Hace dos semanas comenté que nos estaban dando en el trabajo un curso de atención al público (más bien de gestionar situaciones conflictivas) y hoy por fin hemos terminado, sin que yo tenga la impresión, sinceramente, de haber aprendido gran cosa. La teoría ya la sabíamos todos, puesto que son cosas de sentido común, pero la práctica es la que es, y al final como de verdad se aprende a atender al público es precisamente atendiendo al público. Está claro que tengo mucho que aprender, y que me quedan muchas patas por meter. Pero no creo que este curso, al menos no como estaba planteado, haya servido para ello.
Sí me quedo, no obstante, con uno de los ejercicios, que es el motivo de la foto, y que nos mostraba de forma muy empírica cuán difícil es a veces hacer llegar el mensaje al receptor, y cómo a en ocasiones tener muy claro lo que se quiere transmitir no basta. Para ello teníamos un ejercicio en el que se nos mostraba una imagen que debíamos describir al resto de compañeros con el máximo grado de detalle, para que la dibujaran de la forma más parecida a la original. Muy instructivo y muy entretenido, pero no era ninguna sorpresa. Pero siempre es agradable una cierta regresión a la infancia y volver a hacer formas y colores con un paquete de Plastidecor (que curiosamente presentaban un aspecto mucho menos comestible que lo que yo recordaba de mi infancia).
Sí me quedo, no obstante, con uno de los ejercicios, que es el motivo de la foto, y que nos mostraba de forma muy empírica cuán difícil es a veces hacer llegar el mensaje al receptor, y cómo a en ocasiones tener muy claro lo que se quiere transmitir no basta. Para ello teníamos un ejercicio en el que se nos mostraba una imagen que debíamos describir al resto de compañeros con el máximo grado de detalle, para que la dibujaran de la forma más parecida a la original. Muy instructivo y muy entretenido, pero no era ninguna sorpresa. Pero siempre es agradable una cierta regresión a la infancia y volver a hacer formas y colores con un paquete de Plastidecor (que curiosamente presentaban un aspecto mucho menos comestible que lo que yo recordaba de mi infancia).
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