarlos y meterlos en cajas de cartón, que vienen sin montar, dando al trabajo ese toque de trabajo manual que sea más variado que pasarse el día dando a la tecla, y la verdad, como es una tarea que complicación tiene poca, pues por momentos, entre que te pones la música o charlas con el de al lado, es casi como no trabajar, y para cuando te das cuenta, has hecho un montón de cajas. Y lo de ver el resultado físico del trabajo, como que gratifica. Y siempre queda mucho más vistoso una montaña de cajas que una pila de carpetas.
Supongo que esto me trae recuerdos de mi época de currrito de ETT (de la que podría hablar bastante en el blog) pero cobrando bastante más.
Al menos así compenso el hecho de que se me haya acabado el horario de verano.
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